Los presuntos ataques de lobo al ganado en la Comunidad de Madrid siguen dando dolores de cabeza a los ganaderos. Según los últimos datos solicitados por el grupo socialista de la Asamblea de Madrid, de enero a septiembre de 2019 se denunciaron 260 ataques, cuyo coste en indemnizaciones fue de 111.305,94 euros. En 2018, los datos fueron aún peores, 383 presuntos ataques de lobo por un coste de 154.627,60 euros. Todos estos datos, solicitados por el PSOE de la mano del diputado Rafael Gómez Montoya, ahondan en lo que para muchos ya es un problema: la convivencia entre los ganaderos y el lobo ibérico.
El lobo ya está asentado en la Comunidad de Madrid. Esta realidad ha llevado a muchos ganaderos madrileños que no están acostumbrados a convivir con esta especie a denunciar presuntos ataques de este animal. Algunos expertos forestales cuestionan que todos los ataques estén protagonizados por esta especie protegida, pero lo que es cierto es que la Comunidad ha pasado de pagar, en 2013, 3.000 euros en indemnizaciones, a abonar 154.000 en 2018. Y los últimos datos no animan a pensar que esto se vaya a solucionar rápido.
«Ni todos son ataques de lobos, ni todos son ataques de perros silvestres», afirman los expertos forestales preguntados por MONCLOA.COM. En la Comunidad de Madrid se estima que hay alrededor de 40 lobos ibéricos, según el Gobierno regional. Y según aseguran los datos de las denuncias, estos son los responsables de los 260 ataques que han tenido lugar de enero a septiembre de 2019.
Junto a estos datos, también han aumentado los de los atropellos a lobos ibéricos en la Comunidad de Madrid. Todo parece indicar que el animal protegido ha llegado a la Comunidad de Madrid para quedarse, pero el Gobierno de la Comunidad de Madrid tiene que lidiar con la convivencia que ello supone.
“Un juez determinó que deberíamos cobrar hasta cuatro veces más”, ha asegurado el presidente de la Unión de Agricultores, Ganaderos y Silvicultores de la Comunidad de Madrid (Ugama), Alfredo Berrocal. Los ganaderos insisten en que es un problema y que la administración no les ayuda lo suficiente. Y entre medias, grupos como el PSOE o Más Madrid tratan de buscar una solución que permita que la especie se asiente con normalidad y seguridad en los parques naturales madrileños sin que perjudique a los ganaderos.
Los grupos animalistas insisten en que la mayoría de las denuncias son falsas. Algo que no desmienten del todo los expertos forestales. Uno de ellos, que ha hablado con MONCLOA.COM, nos detalla que no es tan fácil dirimir si los ataques han sido de lobo o de perro salvaje, aunque existen diferencias. En cualquier caso, lo que es cierto es que estos ataques cuestan a las arcas públicas más de 100.000 euros al año.
EN ASCENSO
En 2016, se registraron 251 denuncias; en 2017, 337 y en 2018 hasta 398. Y según la asociación de ganaderos, los ganaderos han ganado todas las demandas (a pesar de que no reciben un importe acorde a las pérdidas). “Quieren aburrir al ganadero y ahogarle económicamente”, aseguró Berrocal. Lo que sí es cierto es que antes de que los datos de la Comunidad de Madrid apuntaran a que el lobo había llegado para quedarse, se presuponía que los ataques eran de perros asilvestrados.
En cualquier caso, los datos económicos son los que más preocupan a la Comunidad de Madrid. De los 3.000 euros en indemnizaciones que se gastaron en el año 2013, han pasado a 154.000. Y este 2019, a falta de tres meses para que acabara el año, los datos recogidos indicaban que ya llevaban 260 denuncias por un valor superior a los 111.000 euros.
Desde Ugama aseguran que ellos no están en contra de que el lobo se asiente en Madrid, pero sí que piden ayudas para que la convivencia sea posible. Algunos partidos como PACMA señalan que hay mucha oscuridad en torno a las denuncias, pero Berrocal, ante esa pregunta, sostiene que él sería el primero que expulsaría a un ganadero de la asociación si se entera de que ha denunciado de forma falsa para cobrar una indemnización.
Para solucionar el problema entre el lobo y los ganaderos, los técnicos forestales recomiendan emplear medidas que ya se han llevado a la práctica en las regiones donde el lobo siempre ha estado presente. Los ganaderos extensivos del norte de España, de zonas como Asturias o Galicia, utilizan mastines, corrales o vallas sonoras para alejar al lobo de sus rebaños. Aún así, en esas regiones los ganaderos también denuncian las pérdidas que les generan estos depredadores, llegando incluso a matarlos de forma legal, ya que el lobo no está protegido al norte del río Duero.
