sábado, 23 noviembre 2024

Las grabaciones que comprometieron a la ministra Delgado, defenestrada por Sánchez

  • Delgado mintió al negar que conocía a Villarejo, con quien sí mantuvo relación.
  • Sánchez ha tomado la decisión de dejarla fuera, entre otras cosas, porque no es del agrado de Iglesias.
  • La hasta ahora ministra de Justicia es de las pocas que no renovará su cargo.
  • Dolores Delgado no seguirá al frente del Ministerio de Justicia. La trayectoria gubernamental de la fiscal ha estado salpicada por la polémica, después de que MONCLOA.COM demostrara su vínculo con el excomisario José Manuel Villarejo, relación que ella había negado previamente. Un hecho que dañó su imagen dentro del Ejecutivo. Delgado ha sido uno de los pocos ministros que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha decidido no renovar en su nuevo mandato de coalición de Unidas Podemos. 

    La comida que en el año 2009 compartió con el comisario Villarejo la puso en el punto de mira, incluso la oposición pidió su cabeza, aunque Sánchez decidió mantenerla en el cargo. Su permanencia en esta nueva legislatura estuvo descartada desde hace meses, como algunas fuentes confirmaron a este periódico. Una decisión que, a pesar de parecer clara, se ha agravado con la irrupción de la formación morada en el Ejecutivo. El nuevo vicepresidente, Pablo Iglesias, fue tajante tras conocerse su vínculo con el comisario corrupto e insistió en que «cuando más lejos esté lo que ha tocado Villarejo de la vida política, mejor”.

    En ese encuentro con el excomisario, en prisión desde el año 2017, se mostró la cercanía de la ministra con los amigos de Villarejo, que incluso se referían a ella cariñosamente como “Lola”. En la comida estuvieron presentes el exmagistrado Baltasar Garzón, el entonces director adjunto operativo (DAO) de la Policía Nacional, Miguel Ángel Fernández Chico, y dos mandos policiales adjuntos al DAO de aquella época: Enrique García Castaño, alias ‘El Gordo’ y Gabriel Fuentes. Hoy día la mayoría de ellos o están imputados, inhabilitados o como es el caso de Fernández Chico, fallecido.

    LAS GRABACIONES DE DELGADO

    Durante las más de tres horas y media que duró el almuerzo, Delgado habló abiertamente sobre sexo, asuntos laborales o cuestiones más íntimas, como el trato con ciertos compañeros de profesión. En ese encuentro la fiscal llamó “maricón” al juez Fernando Grande-Marlaska, con el que posteriormente ha tenido que compartir 19 meses de trabajo, ya que él está al frente del ministerio del Interior mientras que ella se encargaba de Justicia en el primer mandato de Sánchez.

     

    –Villarejo: Ése maricón que tienes al lado lo sabe, que yo sí que soy amigo incondicional como creo que intuyes. Lo que necesites, lo que haga falta.

    –Garzón: En eso estamos…

    Con ese pie llegó la revelación despectiva sobre la condición sexual de Grande-Marlaska, hoy un reconocido gay considerado de los más influyentes del país.

    –Delgado: ¿Puedo contar lo de este?

    –Garzón: Sí

    Delgado: Un maricón.

    –Villarejo: ¿Quién es maricón?

    –Delgado: Marlaska.

    Tras conocerse las grabaciones, la ministra negó en un primer momento haber llamado “maricón” a su compañero de bancada e insistió en que habían tenido desde 2004 “una relación estrechísima” con él, resaltando que “es una persona que había querido mucho”. Los dos dirigentes han mantenido las formas y la cordialidad durante este tiempo, aunque algunos medios publicaron que su trato ya nunca fue el mismo desde que se conocieron los detalles de esa comida con Villarejo.

    Además de hablar sobre el actual ministro de Interior, en ese encuentro a seis también se hablaron otros temas en los que la ya extitular de Justicia no salió bien parada. Dolores Delgado criticó al resto de mujeres que eran juristas, llegando a afirmar que ella prefería “un tribunal de hombres” porque “de tías no quiero”. La fiscal fue más allá e incluso aseguró que “no había igualdad”, porque las mujeres tenían “una ventaja indiscutible”. 

    EL PASO DE DOLORES DELGADO POR JUSTICIA

    La polémica salpicó muy pronto a Delgado. Tan solo llevaba un par de meses en el poder cuando salieron a la luz las publicaciones de MONCLOA.COM y el Ejecutivo decidió seguir contando con ella para no incrementar su lista de dimisiones ministeriales. Cuando saltó el escándalo recientemente había dimitido de sus funciones como titular de Sanidad Carmen Montón, por el mismo escándalo del máster que señaló a Cristina Cifuentes y Pablo Casado, y mucho antes lo hizo Màxim Huerta, acusado de defraudar a Hacienda. 

    Su labor continuó y en estos 19 meses al frente de Justicia Delgado, que estuvo casi 30 años desarrollando su labor como fiscal, ha formado parte de momentos claves para España. La ministra participó en la exhumación histórica del dictador Francisco Franco, que salió, después de meses de lucha, del Valle de los Caídos en octubre. En ese mismo mes también se conoció la sentencia del procès que condenó a penas de entre 13 a 9 años a los principales dirigentes independentistas que propiciaron el referéndum ilegal del 1-O. 

    En esta ocasión Dolores Delgado también fue objeto de críticas al ser acusada de no defender debidamente al juez encargado del caso Pablo Llarena cuando los secesionistas lo demandaron ante la Justicia belga. Tampoco salió bien parada después de que la Abogacía del Estado decidiera acusar a los procesados por sedición y no por rebelión, como sí pedía la Fiscalía. La polémica se rebajó para la ministra tras conocerse la sentencia del Supremo, que respaldó la petición de la Abogacía.

    A pesar de estos logros, en el tintero se han quedado otras promesas que Delgado no ha podido ejecutar como la reforma integral de la ley de Memoria Histórica o la recuperación de la Justicia Universal. En su etapa como ministra también ha tenido que hacer frente a tres reprobaciones —dos del Congreso y una del Senado— y a un parón reivindicativo de jueces, fiscales y abogados, antiguos compañeros de trabajo. Ahora Sánchez ha decidido prescindir de su labor y abrir una nueva etapa, sin polémicas de por medio, en el gobierno progresista.