No está siendo un paseo militar para Pablo Casado asentarse en el liderazgo del principal partido conservador de la oposición. Lo que se prometía como un camino de rosas después de recuperar parte del terreno perdido en las ultimas elecciones generales, se está convirtiendo en una carrera de obstáculos propiciada, más que por los ataques del enemigo político, por la consuetudinaria manía de los barones del PP de ir «a su bola», cuando su líder político no es el presidente de España y tiene el aparato del Estado para atizarles un mazazo y dejarles fuera del reparto de cargos. El liderazgo de Casado no es cuestionado por nadie a día de hoy en el partido, pero empieza a haber demasiado ruido innecesario en el entorno del líder popular generado por las ambiciones personales de tres barones: Isabel Díaz Ayuso, Cayetana Álvarez de Toledo y Alberto Nuñez Feijoó. Existen tres obstáculos en la consolidación definitiva en el liderazgo de Pablo Casado en el Partido Popular y los tres obstáculos tienen nombre y apellidos.
AYUSO BUSCA UN PERFIL NACIONAL
El primero y que menos visualiza la dirección nacional del PP es Isabel Díaz Ayuso. La ya bendecida como lideresa madrileña y alternativa a Casado por el diario ‘El País‘ trabaja de la mano de sus asesores para construirse un perfil nacional que ya está dando mucho que hablar en Génova: «Esta calcando la hoja de ruta de Esperanza Aguirre cuando intento echar a Rajoy pero sin cometer sus errores. Nunca polemiza con la dirección nacional, pero cada vez que puede se anticipa a dar su opinión y deja sin espacio mediático a Pablo Casado«, comentan fuentes de la Ejecutiva del PP nacional. El último episodio que confirma esta esta estrategia se vivió esta misma semana. Ayuso salió en tromba contra la Ley de Educación de Celaá asumiendo el liderazgo del PP en este asunto, horas después de que el Gobierno de Sánchez anunciara el nuevo texto legislativo. La presidenta madrileña anunció que recurriría el proyecto ante el Tribunal Constitucional en una rueda de prensa que «tuvo una parafernalia y una solemnidad propia de los Jefes de Estado», comentan expertos en comunicación, de tal manera que Ayuso quedó visualizada como la auténtica líder del PP y de la derecha española frente al Gobierno social-comunista de España.
El diario ‘El País’, el medio elegido por la presidenta para ir desglosando sus azañas, ratifica estas ansias de Díaz Ayuso por se la líder nacional que confronte con Pedro Sánchez y publicaba esta semana un artículo que titulaba «La agenda internacional de Díaz Ayuso irrita al Gobierno de Sánchez» en el que se desgrana como Ayuso ignora la agenda local derivada de su cargo que delega en Aguado sus Consejeros y se dedica a la política nacional e internacional enfadando al Gobierno de la Nación.»Lo sorprendente es que se enfade el Gobierno de la nación y no a Pablo Casado, al que esta dejando reducido a la mínima expresión como líder de la oposición», comentan fuentes conocedoras del asunto.Ayuso es la primera piedra en el zapato del liderazgo de Casado.
El punto de inflexión de este trabajo que se está llevando para lanzar a la presidenta como líder nacional estaría en conseguir la presidencia del PP de Madrid. Tener en un puño la designación de todos los cargos en el partido en Madrid y quien va en las listas y quien no, junto con el poder que le da ser la responsable de la administración con más presupuesto que manejan los populares le daría un poder a Díaz Ayuso que la haría imbatible.
Casado y Egea creen que el haber colocado mucha gente de Génova en la Comunidad le confiere ascendencia sobre esas personas, pero esas personas tardarán cero minutos en pasarse a Díaz Ayuso, como hicieron con Aguirre en su día, si la nueva líder emergente se hace con el PP de Madrid y se atisba que puede llegar más lejos», comentan fuentes conocedoras del asunto.
Ayuso remató la semana haciendo un acto paralelo en la Real Casa de Correos al de Pablo Casado para celebrar el Día Internacional de la Mujer y declinando asistir al que organizó el partido en el que sí estuvieron las mujeres del partido más cercanas al líder del PP, como Ana Beltrán, Ana Camins o Cuca Gamarra, entre otras. Además, se alineo con las tesis de Cayetana sobre el 8-M, desbaratando la estrategia del partido en este asunto.
CAYETANA ÁLVAREZ «DE LOS LíOS»
La segunda china en el zapato del liderazgo de Pablo Casado es la alborotada vida parlamentaria de su portavoz en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, quien suscita tantas filas como fobias en las filas del partido conservador. La portavoz, que en medios populares ya ha sido bautizada como «Cayetana Álvarez de los líos», es como un crédito en un balance contable: por un lado constituye un activo, pero, por el otro, también constituye un pasivo.
