Los restos de la vidente de El Escorial van a seguir los mismos pasos que la capilla. Aún queda por resolver una maraña administrativa importante plagada de recursos, pero según ha podido saber MONCLOA.COM, ya hay una sentencia que indica que el cuerpo de Luz Amparo Cuevas, aún enterrado en la finca de Prado Nuevo, debe salir del complejo. Con este paso, el que se ha llegado a convertir en un lugar de peregrinación por una presunta aparición de la Virgen, quedará desmantelado. Tanto como la capilla, que el pasado 30 de enero fue derribada por orden del Ayuntamiento de El Escorial.
Los restos de la vidente de El Escorial estaban situados junto a la capilla. Y se dice estaban porque ya no hay capilla que valga. Cientos de personas acuden todavía a la finca de Prado Nuevo para acercarse al fresno donde supuestamente se apareció la Virgen. Pero puede que a lo largo de 2020 eso se acabe, ya que la Justicia tiene claro que el cuerpo de Luz Amparo Cuevas debe ser desenterrado del complejo y sepultado en un cementerio.
Desde el Ayuntamiento lo saben. Y los concejales de El Escorial también. Lo que no conocen es cuándo llegará la fecha límite, pues en el caso de la capilla se tardó varios meses en ejecutar la sentencia, a pesar de que fuera inapelable. El presidente de la Asociación de Víctimas de las apariciones de El Escorial, Juan Carlos Bueno, espera que se realice pronto, pues, según sus declaraciones, se trata de una «secta destructiva» que no ha traído más que sufrimiento para muchas familias.
La maraña de ilegalidades cometidas en Prado Nuevo es importante. Con el amparo del Arzobispado de Madrid, entonces dirigido por el cardenal Rouco Varela, se construyó una capilla sobre suelo protegido y se enterró a la vidente sin los permisos necesarios. Todo lo había pedido la Virgen, según aseguró Amparo Cuevas, y ante la avalancha de fieles que se congregaban cada domingo en la finca, la Iglesia miró para otro lado. Al igual que la administración pública.
Fue solo cuando se fijaron los partidos políticos, las asociaciones de afectados y otros denunciantes particulares cuando las irregularidades empezaron a circular por la mesa de algunos jueces. Pero no sin dificultades.
La capilla ya ha sido derribada, pero no por la colaboración de los responsables. La Asociación de Seglares Reparadoras, Amor, Unión y Paz, apuraron el plazo hasta el final y, ante su inacción, obligaron al Ayuntamiento de El Escorial a financiar el derribo. Y aunque el recibo les llegará, todo parece indicar que con los restos de la vidente pasará exactamente lo mismo, aunque hay familiares de Cuevas que ya han solicitado trasladar el cuerpo de su madre a un cementerio.
El proceso judicial por el que se solicita exhumar los restos de la vidente de El Escorial de Prado Nuevo es independiente al de la capilla. Va por libre, y éste se lleva con una mayor discreción. Algunas fuentes cercanas a la asociación de seglares aseguran que con todo este proceso, al igual que el de la capilla, hay dos facciones enfrentadas. Una más proclive por cumplir las exigencias de la justicia y acabar con el circo que se ha montado en torno a Amparo Cuevas. Y otra más beligerante, que tiene la batuta de mando y que sigue apurando los trámites administrativos a la espera no se sabe muy bien qué.
EL FRESNO
El 14 de junio de 1981 la vida a Luz Amparo Cuevas dio un giro de 180 grados. La conocida como vidente de El Escorial se ganó su sobrenombre tras asegurar que esa noche la Virgen de los Dolores se le había aparecido en un fresno, hoy repleto de adornos. Pero no solo la visitó. También le dio un mensaje que ella trasladó al mundo: “Quiero que se construya en este lugar una capilla en mi honor. Si hacéis lo que yo digo, el agua de esta fuente curará. Todo el que venga a rezar aquí será bendecido por mí. Haced penitencia. Orad”.
Y así se haría, pero con la ayuda del Ayuntamiento de El Escorial. Tan solo dos años después, en 1983, la Virgen volvió a visitar a Luz Amparo Cuevas. Esta vez le pidió que se construyeran casas para los más desfavorecidos. Y tras esta aparición, la comunicación entre Cuevas y la divinidad se hizo más intensa. Hasta 376 apariciones vivió la vidente, según aseguró. Y en cada una de ellas, le transmitía un mensaje que ella regalaba al mundo.
Este mensaje caló en decenas de miles de personas. Las visitas de los fieles a Prado Nuevo se hicieron cada vez más intensas. Todos querían escuchar a la vidente de El Escorial. Y muchos de ellos hicieron millonarias donaciones para que, entre otras cosas, se construyera la famosa capilla. Ahora, cada primer sábado de cada mes, miles de adeptos visitan la tumba de Cuevas.