Inmersos en plena pandemia, según ha sido ya calificada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el coronavirus se ha expandido desde su zona cero, la ciudad china de Wuhan, a lo largo y ancho del globo como si de una nube se tratase. El hecho es que el virus ya se encuentra presente en 124 países, y la cifra de positivos no deja de aumentar. La pregunta que se hace mucha gente ahora es: ¿Se podría haber evitado?
Evitar es probable que no, pero si prever. O por lo menos esto lo que objetaba el director del Instituto RAMS en Rusia, Oleg Kiselyov, quien aseguraba hace ocho años que existe un determinado tiempo entre una pandemia y otra. Según él, el tiempo que transcurre entre determinadas enfermedades se estaría reduciendo, llegando incluso a afirmar que «la próxima pandemia de gripe cubrirá el mundo en el año 2020», según declaraciones a la Agencia Rusa de Información Nóvosti.
Teniendo en cuenta la declaraciones de hace ocho años del director Kiselyov, la pandemias de influenza, es decir las gripes en general están compuestas por tres tipos de virus: A, B y C. Los de tipo A, pueden infectar tanto a humanos como a animales de distintas especies. Los de tipo B, son los virus que ocasionan las gripes estacionales solo en personas; y por último, los de tipo C, infectan a individuos y solo a cerdos, aunque se trata de casos muy leves que por lo general no se notifican.
En los últimos años se han identificado tres brotes epidémicos importantes causados por coronavirus: el SRAS-CoV, un síndrome respiratorio agudo y grave iniciado en noviembre de 2002 en China; el MERS-CoV, un coronavirus causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) fue detectado por primera vez en 2012 en Arabia Saudita; y por último el COVID-19, que a finales de diciembre de 2019 se notificaron los primeros casos de este nuevo coronavirus en China.
Si echamos cuentas, la frecuencia entre epidemias se ha reducido pasando de diez años entre 2002 y 2012, a siete años, entre 2012 y 2019. Ya en 2012, Kiselyov aseguró que estos intervalos entre pandemias iba a reducirse, y lo hemos notado con creces. Pese a que por ahora el Covid-19 está teniendo una tasa de mortalidad más baja que las anteriores, se está propagando más rápido que sus predecesoras.