Los vigilantes de Ilunion, encargados de los filtros de seguridad en el aeropuerto de Barajas, van definitivamente a huelga. Alternativa Sindical, que representa a un 20 % de estos trabajadores, interpuso a mediados de enero una demanda de huelga ante el Instituto Laboral que ha desembocado en un acto de conciliación entre el sindicato y la empresa de vigilancia perteneciente al Grupo ONCE en el Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje (SIMA). Una reunión entre ambas partes que ha finalizado sin acuerdo.
Los trabajadores irán definitivamente a huelga a partir del 13 de febrero y su duración es por el momento indefinida. Según anuncian fuentes sindicales, durante el encuentro, que ha durado poco más de media hora, la empresa demandada ha manifestado “su falta de diálogo” para llegar a un entendimiento. Los vigilantes llevan tiempo denunciando “numerosos incumplimientos y problemas laborales” que, por el momento, siguen sin solución.
Más del 50 % de la plantilla de Ilunion en el Aeropuerto Madrid-Barajas “tiene judicializada reclamaciones salariales y laborales de distinta naturaleza”, alegan desde Alternativa Sindical. Sin embargo, los motivos por los que se ha decidido convocar este nuevo parón son otros. Los trabajadores denuncian que no se está cumpliendo con los tiempos de descanso semanal que les corresponderían.
Una situación que, además de repercutir en cansancio para llevar a cabo sus funciones, complica la conciliación familiar de los vigilantes. Otra reivindicación que ha motivado el inicio de la huelga es “el incumplimiento”, por parte de la empresa, del “incremento salarial sobre la hora extraordinaria”. Este aumento sería de “un 75 % sobre el valor de la hora trabajada cuando no se respeta el descanso semanal”, como fijó “el Tribunal Supremo el año pasado”. No obstante, esta subida no está siendo debidamente reflejada en las nóminas de los profesionales de seguridad.
El portavoz de Alternativa Sindical, Alberto García, añade otras causas que justifican la decisión del sindicato. Los vigilantes alegan que hay falta de vestuario así como impago del plus de rotación. También sería necesaria una ampliación del personal cualificado para realizar trabajos con códigos RX (radioscopia). Por último, han adjuntado una reivindicación histórica del colectivo: que todos los contratos pasen a indefinidos. Un extremo que “la empresa sigue sin cumplir”.
EXTENSIÓN DE LAS MOVILIZACIONES DE ILUNION
Desde el sindicato avisan que Madrid es el comienzo, pero esperan que otros aeropuertos españoles que atraviesan la misma o similar situación se sumen a las protestas. García confía en que otros compañeros de profesión, como los trabajadores del aeropuerto Santander-Seve Ballesteros se adhieran “casi con total seguridad” a la huelga. De hecho, ya está convocada para el mismo día que en Madrid. Otro que puede verse afectado es el de Las Palmas, también gestionado por Ilunion.
AENA, SEÑALADA
Más allá de la responsabilidad que le confiere a Ilunion, el sindicato también apunta a AENA –la empresa pública que gestiona los aeropuertos– como responsable de este desenlace. Según afirman desde Alternativa Sindical, en abril del año pasado se adjudicaron los servicios de seguridad de todos los aeropuertos de la red por “un importe total de 345,5 millones de euros por un periodo de dos años”. Los grupos que se quedaron con estos lotes fueron Eulen, Segurisa, Trablisa e Ilunion.
Según García, el gestor aeroportuario AENA tiene responsabilidad directa en la continuidad de huelgas y protestas porque “abarató los pliegos de licitación de los servicios de seguridad” y esto provocó que “empresas low cost, como Ilunion” pudieran presentar una oferta. El portavoz lamenta que no haya servido de nada los avances que se consiguieron tras la huelga de los vigilantes de El Prat en 2017, porque ahora no se están respetando esas mejoras laborales.
ANTERIORES HUELGAS
No es la primera vez que los trabajadores de Ilunion se plantan en el aeropuerto de Madrid-Barajas. La más reciente tuvo lugar en abril de 2019 y en aquella ocasión la empresa calificó de “mínimo” el seguimiento de la misma, que al igual que en esta ocasión, afectaba a los filtros de seguridad del recinto. En 2018 también hubo otro amago de parón indefinido en la capital y en Las Palmas, pero en aquella ocasión no llegó a materializarse porque llegaron a un acuerdo in extremis a pocas horas de que empezara.