«España no se merece el cambio que está proponiendo Podemos, con Iglesias como vicepresidente controlando el CNI, y con el apoyo directo o indirecto de los independentistas”. Estas palabras no son ni del Partido Popular, ni de Ciudadanos ni de Vox. Son del actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; y las dijo en junio de 2016 en el programa Espejo Público de Antena 3. Que Sánchez cambie drásticamente de opinión no es noticia, pero sí que las voces del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) han criticado que el presidente haya metido con calzador a Iglesias en la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos de Inteligencia.
Aquí @sanchezcastejon prediciendo el futuro.
pic.twitter.com/cauvDYY9ZR— Jordi Cañas (@jordi_canyas) February 23, 2020
Puede que Sánchez haya encontrado la fórmula para conciliar el sueño con Unidas Podemos en el Gobierno, pero lo que se escucha dentro del CNI no es precisamente una nana. Hay tensión y recelos porque el líder de Unidas Podemos conozca temas sensibles que comprometen la seguridad nacional. Lo cierto es que muchos de los agentes del centro no se fían ni del vicepresidente del Gobierno ni de toda la nebulosa que hay en torno al partido.
Iglesias se ha esforzado (y mucho) para que se le incluya en los asuntos de Inteligencia del país. Y Sánchez finalmente ha cedido. El líder de Unidas Podemos tendrá, literalmente, acceso a los secretos de Estado y a los asuntos más sensibles que orbitan en torno a España. Todo un hito, ya que incluso el vicepresidente del Gobierno podrá saber si el CNI investiga a su partido o si hay alguna pieza abierta para desencriptar su relación con los gobierno regidos por la nueva izquierda latinoamericana.
La obsesión de Iglesias no era ni la renta mínima universal ni derogar la reforma laboral. Su obsesión era controlar el CNI, algo que ya intuía Sánchez desde 2016, cuando fue entrevistado. «Yo dije que no sería presidente del gobierno a cualquier precio y, si tuviera una ambición personal sería ahora mismo presidente», comentó el Sánchez de entonces.
Ahora, Unidas Podemos se ha convertido en un partido con información privilegiada. Algunos de los agentes han filtrado su malestar por la decisión, ya que no es ningún secreto que el CNI no confía en el líder de Unidas Podemos. Y mucho menos en rendir cuentas ante Iglesias. Con esta decisión unilateral de Sánchez, el presidente del Gobierno espera reforzar los lazos de la coalición y evitar posibles fisuras durante la legislatura.
Nadie, ni el propio Sánchez, dentro del PSOE dudaba de que el acuerdo de coalición y el nombramiento de Iglesias pasaban por un asiento relevante en todas las comisiones de control en asuntos sensibles. Incluida la que revisa la actuación del CNI.
Según la ley, la Comisión Delegada para Asuntos de Inteligencia debe estar presidida por la vicepresidenta primera del Gobierno. Pero como Sánchez ha convertido las vicepresidencias en una moneda de cambio, lo que ocurriría respecto a la relación que tendría Iglesias con el Centro Nacional de Inteligencia era un misterio; hasta ahora. Para meterle con calzador, Sánchez se ha aferrado a una cláusula de esa ley que dice que «los titulares de aquellos otros órganos superiores y directivos de la Administración General del Estado que se estime conveniente» también pueden entrar en dicha comisión.
SÁNCHEZ, IGLESIAS Y SOROS
Recientemente, MONCLOA.COM desveló que el CNI considera una de las principales amenazas para España al magnate estadounidense de origen húngaro George Soros. Las razones son diversas, pero la que prima es que este personaje ha financiado a través de su ONG Open Society Foundation (OSF) una maraña de asociaciones que, en algunas ocasiones, han influido para provocar revueltas, confrontación y han contribuido mediante sus inversiones a desestabilizar países. Pero esto es solo una interpretación.
En el entorno de Iglesias aseguran que el líder de Unidas Podemos se ha reunido con el magnate en Barcelona
Los nombres de Iglesias y Sánchez se han asociado con este magnate al que el CNI considera una amenaza, pero no de una forma directa. Este coqueteo que ha tenido lugar a través de diferentes asociaciones siempre relacionadas con la OSF se ha hecho cada vez más notable. Y la buena relación, especialmente de Sánchez, con Soros (puesto que se ha reunido con el en algunas ocasiones, especialmente nada más acceder a la presidencia del Gobierno, y se ha fotografiado con el hijo del magnate, Alexander) y la entrada de Iglesias en la Comisión Delegada para Asuntos de Inteligencia, han hecho que varios agentes del CNI reciban los movimientos del nuevo Gobierno con recelo.
Respecto a Iglesias, la relación de éste con Soros es menos palpable. En el entorno del político sí que aseguran que el líder de Unidas Podemos se ha reunido con el magnate en Barcelona. Y otro de los guiños de las asociaciones del magnate hacia Iglesias se refleja en un informe del Open Society European Policy Institute, dependiente de la OSF, que considera al vicepresidente del Gobierno un potencial aliado.