El éxito nacional de Vox parece no trasladarse a su estructura, si nos fijamos en las bases del partido a nivel provincial. En los últimos tiempos, la formación que preside Santiago Abascal ha visto cómo se ha debilitado en algunas provincias, a pesar de ser uno de los ganadores en las últimas elecciones generales, en las que consiguieron 52 diputados.
En las últimas horas, se ha conocido que la ejecutiva de Cádiz ha recibido una invitación del partido para que presenten su dimisión. El periódico La Voz del Sur señala que la ruptura dentro de las filas del partido andaluz era más que evidente y algunos afiliados denuncian que «el partido solo quiere asegurarse poner a gente de Abascal en cada provincia».
Vox se convirtió, en las pasadas elecciones del pasado 10 de noviembre, en la segunda fuerza política en la provincia de Cádiz con dos escaños, por detrás del PSOE, que obtuvo tres ediles. Los integrantes del comité provincial dimitirán en bloque para que se haga cargo del partido una gestora de manera provisional antes de nombrar a nuevos responsables. «Los que han trabajado pateándose los pueblos ya no hacen falta en el partido. Abascal está traicionando a todos«, lamentaba un militante provincial de Vox, según eldiario.es.
Del mismo modo, la Ejecutiva regional de Vox en Murcia, donde ganó las pasadas elecciones generales y logró tres diputados, dimitió el pasado 26 de noviembre dado el «gran crecimiento» experimentado por su formación desde su nacimiento, según explicó el vicesecretario de Juventud, David Ibañez. La Región de Murcia fue la única comunidad autónoma en la que Vox ganó las elecciones.
Ibañez explicaba a los medios que la decisión estaba tomada anteriormente «por el incremento en un 1.500 por ciento del número de afiliados, de unos 140 a 2.600» en toda la comunidad, algo que les suponía mucho trabajo en la Asamblea Regional de Murcia con cuatro diputados y que no daban abasto. En el caso de Murcia, se elegirá una nueva directiva en abril de 2020 tras un proceso electoral interno.
Anterior a estas fechas, y tras las elecciones municipales y europeas celebradas el domingo 26 de mayo, la cúpula de Vox en Barcelona quiso dimitir en bloque tras los resultados cosechados en dichos comicios. Sin embargos, a los pocos días, la presidencia nacional del partido consiguió convencer a la presidenta del Comité Ejecutivo Provincial (CEP), Lola Martín, y la mayoría de su equipo aunque otros cargos, como Antonio Amador, vicepresidente, Francisca Soler, secretaria y responsable financiera, y Antonio Cañete, vocal, sí dejaron sus puestos en el partido.
“VOX FUNCIONA DE FORMA MILITAR”
«Vox funciona de forma militar». De esta manera anunciaba Luz Belinda Rodríguez, cabeza de lista de Almería, que dejaba la formación de Santiago Abascal por sentirse «desplazada» y acusaba a sus compañeros de partido de mobbing. «Yo presentaba iniciativas en el registro y luego ellos las retiraban o simplemente no se registraban», manifestaba. Además, Belinda Rodríguez ha confesado que el partido no le daba ninguna ayuda económica, «me deben un montón de dinero de mis viajes y desplazamientos, que aún no me han abonado». Almería ha sido un bastión de Vox en las últimas elecciones, en las que consiguieron dos diputados y más de 80.000 votos.
Por su parte, el partido se ha defendido diciendo que la baja de la diputada no será «una pérdida muy sonada» debido a que «no aportaba grandes cosas, ni en términos cualitativos, ni en términos humanos».
Esta baja ha estado precedida, por pocas horas, por la del presidente de Vox en Melilla, Jesús Delgado Aboy, que ha presentado su dimisión como máximo responsable del partido días después de la filtración de un audio en el que se le podía escuchar criticar a la dirección nacional de su partido. En una nota de prensa del grupo político informan que Delgado Aboy ha presentado su dimisión «por razones personales», lo que ha provocado que se tenga que nombrar un coordinador provincial provisional hasta que se designe una Comisión Gestora.
«Si nos echan, España entera sabrá cómo funcionan. A mi la única sensación que me da es que (Vox) se ha creado para el lucro de cuatro o cinco personas, que son la cúpula. Cada día estoy más convencido de ello», explica Delgado Aboy en los audios publicados por El Confidencial.
También se ha hecho pública esta semana la dimisión de la edil y líder Vox en Elche, Amparo Cerdá, por discrepancias en la imposición de la nueva organización y gestión del partido a nivel local. En un comunicado, Cerdá ha afirmado que diversos acontecimientos ocurridos desde las elecciones municipales del 26 de mayo hasta hoy han hecho que «pierda la ilusión».
Cerdá protagonizó una polémica el pasado mes de septiembre cuando denunció a su exmarido por una agresión física, aunque negó que se tratase de violencia de género. Su salida de Vox se empezó a fraguar cuando en octubre ya dejó su cargo como coordinadora de la formación en Elche.
Igualmente, hace poco más de una semana, también se conocía que el único concejal de Vox en el Ayuntamiento de Calatayud, Luis Ignacio Esteban Torres, dimitía tras siete meses en el cargo sin detallar los motivos de su marcha. Otra de las bajas más importantes se produjo en el mes de noviembre en Albacete. El que era su número dos, Juan Francisco Robles, renunció presentarse a las elecciones del 10N, después de que se publicara su imputación por haber defraudado 1,78 millones de euros durante tres años. Esta renuncia se unía a la de la presidenta de Vox Albacete, Rosario Velasco, en octubre para poder centrarse en el Ayuntamiento.
Uno de los casos más sonados fue el de la diputada Malena Contestí que renunciaba a las listas electorales por Baleares por considerar al partido como un «movimiento extremista y antisistema». Contestí llegó al Congreso como número uno de Vox gracias a una coalición electoral con la formación Actúa Baleares, que abandonó el pasado mes de agosto tras detectar presuntas irregularidades contables.