Agentes de la Guardia Civil, en colaboración con la Policía Local de Melilla han desarticulado una organización criminal dedicada al narcotráfico en dobles fondos practicados en vehículos desde Melilla y cuyo destino era la Península.
En el marco de la operación «TUKANO» han resultado detenidas cinco personas, de nacionalidad española, colombiana y albanesa. Se les acusa de pertenencia a organización criminal, falsificación documental y tráfico de drogas.
En el desarrollo de la investigación se han practicado ocho registros en Valencia, Cuenca y Melilla. En ellos se ha intervenido un laboratorio completo destinado al tratamiento y la preparación de hachís. También ha sido aprendido numeroso material destinado a la fabricación de plantaciones indoor de marihuana. En cuanto a las sustancias estupefacientes aprehendidas en los registros, se encuentran 654 kilogramos de hachís y una importante cantidad de escopolamina, popularmente llamada como «burundanga».
También se incautaron 12 vehículos, 3.600 euros en efectivo y se han embargado y bloqueado 14 bienes inmuebles con un valor de 1.500.000 euros, así como la actividad mercantil de once empresas «pantalla».
ORGANIZACIÓN CRIMINAL ASENTADA EN MELILLA
La operación se inició en el pasado mes de mayo después de que fuera detectado un camión con un doble fondo de gran capacidad. Este vehículo levantó las sospechas acerca de su posible uso por parte de organizaciones dedicadas al tráfico de drogas.
Tras su detección, las investigaciones de los agentes continuaron su curso y se pudo comprobar que el líder de la red criminal se encargaba en primer lugar de llevar a cabo labores de «cobertura». Para ello recurría a sus hombres de máxima confianza para que se instalasen en Melilla. Lo hacían en zonas discretas y tranquilas en las que evitaran levantar sospechas y poder así pasar totalmente desapercibidos.
Asimismo, alquilaban naves comerciales para tratar de dar una apariencia de normalidad con respecto a la actividad comercial ficticia a la que supuestamente se dedicaban.
Una vez que se encontraban debidamente afincados, procedían a contactar con otros grupos criminales dedicados al tráfico de hachís asentados en Marruecos o en la propia ciudad autónoma. Estos eran los encargados de abastecerlos de la droga que llega procedente de Marruecos.
Para ello, la organización hacía uso de una «guardería» en la que almacenaba la droga. La misma se encontraba dotada de un laboratorio muy completo en el que se preparaban las sustancias estupefacientes. La droga era envasada al vacío para posteriormente introducirlas en un camión-furgón al que habían realizado un doble fondo en el suelo. De esta manera trataban de eludir los controles policiales.
Una vez que el vehículo era cargado con la droga, este era embarcado en el ferry que une las ciudades de Melilla y Algeciras. Cuando llegaba a la Península, era dirigido por vía terrestre a Valencia, donde era distribuida finalmente la droga.
11 EMPRESAS «PANTALLA»
Con los beneficios obtenidos fruto de su actividad ilegal, la red contaba con once empresas «pantalla». Haciendo uso de la «ingeniería mercantil», activaban o desactivaban las mismas para así blanquear el dinero que el narcotráfico les proporcionaba. Así trataban de evitar las sospechas por parte de la Administración.
Las correspondientes pesquisas policiales permitieron intervenir un total de 14 bienes inmuebles cuyo valor es de 1,5 millones de euros. También fueron intervenidas y fiscalizadas las 11 empresas «pantalla» utilizadas por la trata criminal.
LABORATORIO ‘INDOOR’ DE MARIHUANA EN VALENCIA
Las indagaciones llevadas a cabo por los agentes acerca de la red criminal, permitió a la Guardia Civil localizar un laboratorio indoor de marihuana en un garaje de Valencia.
Este se encontraba dotado de sistemas de aire acondicionado para así conseguir la temperatura óptima que se requiere para la plantación y crecimiento de las plantas. Además disponía de toda la instalación eléctrica necesaria, formada por numerosos contadores. De esta forma buscaban suministrar de la manera apropiada el fluido eléctrico al mismo tiempo que evitaban la detección por un consumo de electricidad elevado.
El principal cabecilla de la red criminal tenía a su disposición documentación falsa de diferentes países. Esto hacía que se identificase con diversas falsas identidades de manera aleatoria en las numerosas comunicaciones que realizaba.
El líder contaba además con una gran cantidad de antecedentes judiciales por tráfico de droga, asociación ilícita y blanqueo de capitales. De igual modo, constaban sobre él varias requisitorias a nivel nacional e internacional. Entre ellas se encontraba una reclamación por parte de las autoridades italianas para su entrada en prisión por su implicación en el tráfico de una tonelada de cocaína en el país transalpino.
La operación ha sido desarrollada por parte de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil Melilla. El cuerpo de la Benemérita ha contado con la colaboración de agentes de la Policía Local de Melilla.
EL TRÁFICO DE DROGAS SUBE UN 44,1% EN MELILLA
El Balance de Criminalidad de Melilla publicado por el Ministerio del Interior y que hace referencia al tercer trimestre de 2019, reflejó, entre otros, un dato muy importante relacionado con el narcotráfico en la ciudad autónoma. Las infracciones penales en los casos de tráfico de drogas han crecido un 44,1%.
A falta de conocer los datos relativos al último trimestre de 2019, en los primeros nueve meses del pasado año se experimentó un notable crecimiento en este tipo de casos con respecto al mismo periodo del año anterior. En concreto se pasó de 34 casos en 2018 a 49 en 2019. Esto supone un significativo repunte entre los delitos penales en Melilla.
En total, las infracciones penales experimentaron durante dicho periodo un crecimiento del 8%, pasando de las 3.933 infracciones de 2018 a los 4.249 de 2019. El tráfico de drogas se situó como el tercer crecimiento más importante, tan solo por detrás de los homicidios dolosos y asesinatos en grado de tentativa (crecimiento del 400%, pasando de 1 (2018) a 5 casos (2019)) y las agresiones sexuales con penetración. Estas últimas crecieron en un 100% tras pasar de la inexistencia de casos en 2018 a los tres de 2019.
De esta manera, Melilla mantiene una tendencia al alza en lo que se refiere a infracciones penales, una tendencia que se repite desde hace un tiempo atrás y que mantiene la preocupación entre sus habitantes. Estos reclaman más seguridad para poder hacer frente a estos delitos que sigue creciendo de forma significativa.