Si hay una población que es especialmente sensible y a la que afecta notablemente la expansión del coronavirus es a los ciudadanos de la tercera edad. A partir de los 70 años las probabilidades de que el virus sea letal se recrudecen, por eso es esencial proteger a los más mayores frente a la expansión de la pandemia. Esta situación ha levantado todas las alertas en las residencias de personas mayores, donde el riesgo a ser contagiado es mucho más preocupante.
Estos centros han extremado las medidas de precaución y prevención desde hace días, antes incluso de que se decretara oficialmente el estado de alarma. Sin embargo, a día de hoy siguen teniendo problemas para desarrollar su actividad de forma segura para los internos. Sobre todo, por la falta de material de protección para los trabajadores y la ausencias de test de detección del coronavirus.
LAS CARENCIAS EN LAS RESIDENCIAS
Las residencias de la Comunidad de Madrid, el territorio más afectado de España, están en números rojos. Las personas mayores que están internas son la población más vulnerable a padecer y morir a causa del coronavirus y todas las medidas de prevención son pocas. Esther García Galbeño es directora de uno de estos centros, la residencia Llanos Vital, situada en el municipio madrileño de Alpedrete, y cuenta cuáles son los principales obstáculos a los que se enfrentan en estos momentos.
“Nuestra misión es ayudar y tener atendidos a nuestros pacientes de la mejor manera”, resalta García Galbeño, antes de narrar los problemas que se están encontrando en el desarrollo de su actividad. El primero de ellos es la falta de medios y equipos de protección para los trabajadores del centro. “Somos aproximadamente 60 trabajadores que vienen cada día de fuera para cuidar a los residentes y no tenemos suficiente equipamiento. Ni para ellos ni para nosotros”, afirma la directora de Llanos Vital.
La falta de mascarillas, gel hidroalcohólico o guantes se ha convertido en una tónica habitual que expone notablemente a los más mayores, ya que ellos llevan 20 días aislados, pero los trabajadores se mueven a sus domicilios a diario. García Galbeño relata que, a raíz del recrudecimiento de esta situación, tampoco tienen acceso a los proveedores que habitualmente le suministran estos materiales para el uso de la residencia, ya que están destinando todos los recursos a la Sanidad, donde también se necesitan.
Las residencias no tienen acceso a los proveedores de material, ya que se destinan todos los recursos a la Sanidad
El segundo problema al que se enfrentan en las residencias madrileñas es a la falta de pruebas para diagnosticar el coronavirus entre los trabajadores que presentan síntomas. Según García Galbeño, este es el aspecto más importante. “Como estamos fuera del área sanitaria, que pertenecemos a la social, si un empleado muestra algún indicio de padecer el virus tiene que quedarse en casa aislado, sin saber si realmente lo tiene o no”. Esto, a su juicio, es un grave problema porque si todos los trabajadores enferman no hay nadie que pueda ocuparse de los residentes, que en su centro son 91. La directora de Llanos Vital asegura que de momento no hay nadie infectado por coronavirus en su residencia, pero sí hay cinco trabajadores en cuarentena en sus hogares, entre ellos un médico y una enfermera.
SOLUCIONES DE LA CAM AL CORONAVIRUS
García Galbeño afirma que las residencias, tanto público como privadas, se han unido en una mesa de coordinación en la que exponen sus problemas y en la que también está presente la consejería de Asuntos Sociales, que es la encargada de estos centros. La directora sostiene que desde hace dos días llaman a diario para conocer cómo es la situación en la residencia. Los controles se han incrementado a raíz de que murieran una veintena de ancianos infectados por coronavirus en la residencia madrileña de Monte Hermoso.
Desde la consejería de Asuntos Sociales insisten en que desde el principio de esta crisis su principal cometido ha sido atender a esta población de riesgo. En el momento en el que se conocieron los primeros casos de infectados en España, según sostienen, se pusieron en marcha protocolos de actuación para determinar los casos de aislamiento, las tareas de desinfección o las indicaciones de restringir las visitas de familiares para evitar posibles contagios.
La consejería que dirige Alberto Reyero en la Comunidad de Madrid también ha indicado que ya ha manifestado en más de una ocasión la importancia de dotar de mascarillas y otros equipamientos a los trabajadores y pacientes, aunque los suministros en estos momentos son escasos en todos los sectores. Desde el 18 de marzo —día en el que se conoció la muerte de una veintena de ancianos en una residencia de Madrid— también se han intensificado el control diario de estos centros.
“Actualmente se está haciendo un seguimiento de las 500 residencias existentes en la Comunidad de Madrid, tanto las de gestión privada como las de gestión indirecta y de titularidad de la Agencia Madrileña de Atención Social”, afirman. Además de este control diario, se ha procedido a la desinfección de varias residencias y está previsto que estas labores continúen a lo largo de la semana con el fin de evitar más episodios trágicos como el de Monte Hermoso.