En la Comunidad de Madrid había el año anterior 402.997 afiliados al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA). Cerca de medio millón de trabajadores que con la crisis del coronavirus han visto cómo sus ingresos se han reducido en marzo casi a cero. Ahora, el Gobierno presidido por Isabel Díaz Ayuso ha anunciado que les dará una ayuda de cinco millones de euros. Cada uno de ellos podrá optar hasta a 3.200 euros siempre que demuestre que ha mermado sus ingresos. Ahora bien, la forma de solicitarlo se ha convertido en una odisea, ya que entre los plazos, los formularios y el mal funcionamiento de la web, muchos lo han dado por perdido. Por no hablar de que si esa cantidad se repartiera de forma equitativa a todos los autónomos de la Comunidad de Madrid, tocarían a poco más de 12 euros por persona.
Las quejas no se han hecho esperar. Lo que la Comunidad de Madrid ha vendido como un éxito es, en realidad, un callejón. Para solicitar la subvención hay que rellenar un formulario por orden de entrada, por lo que se ha generado un atasco en la web que ha impedido a muchos solicitar las ayudas. Algunas gestoras han tirado la toalla y han avisado a sus clientes de que no las pueden pedir.
Luego vienen las otras quejas, las relacionadas con el importe que la Comunidad vende como un acto de absoluta generosidad. Los más de 400.000 autónomos no podrán obtener dinero, es prácticamente imposible ya que, de ser así, tocarían a 12 euros por persona. Pero es que el Gobierno de Díaz Ayuso se ha jactado de que los que hayan tenido más pérdidas podrán conseguir una subvención de hasta 3.200 euros, por lo que está claro que si alguno se lleva es importe privará a otros tantos de beneficiarse de esos cinco millones de euros.
Todos los autónomos se han visto muy perjudicados por el coronavirus. La actividad económica de todos se ha suspendido por el momento. Algunos siguen trabajando, pero sus ingresos se han reducido. Un mecánico puede arreglar coches durante la cuarentena, pero con todos los vehículos parados, pocos coches que arreglar. Y como ellos, prácticamente cualquier trabajador registrado en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos.
Desde las asociaciones de autónomos se han quejado considerables veces de que el Gobierno no ha atendido sus necesidades. Este colectivo de trabajadores ha pedido al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que suspenda el pago de la cuota de autónomos del mes de marzo, ya que ha estado vigente la cuarentena prácticamente todo el mes. Sin embargo, el Gobierno ha desoído sus reivindicaciones ante las críticas de muchas asociaciones.
hasta el Rey le ha llamado para preocuparse por la situación de los autónomos
Lorenzo Amor, el presidente de ATA (la Federación Nacional de Organizaciones de Autónomos) se ha quejado tantas veces que hasta el Rey le ha llamado para preocuparse por la situación de los autónomos. “Los autónomos merecemos el 1% de los 200.000 millones”, ha detallado en alguna ocasión. Sin embargo, la respuesta del Gobierno ha sido un no rotundo. A pagar.
La Comunidad de Madrid sí que no ha sido del todo impermeable a las exigencias de este colectivo de trabajadores y les ha ofrecido una ayuda que solo beneficiará a unos pocos y que apenas les ayudará a evitar la quiebra.
“El Gobierno no atiende por ahora el clamor de suspender la cuota. Muchos autónomos, que han cerrado su actividad o sus ventas han caído 75%, no podrán pagar su cuota sin ingresos y sin liquidez, generando recargos y morosidad que dificultará el cobro de su prestación”, aseguró el pasado 24 de marzo Amor.
Pero ante esto, la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno no quiso ceder y aseguró que se remite a las medidas ya aprobadas, como la prestación y exoneración de la cuota para aquellos que se vean obligados a cerrar o con una caída de ingresos del 75%. Por lo que, por el momento, no cederán ni un centímetro.
Unidas Podemos tampoco ha cedido demasiado con este asunto. Los golpes que han dado a sus socios de Gobierno han estado relacionados con el alquiler y otros asuntos, pero los autónomos siempre han estado en un segundo plano. Algo que ha extrañado mucho, ya que en España este colectivo representa una parte del PIB más que notable.