Parecen sacadas de contexto, pero no, son las palabras que ha utilizado la ministra de Igualdad, Irene Montero, para justificar que el haber frenado las restricciones hasta después del 8-M no tiene la culpa de que la pandemia haya golpeado de esta forma tan virulenta a España. Hay muchas dudas que planean en torno a las gestiones del Ejecutivo, pero una cosa está clara: cuanto antes se hubieran tomado las medidas de prevención, antes se hubiera contenido la pandemia. Sin embargo, parece que Montero sigue empeñada en defender que celebrar el 8-M fue un acto justificable.
No lo dijo ni en las noticias, ni en un comunicado ni en una rueda de prensa, sino en el programa de Telecinco Sálvame. La presentadora del espacio de Mediaset Carlota Corredera le preguntó lo que muchos españoles piensan, que por qué se permitió desde el Gobierno celebrar el 8-M, la manifestación por el Día Internacional de la mujer. Y Montero respondió algo que dejó helados a gran parte de los televidentes.
«Ahora los expertos indican que los contagios pudieron empezar a ser muy potentes en la última semana de febrero, es decir, antes del 8 de marzo. Si hubiéramos tenido en ese momento la información de la que disponemos ahora habríamos tomado decisiones diferentes», contestó la ministra de Igualdad.
Si los contagios empezaron antes, con mayor motivo la celebración de la protesta por el día de la mujer trabajadora se debería haber contenido. Pero el argumento parece, o bien un desliz, o bien que se puso nerviosa ante las cámaras.
Creo que señalar solo al 8M, poner el foco en eso, cuando esa semana y la anterior hubo cientos de eventos culturales, deportivos, gente que incluso llamaba ‘alarmista’ a otras personas… es atacar al feminismo. Y pienso que esa es una opción ideológica, no científica. El feminismo se ataca con esto como ya se hacía antes, pero con otras cosas», aseguro la ministra de Igualdad.
Muchos han criticado que el Gobierno permitiera que se acudiera a eventos multitudinarios hasta después del 8 de marzo. Incluso desde Vox, que se celebró un acto político que reunió a miles de personas protagonizado por los dirigentes del partido de extrema derecha, han criticado que eso fue culpa del Gobierno de Pedro Sánchez.
Entre tanto, Montero sigue a la espera de que le levante el confinamiento y de que se le realice una tercera prueba del coronavirus para comprobar si es o no portadora. Ya se le han realizado tres test, algo que ha suscitado críticas de todos los sectores por el hecho de que la ministra de Igualdad tenga acceso a privilegios cuando le conviene. Aún así, Montero lleva tiempo confinada y espera poder retomar su actividad normal cuanto antes.