No, el rey no puede renunciar a su herencia, según lo contempla el artículo 991 del Código Civil. Solo puede dejar constancia de su voluntad de hacerlo. Este domingo, Felipe VI tuvo un arrebato de transparencia, dignidad y honorabilidad y quiso desmarcar la Casa Real de los polémicos y turbios negocios de su padre, Don Juan Carlos. El monarca ha tomado la decisión de renunciar a su herencia y de arrebatar la asignación que percibe el rey emérito, según ha publicado Zarzuela en un comunicado oficial. Sin embargo, el Código Civil no permite lo primero, ya que para poder repudiar una herencia debe haber muerto «la persona a quien haya de heredar».
Son muchas las millones de dudas que se han arrojado desde Arabia Saudí sobre las comisiones y las sociedades offshore del rey emérito. Ante tanta polémica, Felipe VI ha dado un paso adelante y se ha desmarcado de las obras de su padre, Don Juan Carlos. Se ha desvinculado de los fondos abiertos, ha renunciado a la herencia que proviene de su padre, a todo su dinero, y le ha retirado al rey emérito la asignación salarial con la que contaba hasta ahora. Sin embargo, estas intenciones son solo maquillaje sobre la cara de una Casa Real tocada por las investigaciones y la actualidad, que arrojan más polémica sobre las actuaciones de Juan Carlos I.
«Nadie podrá aceptar ni repudiar sin estar cierto de la muerte de la persona a quien haya de heredar de su derecho a la herencia»
Aún así, ha quedado en evidencia que Felipe VI quiere romper con el legado de su padre. Y aunque el artículo 991 del Código Civil es claro, para algunos medios la intención es lo que cuenta. «Nadie podrá aceptar ni repudiar sin estar cierto de la muerte de la persona a quien haya de heredar de su derecho a la herencia», aclara el Código. Pero lo que sí ha hecho el actual monarca es dejar señalado a su padre al quitarle la asignación salarial que aún recibía del presupuesto de la Casa Real.
Los negocios turbios de Don Juan Carlos estallaron frente Casa Real con una información del diario inglés The Telegraph, en la que se aseguraba que Felipe VI aparecía como segundo beneficiario de una fundación offshore cuyo titular era el rey emérito. El rey de Arabia había realizado presuntamente una donación de cien millones de euros a esa fundación, llamada Lucum, dinero que debería haber ido a parar a los bolsillos del Rey.
Según han informado desde la Casa Real a través de un comunicado, no tenían conocimiento, “participación o responsabilidad alguna en los presuntos hechos que mencionaba —por lo que carecía de toda justificación lícita su involucración en los mismos— ni designaría representante legal para iniciar negociación alguna con el citado despacho de Abogados sobre los hechos descritos”, según han detallado en un comunicado oficial.
FELIPE VI Y EL COMPORTAMIENTO DE SU PADRE
A todo este escándalo hay que añadir que los fiscales suizos están investigando si hubo una comisión de 100 millones de euros para Don Juan Carlos por parte del rey de Arabia Saudí por la construcción del AVE a La Meca, algo que añade más polémica a los negocios que el rey emérito mantuvo en Arabia Saudí, un país muy criticado por algunos sectores por no respetar los derechos humanos. De esa famosa comisión el rey habría hecho en 2012 esa supuesta donación de 65 millones de euros a su amiga entrañable Corinna zu-Sayn-Wittgenstein, tal y como ha explicado el abogado de ésta.
El mensaje que ha mandado este domingo Felipe VI a través del comunicado oficial es contundente. “La Corona debe (…) velar por la dignidad de la Institución, preservar su prestigio y observar una conducta íntegra, honesta y transparente”, ha recordado en el comunicado oficial. “Que en coherencia con las palabras pronunciadas en su discurso de proclamación y con la finalidad de preservar la ejemplaridad de la Corona, S.M. el Rey quiere que sea conocido públicamente que S.M. el Rey Don Juan Carlos tiene conocimiento de su decisión de renunciar a la herencia de Don Juan Carlos”, prosigue.
Pero hay mucho más tras el mandato del rey emérito. Tal y como informó el diario El País, Don Juan Carlos también figura como tercer beneficiario de otra fundación llamada Zagatka, cuyo propietario es Álvaro de Orleans-Borbón y desde la cual se habrían pagado aviones privados al rey emérito. Más polémica arrojada sobre la Casa Real y más casos que en el comunicado tratan de aclarar.
“En relación con las noticias aparecidas en el día de hoy sobre la entidad denominada Fundación Zagatka, Su Majestad el Rey desconoce por completo totalmente y a día de hoy su supuesta designación como beneficiario de dicha Fundación”, han detallado en el comunicado.
La decisión del actual Rey no ha sido otra que echarse a un lado, repudiar los negocios de su padre y abandonar toda relación contractual con Juan Carlos, cuya vida como monarca ha dejado más pufos que bondades en Zarzuela. Pero eso sí, todo enmascarado de un maquillaje que tendrá que ser desempolvado por el Código Civil, que no contempla la posibilidad de que Felipe renuncie a su herencia. Tampoco a la que esté ligada a sociedades offshore de su padre, al menos hasta que el rey emérito fallezca.