Se acabó el tiempo. La Asociación de Seglares Reparadoras, Amor, Unión y Paz ha alargado el proceso de derribo de la capilla de la vidente de El Escorial, Luz Amparo Cuevas, todo lo que ha podido. Pero ante la inacción de la asociación, el Ayuntamiento de El Escorial se ha visto obligado a tomar las riendas de la demolición y ya tiene fecha de ejecución: mañana, 30 de enero.
El templo está edificado sobre suelo protegido. Y pese a que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) emitió en junio de 2019 una sentencia firme que obligaba a la asociación a echar abajo la capilla, esta entidad se negó y dilató los plazos hasta el punto de que ha obligado a los técnicos del Ayuntamiento a contratar a una empresa para que tire abajo el templo, junto al cual se encuentra enterrada la propia Cuevas.
El abogado de los denunciantes (Acción Plural, Plataforma Ciudadana Escurialense, Entorno Escorial, Escorial Laico y Equo), José Mariano Benítez de Lugo, ya advirtió de que esto (ignorar el mandato judicial de derribar la capilla) podía pasar y señaló que, de hacerse, podría haber «multas coercitivas».
El PSOE de El Escorial, muy beligerante con este asunto, por fin parece haber hecho reaccionar al Ayuntamiento. “Lo llevamos reclamando desde 2014”, explicó el año pasado el secretario general socialista del municipio, Cristian Martín. “De hecho, el Ayuntamiento está utilizando recursos públicos para defender las ilegalidades de la asociación desde hace mucho tiempo”, aseguró Martín en declaraciones a MONCLOA.COM.
La única duda que planea sobre la finca donde se encuentra la capilla es si se retirarán también los restos de la vidente, que están enterrados junto al templo. Esto es algo que no quedará en el olvido, especialmente porque hay asociaciones, como la Asociación de Víctimas de las apariciones de El Escorial, que todavía a día de hoy siguen con el ojo puesto en las presuntas irregularidades que ha cometido la asociación de seglares.
Son muchas las familias que se han visto afectadas por lo que consideran una «secta destructiva». Tal y como explica el presidente de la asociación de víctimas, Juan Carlos Bueno, desde el grupo religioso se apropiaban presuntamente de los bienes de los adeptos, razón por la que ahora, según asegura Bueno, existe un gran imperio inmobiliario alrededor de los herederos de Cuevas.
La capilla junto a la que descansan los restos de Luz Amparo Cuevas está en la finca de Prado Nuevo de El Escorial. El templo se edificó en una zona elevada, donde se encuentra el fresno en el que la Virgen se le apareció, según aseguraba la vidente. Todos los primeros sábados de cada mes, cientos de adeptos y creyentes visitan la finca y la capilla. Un lugar que despierta tantas pasiones como repudios, ya que algunas agrupaciones como Asociación de Víctimas de las apariciones de El Escorial están en pie de guerra con lo que consideran una “secta destructiva”.
Incluso el antiguo ministro de Interior Jorge Fernández Díaz se acordó de los miembros de esta asociación en unas declaraciones en las que aseguraba que llevaban al “demonio dentro”. Unas palabras que el presidente del grupo, Juan Carlos Bueno, considera ofensivas al venir de alguien que fue representante público.
El 14 de junio de 1981 le cambió la vida a Luz Amparo Cuevas. La conocida como vidente de El Escorial se ganó su apodo tras asegurar que esa noche la Virgen de los Dolores se le había aparecido en un fresno. Pero no solo la visitó. También le dio un mensaje que ella trasladó al mundo: “Quiero que se construya en este lugar una capilla en mi honor. Si hacéis lo que yo digo, el agua de esta fuente curará. Todo el que venga a rezar aquí será bendecido por mí. Haced penitencia. Orad”.