La Policía Nacional, en colaboración con la policía francesa, ha desarticulado una organización criminal que se encontraba especializada en el robo de vehículos. 20 personas han sido detenidas, 11 de ellas en Alicante y 9 en Francia.
La banda estaba integrada por personas altamente especializadas en la sustracción de vehículos, además de estar perfectamente estructurada y jerarquizada. De esta manera, cada uno de los miembros tenían claras sus funciones, en las que eran especialistas. Desde los responsables de cometer el robo de los vehículos hasta los encargados de su regularización para una posterior venta.
A los presuntos autores de los hechos investigados se les imputa el robo de más de 80 vehículos en las provincias de Alicante y Gerona. Una vez los sustraían se encargaban de modificar sus matrículas y resto de elementos identificativos para posteriormente enviarlos al norte de África. En los registros efectuados, los agentes de la Policía Nacional han aprehendido numeroso material especializado para la sustracción de vehículos.
ROBO DE TODO TIPO DE COCHES
La investigación dio comienzo después de que los agentes tuviesen constancia de la existencia de un grupo criminal que, presuntamente, centraba su actividad en el robo de vehículos. Se pudo constatar desde el primer momento que su preferencia era la de sustraer coches de un grupo automovilístico francés, en especial de vehículos comerciales. No obstante, robaban todo tipo de coches.
En el transcurso de la investigación, la Policía Nacional pudo confirmar que se trataba de una red perfectamente organizada y jerarquizada. El grupo criminal actuaba desde hacía años en España y Francia.
Los cabecillas del grupo criminal residían en Alicante y Figueras (Girona), mientras que el resto de sus miembros, que eran de origen árabe con nacionalidad francesa y argelina, se repartían diferentes tareas y funciones dentro de la propia organización. Cada uno de ellos estaba especializado en sus respectivas labores.
MODUS OPERANDI
El modus operandi de la organización criminal consistía en acceder al vehículo fracturando una de las ventanillas para luego manipular los sistemas de bloqueo y arranque. Para ello hacían uso de medios electrónicos.
Los encargados de la comisión de las sustracciones de vehículos eran especialistas dotados de los equipamientos informáticos más avanzados. A pesar de ello, no dudaban a la hora de ejercer la violencia cuando eran descubiertos, ya que en una ocasión incluso cometieron un robo pistola en mano.
Una vez que lograban acceder al coche y ponerlo en marcha, lo trasladaban a lugares poco frecuentados. Allí lo dejaban aparcado durante un tiempo prudencial para no ser detectado, al mismo tiempo que otros de los integrantes de la trama se encargaban de preparar el lugar en el que tendría lugar la falsificación de la documentación y de sus elementos identificativos.
Llegados a esta fase, contaban con personas con acceso a las bases de datos de tráfico españolas y francesas. También con especialistas en la manipulación de bastidores y falsificación de documentos oficiales.
Una vez que un vehículo objeto de robo era manipulado y su documentación falsificada, llegaba el turno de los conductores. Estos eran los responsables de embarcar los vehículos de forma directa o en contenedores en barcos, los cuales los llevaban al norte de África. Para ello hacían uso de los puertos de Marsella y Lyon, en Francia, y de Alicante y Valencia, en España.
TRASLADOS ESPAÑA – FRANCIA
Para tratar de evitar ser descubiertos, desde el grupo criminal trasladaba el vehículo robado de un país al otro, desde el cual era enviado al destino final.
De esta manera, los vehículos que eran sustraídos en España se trasladaban a Francia para su almacenaje y falsificación para luego llegar a África. En el caso del robo de vehículos en Francia, estos eran enviados a España y luego a África.
ROBO DE VEHÍCULOS POR ESPECIALISTAS
En cada una de las fases desarrolladas por el grupo criminal, el entramado contaba con grandes expertos en cada materia, desde los responsables de la sustracción de los vehículos hasta los gestores administrativos que regularizaban los coches robados en las Direcciones de Tráfico de España y Francia, pasando por los conductores, mecánicos y falsificadores.
En sus pesquisas, los investigadores pudieron conocer que uno de los cabecillas de la organización regentaba un negocio de compra-venta y alquiler de vehículos. Estaba localizado en la ciudad de Alicante y lo utilizaban como empresa pantalla. De esta forma, buscaba dar apariencia legal y blanquear el dinero que obtenían de forma ilegal a través del grupo delictivo.
Una vez identificados los integrantes de la organización criminal, se llevó a cabo un dispositivo policial, en el que participaron la Policía Nacional y la policía francesa. Con motivo del mismo se detuvieron 18 personas, 9 de ellas en España y 9 en Francia. Entre los arrestados se encontraban los cabecillas de la banda criminal.
SEIS REGISTROS EN ESPAÑA
En España se practicaron seis registros domiciliarios. Cinco de ellos tuvieron lugar en Alicante y uno en Gerona, además de varios registros en empresas dedicadas a la reparación y venta de automóviles.
En ellos se intervino numerosa documentación y gran cantidad de herramientas para el robo y falsificación de vehículos. Entre los efectos aprehendidos se encontraban centralistas, OBDs (una camuflada en el interior de la estructura un armario), placas de matrícula, bastidores, troqueles, ordenadores y otro material electrónico. También se incautaron cinco vehículos que utilizaban los propios integrantes de la organización.
MÁS DE 80 VEHÍCULOS ROBADOS
A los detenidos se les imputa la comisión de más de 80 robos de vehículos en España. Gracias a la desarticulación de la banda se han podido esclarecer por completo 48 sustracciones. Además, los agentes recuperaron 12 de los vehículos robados, ya devueltos a sus propietarios.
En la última fase de la operación, los investigadores detuvieron en Alicante a otras dos personas. Estas tenían una relación estrecha con una estación de Inspección Técnica de Vehículos (ITV). Los arrestados colaboraban, presuntamente, con la organización delictiva, dando el visto bueno a vehículos robados en Francia y matriculados en España. De esta forma cumplían con los requisitos para su posterior envío a África, donde eran vendidos.
Los detenidos en España son de nacionalidad española, francesa y argelina, con edades comprendidas entre los 36 y 48 años. Se les acusa de delitos de robo con fuerza, blanqueo de capitales, falsificación documental y pertenencia a grupo criminal. Tras pasar a disposición judicial, cuatro de los detenidos ingresaron en prisión provisional.