Cayetana levanta pasiones, tanto entre sus fans como entre sus detractores dentro de la formación, pero su «ruido mediático» ensombrece la estrategia de oposición de Pablo Casado, mucho más centrado y más moderado en sus mensajes desde el batacazo electoral de las generales del 28 de abril de 2019 donde la obsesión del PP por anular el discurso de Vox le llevo a los 66 diputados, un suelo histórico.
El momento Cayetana más sonado ha sido la bronca de estos días atrás a cuenta de la cadena de Televisión «La Sexta», a la que el verso suelto del PP acusó de trabajar para erosionar la Democracia en una entrevista en Onda Cero. La acusación desató las iras del grupo Planeta, del que forma parte la cadena dirigida por Antonio García Ferreras, que lanzó a todos sus medios y tentáculos contra la portavoz del PP, viviéndose momentos tan hilarantes como ver a diario La Razón, uno de los periódicos referente de la derecha en España dirigido por el peculiar Francisco Marhuenda, atizándole a Álvarez de Toledo varios días seguidos para desconcierto de su parroquia y sus lectores.
La guerra Cayetana vs Planeta ha distorsionado los mensajes de Pablo Casado y su equipo de dirección del PP estos días, quedando relegado por esta guerra de adhesiones y críticas a Álvarez de Toledo además de proyectarse una pésima imagen de desunión del partido con miembros tomando partido a favor y en contra de la alborotada portavoz. «La voz de Casado no se oye, entre Ayuso enmendándole la plana en el tema de la Ley Celaá y las broncas de Cayetana, los mensajes claves del lider del PP no llegan a la opinión publica. No solo es que no lleguen, es que encima lo único que se le pide al pobre Casado es que se posicione a favor de Cayetana o a favor de los críticos de la portavoz en el Congreso del partido. Un desastre comunicativo en toda regla», comenta una experta en comunicación política que prefiere no revelar su nombre. La segunda china en el liderazgo de Casado.
Cuando la ya bautizada como Cayetana Álvarez «de los Líos» se convierte en protagonista, la direcciòn del PP se echa a temblar. Los episodios vienen de lejos. Desde las críticas a la dirección del PP en la época de Rajoy por los resultados electorales hasta reconocer públicamente haber votado a Ciudadanos, pasando por uno de sus temas fetiche las críticas al movimiento feminista del 8-M, con el que esta semana ha vuelto a encararse, por la defensa que Pablo Iglesias ha tenido que hacer de la Ley de Libertad Sexual de la ministra Irene Montero. «Salió cual macho alfa a defender a su hembra», dijo. Otra vez más ruido y menos Pablo Casado.
FEIJÓO, LA ESPADA DE DAMÓCLES PERMANENTE
El tercer problema para la consolidación de Pablo Casado como líder del PP es la eterna y permanente comparación a la que se le somete con el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Nuñez Feijóo. El líder del PP gallego ha construido una «arcadia feliz» que ya no existe en Madrid, donde el bipartidismo funciona, hay mayorías absolutas y además su liderazgo abarca un amplio espectro de votantes desde el centro izquierda a la derecha más extrema.
Feijóo se permite el lujo, desde su mayoría absoluta, de rechazar el pacto con Ciudadanos, apoyar a Alfonso Alonso o criticar a Cayetana Álvarez de Toledo, sin que le pase factura ninguno de los asuntos protegido por el escudo de su mayoría parlamentaria. Además, ha convertido su liderazgo y las elecciones gallegas en algo plebiscitario tras repudiar a Vox: O mayoría absoluta, o me marcho.
Las encuestas señalan que esa mayoría absoluta de Nuñez Feijóo estaría en el alero y que Vox podría obtener un escaño, algo que en principio convertiría en un polvorín la Comunidad gallego y aliviaría a Casado del poder absoluto que ejerce el gallego en su territorio que quedaría debilitado. Pero el problema que tiene Casado es que su destino en parte está también ligado a Feijóo, ya que ante el escaso poder territorial del PP, perder Galicia, le supondría un problema a la dirección nacional del partido. «La opción de Casado es comprometida porque depende de tres líderes territoriales como Ayuso, Feijóo y Moreno Bonilla que si de debilitan, se debilita él también, pero si se fortalecen pueden intentar devorarle antes de lo que el imagina, principalmente los dos primeros que tienen ansias de trascender en lo político», comentan fuentes conocedoras de la situación interna del PP. Tercera china en el zapato del liderazgo de Casado.
De momento, nadie cuestiona el liderazgo de Casado en el PP: al menos en voz alta, pero los resultados electorales y la gestión que se haga de la oposición en el Congreso de los Diputados puede ir deparándonos novedades y cambios en la formación conservadora para recalibrar la estrategia de recuperar el poder perdido a lo largo de estos años.