El pasado lunes 3 de febrero se vivieron dos episodios en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas que mantuvieron en jaque a las autoridades y que alteraron el correcto funcionamiento del aeródromo. Uno de ellos fue el aterrizaje de emergencia que tuvo que realizar un avión de Air Canada al final de la tarde tras varias horas dando vueltas por el cielo de la capital. Antes, por la mañana, unos drones obligaron al cierre de su espacio aéreo durante dos horas.
A raíz del suceso, la Policía Nacional ha vuelto a hacer hincapié en la necesidad de que los ciudadanos se informen previamente sobre las condiciones en las que los drones pueden o no ser utilizados. Además, insiste en que se debe ser consciente del peligro que pueden ocasionar.
Ante estos posibles riesgos, la Policía Nacional dispone de medios con los que trata de evitar cualquier peligro relacionado con el vuelo no autorizado de estos vehículos aéreos no tripulados.
117 VUELOS ILEGALES DE DRONES EN ENERO
En Madrid, el Cuerpo Nacional de Policía cuenta con un sistema de inteligencia artificial. Este se encarga de detectar vuelos no autorizados de drones por el cielo de la capital de España. La «Policía del Aire» detectó durante el pasado mes de enero un total de 117 vuelos ilegales. En la gran mayoría se pudo llegar hasta los responsables de pilotar las aeronaves. Estas eran operadas desde la vía pública, domicilios particulares e incluso hoteles de Madrid.
El peligro que pueden llegar a ocasionar estos vuelos no autorizados hace que las sanciones puedan llegar a alcanzar los 4,5 millones de euros de multa.
El sistema empleado por los agentes de la Policía Nacional en la capital de España es capaz de aportar en cada una de sus alertas la ubicación exacta en la que se encuentra el dron detectado. De esta manera, el Centro Inteligente de Mando de Comunicación y Control 091 recibe el aviso y puede movilizar de forma inmediata a una patrulla para que se dirija a ese lugar exacto. Gracias a este sofisticado sistema, durante el mes de enero se ha alcanzado una media de más de tres vuelos no autorizados cada día.
PELIGRO PARA LOS AVIONES
A lo largo de los últimos meses se han detectado casos en los que los drones volaban a alturas de hasta medio kilómetro. Esto supone un gran peligro para el uso del espacio aéreo por parte de otras aeronaves como los aviones.
La Ley de Seguridad Aérea establece una serie de sanciones que se clasifican en leves, graves y muy graves. Estas van desde el apercibimiento de multa de un mínimo de 60 euros hasta un máximo de 4,5 millones de euros.
Por todo ello, desde la Policía Nacional se recuerda la importancia de informarse adecuadamente de las condiciones en las que un dron puede ser utilizado. Además hay que considerar que no es un «juguete» y que puede llegar a ocasionar situaciones de riesgo.
Por otro lado, los agentes cuentan con otros sistemas de neutralización para poder controlar la actividad sobre el cielo de la capital. El control y anulación del funcionamiento de un dron puede realizarse mediante sistemas fijos, portátiles o móviles.
CIERRE DEL ESPACIO AÉREO EN MADRID
El pasado lunes 3 de febrero el espacio aéreo del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas fue cerrado durante cerca de dos horas. La causa fue la presencia de drones no autorizados sobrevolando las inmediaciones del reciento aeroportuario.
En el transcurso de la mañana dos pilotos notificaron el avistamiento de unos drones. Ante esta situación se activó el procedimiento de desvío masivo de aviones «Rate 0». Este dispositivo impide el despegue y aterrizaje de aviones en el aeropuerto por motivos de seguridad.
Tras conocerse la presencia de estos drones, a partir de las 12:40 horas los aviones que se dirigían al aeropuerto madrileño fueron desviados a otros aeropuertos. Además, se suspendieron los despegues que estaban previstos. Solo permaneció operativa para urgencias las aproximaciones a la pista 32L, aunque con un mayor esparcimiento en cada aterrizaje. A las 14:15 horas del lunes se restablecieron los vuelos.
En total, 26 vuelos se desviaron a otros aeropuertos. De ellos, siete fueron desviados a Valencia, tres a Barcelona, tres a Zaragoza y dos a Alicante.
Tras el incidente, el equipo Pegaso de la Guardia Civil, que se encarga de la vigilancia y propuestas de sanción de drones, inició la investigación. Para ello cuenta con la colaboración del gestor del aeropuerto AENA y el gestor de navegación aérea Enaire.
LA GUARDIA CIVIL DUDA DE QUE EL CIERRE SE DEBIESE AL USO DE DRONES
A medida que avanzan las pesquisas policiales, la Guardia Civil empieza a poner en duda que fuera un dron la causa del cierre del aeropuerto de Madrid. Los agentes desplegados en los alrededores del aeropuerto no encontraron rastro alguno de la presencia de una aeronave de estas características.
Las investigaciones siguen en marcha y no se descarta ninguna hipótesis, aunque por el momento no hay ningún rastro de que hubiese drones sobrevolando Barajas.
En este sentido hay que recordar que los aeropuertos españoles no tienen sistemas de detección de drones. Por ello, el protocolo de emergencia solo se activa cuando un mínimo de dos pilotos avisan a la torre de control de la presencia de aeronaves.
En esta ocasión fueron dos pilotos de vuelos comerciales, cuando despegaban, los que dieron la voz de alerta. También lo hizo un empleado del aeropuerto de control de fauna, que utilizan halcones para evitar la presencia de pájaros en la pista.
En el año 2008, cuando entró en vigor el decreto que regula la utilización de aeronaves pilotadas de forma remota por parte de civiles, el Instituto Armado llevó a cabo la creación de «Pegaso». Este es un equipo específico de la Guardia Civil que actúa en Barajas para el control de drones. Esta unidad se encarga de evitar que este tipo de equipos puedan poner en riesgos los despegues o aterrizajes de aviones.
NORMATIVA
La normativa que regula el uso de drones prohíbe volar a menos de 8 kilómetros de un aeródromo y hasta 15 kilómetros en el caso de Barajas. Tampoco puede hacerlo dentro del espacio aéreo controlado, que protege el tráfico de entrada y salida.
Además, también impide el vuelo en zonas urbanas salvo que tenga un peso menor a los 250 gramos. Tampoco puede superar los 20 metros de altura y no se acerque a edificios de menos de 50 metros.