La Conferencia Episcopal Española (CEE) considera que ha habido «cierta descoordinación» y «dificultades para estar a la altura» en la gestión de la crisis del coronavirus COVID-19 y pide a los grupos políticos que «sacrifiquen sus intereses ideológicos» en estos momentos para «recrear» el «espíritu de la Transición» y sacar juntos adelante «un proyecto por el bien común», en medio de la pandemia.
«Primero, quiero hacer un ejercicio de comprensión de una situación que desborda, luego evidentemente parece que en la situación española, por los datos que estamos viendo, por el número terrible de fallecidos, por las dificultades de los sanitarios, nos hablan cuando menos de cierta descoordinación o de dificultades para estar a la altura en este momento de gestión; y también creo que, a la hora del diálogo entre los grupos parlamentarios está predominando el esquema de poner por delante la ideología sobre la realidad, de ganar espacios, la parte de la defensa del interés del partido sobre el todo», ha señalado el secretario general y portavoz de la CEE, Luis Argüello, este lunes 20 de abril en rueda de prensa telemática.
Así, el también obispo auxiliar de Valladolid ha reconocido que cuando llegaron las primeras noticias procedentes de China sobre los casos de coronavirus «todos como sociedad» las tomaron «muy a beneficio de inventario» e incluso los propios obispos celebraron su Asamblea Plenaria en Madrid una semana antes de que se decretara el Estado de Alarma. Si bien, ha precisado que «no tiene la misma responsabilidad cualquier ciudadano que los políticos, con la información que reciben, sobre todo los que están en la gestión pública de cada momento».
ESFUERZO DE DIÁLOGO
En cualquier caso, ha hecho un «llamamiento a las instituciones, a los partidos, al Congreso de los Diputados, a las comunidades autónomas para que hagan el esfuerzo de dialogar, de poner cada uno sus propias perspectivas y de juntos hacer un proyecto por el bien común, sacrificando su pequeño amor propio, sus intereses ideológicos».
Sobre la medida que está preparando el Gobierno de una renta mínima, el portavoz de los obispos se ha mostrado partidario de este ingreso «indispensable» para las familias que se encuentran en situación de necesidad ante la crisis del coronavirus pero «no de forma permanente» pues considera que esta renta podría retirar del horizonte de las personas pensar en realizar un trabajo y provocar que «grupos amplios de ciudadanos» acabasen viviendo «de manera subsidiada.
«La necesidad perentoria de una renta básica en este momento no debería ser una coartada para una especie de subsidio permanente que retirase del horizonte de las personas –antes hablaba de los jóvenes– el poder ejercer un trabajo, el desarrollar tus capacidades, el poner en juego lo que el trabajo significa de relación con otros, que hiciera desaparecer esto del horizonte de porcentajes grandes de la población», ha subrayado.
Precisamente, el portavoz de los obispos se ha dirigido especialmente al colectivo de los jóvenes que se dirigen «a un futuro incierto» en el que «niveles de vida ganados por sus abuelos o sus padres difícilmente van a poder sostenerse». Por ello, considera que «es bueno que oigan una llamada al sacrificio, a la entrega, al trabajo, a no rebajar sus esfuerzos».
También ha recordado el trabajo que se está haciendo en las residencias de mayores, algunas de ellas gestionadas por la Iglesia, y ha lamentado que a muchas se les haya «exigido» dar «un tratamiento como si fueran hospitales» cuando ha llegado a ellas el COVID-19, muriendo de esta forma residentes no únicamente en soledad sino además «sin ni siquiera un tratamiento paliativo». Asimismo, ha criticado el triaje de personas mayores en las UCI ante la falta de respiradores porque «es éticamente inaceptable que esa decisión se tome por mirar el DNI sin más».
Para el portavoz de los obispos, la pandemia del coronavirus, ha puesto «en cuestión algunos pilares». Por ejemplo, se ha referido a la «cuestión ecológica» y ha apuntado que, aunque hay que cuidar el planeta, «no hay que convertir a la Tierra en un ídolo porque esta Tierra produce estos virus a los que es necesario combatir» y «hace caer en la cuenta que en la mirada ecológica también hay una jerarquía en la que hombre y mujer han de estar en el centro». Asimismo, el obispo ha enumerado otras actitudes que, a su juicio, se tambalean con la pandemia como «el individualismo».
MISAS CON MASCARILLA Y DISTANCIA
Por otro lado, los obispos quieren reunirse con el Gobierno para plantear que, durante la fase de desescalada, se pueda retomar la celebración de las misas con público –que aunque no estaba prohibida se había interrumpido en la mayoría de templos–, tomando las medidas recomendadas por los sanitarios como acudir «con mascarilla», mantener la distancia física entre los fieles o encontrar una manera de distribuir la comunión que no suponga un riesgo de transmisión del coronavirus COVID-19, «sin dar pie a situaciones problemáticas, a intervenciones de la Policía».
Así se ha referido a los incidentes ocurridos en las pasadas semanas en algunos templos, como la Catedral de Granada, donde la Policía ha desalojado a los fieles que asistían a misa, y en los que el portavoz de los obispos considera que ha habido una actuación «desmedida» de los agentes, «interrumpiendo el culto», ya que en el artículo 11 del Real Decreto se permite la celebración en el templo siempre que se guarde la distancia.
Por ello, Argüello ha comentado que estos días están «en conversaciones tanto con médicos como con las administraciones públicas». En concreto, aquello en lo que los médicos les están «insistiendo» es en que deben clausurarse las pilas de agua bendita; que se pida a los participantes en la misa «que se laven las manos» a la entrada; «el uso de mascarillas» y el mantenimiento de una «distancia física». Además, están estudiando «cómo distribuir la comunión de forma que se asegure que ni el ministro de culto ni quien la recibe pueda ser cauce de contagio».
DONARÁN PARTE DE SU SUELDO
Por otro lado, Argüello ha anunciado que la Comisión Ejecutiva de la CEE ha propuesto a todos los obispos y sacerdotes españoles donar parte de su sueldo, de manera puntual o periódica durante los próximos meses para los afectados por la crisis provocada por el coronavirus COVID-19. Según ha precisado, no han marcado «una cantidad concreta» sino que se trata de algo «voluntario» aunque dan la «pista» de colaborar con Cáritas, otras instituciones de la iglesia o parroquias que estén atravesando una situación económica difícil como consecuencia del estado de alarma.
«Hay que recordar que llevamos más de un mes sin las colectas habituales, por estar los templos cerrados, sin que muchas de las formas de recibir ingresos en nuestras parroquias se hayan podido mantener», ha subrayado Argüello.
Igualmente, ha planteado la situación de las religiosas contemplativas, sobre todo de los conventos con monjas jóvenes pues «tienen que cotizar cada mes por el régimen de autónomos». En este sentido, la CEE se ha puesto en contacto con el Gobierno, en concreto, con la Secretaría de Estado de la Seguridad Social para que tenga en cuenta a las religiosas contemplativas en el régimen especial de autónomos y también han tenido conversaciones con entidades bancarias para conseguir moratorias en la devolución de los préstamos que tenían concedidos estos monasterios.
Finalmente, se ha referido a la campaña de la Declaración de la Renta, recordando a los contribuyentes que pueden marcar la casilla de la Iglesia y la de Fines Sociales y, asimismo, ha comentado que los fieles también pueden hacer donaciones a sus diócesis o parroquias particulares a través del portal ‘www.donoamiiglesia.es’.