De cuando el PP votaba a favor de sacar la Guardia Civil de Tráfico de Navarra

  • En el año 2009 el Partido Popular logró sacar adelante una moción en el Senado impulsada por UPN.
  • Los populares exigían que se devolviese la competencia de Tráfico a Navarra.
  • Hoy, tanto UPN como PP, sobreactúan molestos porque el PNV ha posibilitado la devolución.
  • Mayo de 2009: Zapatero acumula un lustro instalando en La Moncloa, UPN mantiene el poder dentro del Palacio de Navarra gracias a los socialistas y el PP necesita metralla para lastrar a nivel estatal al PSOE. Y esa metralla se llamaba Tráfico.

    La senadora María Caballero, de UPN, presenta entonces una moción en la Cámara Alta en la que insta al Gobierno del PSOE a negociar con el Ejecutivo foral para lograr una reivindicación histórica para Navarra: la devolución de las competencias de Tráfico.

    El PSOE, que por aquel entonces tampoco disfrutaba de mayoría en el Senado, vota en contra de la devolución con un ramillete de excusas difícilmente recordables. Y el PP, respaldado por CiU, el PNV y el Grupo Mixto, en el que se integra UPN, logra sacar adelante la moción.

    TEATRO SOBRE EL TRÁFICO

    María Caballero, de UPN, sostenía que la Guardia Civil podría mantener en Navarra «las facultades propias de la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado». Fernando Grande-Marlaska, ministro del Interior en funciones por el PSOE, sostuvo ayer la misma tesis tras recordar que la Guardia Civil no perderá ni un solo efectivo en la Comunidad Foral.

    La senadora de UPN recordaba que la Policía Foral mantuvo la competencia de Tráfico hasta 1959, año en el que, según la regionalista, le fue «arrebatada por el franquismo». Caballero apuntaba por aquel entonces a Alfredo Pérez Rubalcaba, estrella del Gobierno de Zapatero.

    Caballero decía que Rubalcaba frustraba «cualquier intento de hablar, no se sabe en base a qué razones. Cerrazón sin argumento alguno». Y añadía: «Al parecer sólo vale la presión nacionalista para hacer efectiva una transferencia». Bingo.

    INCOHERENCIAS VARIADAS

    El PSOE en 2009, de la mano del castejonero Francisco Javier Sanz Carramiñana, se defendía como podía: «Por desgaste del Gobierno socialista ustedes se prestan a lo que sea». José Cruz Pérez Lapazarán, histórico del PP navarro, le recordaba que Tráfico era una «competencia prehistórica» que la Comunidad Foral asumió en 1843.

    Y los socialistas, entre promesas incumplidas e incoherencias no tan agudas como las de UPN, tan solo han aceptado la devolución de la competencia por exigencia del PNV, que en el punto número 3 de su pacto para investir a Pedro Sánchez deja claras sus intenciones.

    El punto es claro: «Se procederá en el plazo de seis meses al traspaso de las competencias de Tráfico a la Comunidad Foral de Navarra, con el mismo contenido y extensión que las realizadas en su momento a la CAV (la Comunidad Autónoma Vasca las asumió en 1983)».

    UNA HISTORIA DE OBLIGADA LECTURA

    Los orígenes de la Policía Foral datan de 1928, año en el que nacieron con el nombre de Cuerpo de Policía de Carretera. La Diputación de Navarra la creó para «vigilar la circulación y controlar los impuestos provinciales, patentes de circulación y matrículas de vehículos por las carreteras».

    Tráfico
    Javier Esparza durante una entrevista. Foto: RTVE.

    La Policía Foral aumentará su plantilla en 450 efectivos para recuperar esta reivindicación histórica de UPN y del resto de partidos navarros. Pero el líder regionalista Javier Esparza, que lleva camino a encadenar ocho años liderando la oposición, ha apostado por realizar declaraciones de medios centralistas madrileños que han fabricado la tesis que dice que Navarra expulsa a la Guardia Civil.

    Estos medios mezclan Navarra con la situación política catalana, obvian la historia del Tráfico en la Comunidad Foral y de la propia Policía Foral y preponderan las declaraciones de diversos colectivos de guardia civiles que, como es lógico, se echan las manos a la cabeza por perder una competencia.

    EL COMPONENTE POLÍTICO

    Ni medios tradicionalmente afines a UPN como Diario de Navarra han comprado el argumentario regionalista. Javier Esparza sostiene que existe un componente ideológico en la devolución de la competencia de Tráfico.

    Y es evidente que lo hay: una gran parte de la sociedad navarra mira con recelos a la Guardia Civil, cuerpo que disfruta de escasas simpatías dentro del nacionalismo vasco y de la izquierda más ortodoxa.

    Estas suspicacias se han disparado en Navarra ante la indignación popular que ha causado una sentencia del ‘Caso Alsasua’, fallo que ha condenado a los ocho jóvenes a penas que llegan a rozar los diez años de cárcel por una pelea de bar en la que la Justicia cree que hubo implicaciones políticas.

    El senador Alberto Catalán (UPN) denuncia las «injerencias» del PNV por haber logrado una reclamación clásica de expresidentes regionalistas como Miguel Sanz. Olvidan Esparza y compañía que la formación jeltzale tenía 73 años de implantanción en Navarra cuando un grupo navarro de la UCD que se oponía a que los navarros contasen con más autogobierno, la transitoria cuarta, creó UPN.

    EL PNV EN NAVARRA

    Es evidente que el PNV está sobrerrepresentado en Navarra gracias a tres factores: la consecución de la careta progresista Geroa Bai, la acertada elección de Uxue Barkos como candidata y el apoyo mediático que les proporciona el Diario de Noticias de Navarra, hermano empresarial del peneuvista Deia.

    Pero no por ello UPN debe olvidar que un interlocutor demócrata como el PNV tiene la obligación histórica de posibilitar la devolución de una competencia tan importante como Tráfico. Navarra, una vez más para mal, vuelve a convertirse en cuestión de Estado, mantra con el que el centro-derecha foral, que no alcanza el 40% del voto, ha logrado gobernar de prestado durante un cuarto de siglo.

    TIERRA DE DIVERSIDAD

    Uxue Barkos ya logró arrancarle a Pedro Sánchez la promesa de la devolución de Tráfico en 2018. Este tema pone sobre el tapete la realidad de la política navarra, oscuro objeto de deseo para unos regionalistas que no parecen alegrarse ante las políticas descentralizadoras del PSOE, y para unos nacionalistas vascos que siguen utilizando las tesis y simbología sabinianas en vez de apostar por la historia para exigir la reunificación de las tierras del extinto reino de Navarra.

    ¿Y el PSOE? Tampoco sale bien parado: en 2009 votaban en contra de la transferencia, en realidad devolución, y ahora aceptan el ‘trágala’ porque el PNV les obliga a cambio de apoyar a Sánchez. En definitiva, que cuando las cuestiones identitarias priman sobre la lógica histórica se ven extraños cambios de criterio que dejan claro que Navarra tiene demasiados defensores escasamente creíbles.