El PSOE y Unidas Podemos han presentado su programa. Un texto ambicioso que ataca todas las reformas emprendidas por el Gobierno de Mariano Rajoy y que contempla, entre otras muchas cosas, derogar la reforma laboral y la polémica ley de educación del exministro de Educación José Ignacio Wert: la LOMCE. La coalición que han formado Pablo Iglesias y Pedro Sánchez tendrá grandes retos por delante, y uno de ellos será articular una mayoría que apruebe una nueva ley de educación. Y el favorito de los socialistas para emprender esa tarea es el candidato del PSOE a la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo.
La LOMCE será historia. El catedrático que ya fue ministro de Educación con José Luis Rodríguez Zapatero (entre 2009 y 2011) podría recuperar el cargo para retomar el proyecto que no llegó a culminar. Gabilondo fue el ministro que estuvo más cerca de lograr un consenso para una ley educativa, pero el proyecto se quedó a las puertas. Ahora, desde Ferraz son cautos, pero fuentes del partido aseguran que quieren que sea el catedrático de metafísica el encargado de tomar las riendas de Educación.
El programa de Iglesias y Sánchez es claro: contempla derogar la LOMCE y desarrollar una «Ley Básica de Educación» que derogue las «consecuencias negativas» de la reforma de Wert, así como «blindar la educación pública». Los pilares básicos de la nueva ley educativa que abordarán el PSOE y Unidas Podemos serán, además, eliminar la segregación escolar (por sexo y origen) y reforzar la formación profesional.
El PSOE pretende garantizar la gratuidad de la educación básica, y ello contempla que los libros y el material escolar sean de libre acceso para todos los estudiantes. Otra de las medidas será que la asignatura de religión será obligatoria y no computará para nota a «efectos académicos».
Todas estas medidas, pinceladas generales, serán retomadas por el ministro de Educación, que tendrá la tarea de desarrollar una ley educativa que contente a la mayoría del Congreso más dividido de la historia. Si ya fue difícil con el Parlamento de 2009, donde el PSOE contaba con una mayoría más notable, ahora será más complicado; y desde Ferraz son conscientes. Es por eso que el ministro tiene que tener un perfil que suscite consenso y respeto. Además de que su trabajo y trayectoria sean reconocidos.
Gabilondo ha mantenido un perfil bajo todos estos meses. Su nombre circula por toda slas sedes socialistas y saben que es uno de sus políticos más respetados. Entre tanto, el catedrático de metafísica ha trabajado día a día en la Asamblea de Madrid sin mayores pretensiones. Pero es un secreto a voces que Sánchez quiere contar con él para el nuevo Ejecutivo, siempre que ERC apoye la investidura del presidente del Gobierno.
Gabilondo comparte todas las líneas educativas que se han planteado en el programa de Iglesias y Sánchez. Otra de las grandes ventajas del exministro de Educación es que está muy bien visto por la ejecutiva de Unidas Podemos. Iglesias y los suyos comparten gran parte del ideario de Gabilondo y respetan su labor. Mientras que otros ministros de Sánchez (o vicepresidentes) como la ministra de Economía, Nadia Calviño, no son del agrado de la formación morada, el nombramiento de Gabilondo no supondría ningún problema entre las dos formaciones progresistas, sino un punto de encuentro.
Lo que sí está claro es que esta cartera caerá de parte de los socialistas. Unidas Podemos llevará cuatro ministerios y una vicepresidencia, pero Educación no será uno de ellos. Este puesto lo cubrirá un o una socialista. El único problema que planea sobre el PSOE es qué hacer con Isabel Celaá, la actual ministra de Educación y portavoz del Gobierno, cuyo trabajo está bien visto por la Ejecutiva socialista.
UN PROGRAMA DE DEROGACIONES
Por lo pronto, el programa que han presentado Pedro Sánchez y Pablo Iglesias es más destructivo que constructivo. El texto tiene claro todo lo que quiere derogar, pero para construir se muestran más taimados. Esto es porque la coalición aún no cuenta con la mayoría necesaria ni para investir presidente a Pedro Sánchez presidente, pero tanto la derogación de la reforma laboral como la de la Ley Wert supondrá un gran trabajo para quienes aborden los proyectos.
La reforma educativa se sustentará en dos pilares, la eliminación de la segregación y el blindaje a la educación pública. Dos elementos que guiarán el proyecto que aborde el futuro ministro o ministra de Educación. Sin embargo, todo está por construir en este supuesto. En el programa de la coalición se reflejan pinceladas como relegar a un segundo plano la religión, reforzar los sistemas de formación profesional, poner en marcha un «Plan de Mejora de la Convivencia para la Prevención del Acoso» (cuya finalidad será perseguir y acabar con el bullying)… pero no se detalla una ley definida. Esta tarea recaerá sobre Gabilondo si las quinielas se cumplen.