El Papa empezará a celebrar este domingo 5 de abril, Domingo de Ramos, una Semana Santa blindada y sin fieles debido a las medidas de contención para frenar la propagación del coronavirus. El Vaticano ha cancelado la gran procesión del Domingo de Ramos y en cambio está previsto que Francisco celebre una misa dentro de la basílica.
La Oficina de prensa de la Santa Sede ha informado del blindaje absoluto y ha especificado que los oficios de Semana Santa se celebrarán en el altar de la Cátedra de la basílica de San Pedro, y no bajo el baldaquino.
Además, se ha aplazado la misa crismal del Jueves Santo por la mañana con todos los sacerdotes de Roma, hasta que se retiren las medidas de confinamiento y restricción para controlar la pandemia.
El Papa no saldrá del Vaticano para los oficios de ese día, ni tampoco irá a una cárcel ni a un hospital como en años precedentes y celebrará a las 18.00 horas en la basílica una misa que no incluirá el rito habitual del lavado de los pies.
Tampoco el Vía Crucis del Viernes Santo se rezará desde el Coliseo. El Papa presidirá este momento en la plaza de San Pedro, a las 21.00 horas.
Tampoco está previsto la presencia de fieles en la Vigilia Pascual del Sábado Santo a las 21.00 horas ni tampoco en la misa del Domingo de Pascua a las 11.00, aunque serán retransmitidas en directo a través del portal de noticias de Vatican News. Además, tras la misa del domingo, el Papa rezará el Regina Coeli y dará la bendición Urbi et Orbi.
Así, el confinamiento afectará a todas las celebraciones litúrgicas previstas en Pascua: la del Domingo de Ramos el 5 de abril; la de Jueves Santo el día 9; la del Viernes Santo el 10 y el posterior Vía Crucis en el Coliseo Romano; la del Sábado Santo de Vigilia Pascual, y el Domingo de Resurrección con la tradicional bendición ‘Urbi et Orbi’.