El Ayuntamiento de Madrid ha reducido el área de restricción de tráfico en dos calles. Para tomar esta decisión, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, se ha escudado en las recomendaciones de los técnicos municipales, que aseguran que las prohibiciones de circulación llevan a situaciones absurdas que obligan a los conductores a dar un rodeo que, a su vez, generan más gases contaminantes.
Dos calles de la zona de Moncloa (Mártires de Alcalá y Seminario de Nobles) se reabrirán al tráfico este próximo año porque el Ayuntamiento de Madrid considera que es beneficioso para reducir las emisiones de CO2. El Consistorio ha explicado a MONCLOA.COM que se trata de una recomendación dada por los «técnicos» de la administración y que vela por el medio ambiente.
Según el Área de Gobierno de Medio Ambiente y Movilidad, hasta el momento los coches tenían que dar un rodeo por no poder circular por estas calles que Madrid Central había vetado, lo que generaba más gases contaminantes. Ahora, con el tráfico abierto, el Ayuntamiento cree que se reducirán los niveles de CO2. Una decisión muy criticada por grupos ecologistas, así como por la oposición.
«No se abre, se está poniendo cordura», relatan desde el Consistorio. El Ayuntamiento insiste en que es una recomendación que han dado los técnicos municipales, que son funcionarios, y que el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida solo ha tenido en cuenta esta sugerencia para tomar la decisión. Pero desde la oposición consideran que el popular está mutilando Madrid Central porque fue una de sus grandes promesas. «Se han mantenido muchas restricciones», insisten desde el Ayuntamiento.
Hay un informe que aconseja que abrir Mártires de Alcalá y Seminario de Nobles al tráfico ayudará a reducir los gases contaminantes, pero desde la oposición y los grupos ecologistas mantienen que eso es absurdo. Además, dicho texto sostiene que esta reforma «no supondrá atracción de nuevos vehículos, sino la racionalización de los recorridos».
El Ayuntamiento cree que el impacto en el medio ambiente no será especialmente notable, pero sí que se pondrá «cordura» y se evitará que los conductores tengan que dar largos rodeos para llegar de un punto de la ciudad a otro. Con esta modificación se mejora la ordenación y gestión de la circulación facilitando la comunicación del barrio de Argüelles con los barrios de Gaztambide y Arapiles», señalan los técnicos.
MADRID 360 y la COP25
Madrid Central fue uno de los temas más tratados en campaña. La exalcaldesa de la capital no dudaba en sacar pecho con esta medida, considerada por su partido como una de las más reseñables de la legislatura. Entre tanto, la oposición se estructuraba en torno a feroces críticas a lo que consideraban un atentado contra la libertad de circulación del ciudadano.
Almeida ganó en mayo las elecciones municipales a Carmena con el apoyo de Ciudadanos. Pero alguna sentencia judicial que otra y la aceptación que cosechó la medida estrella de la exalcaldesa empujó al flamante regidor popular a crear un plan similar, pero con sello propio, al que bautizó como Madrid 360. Todo ello a pesar de que Madrid Central haya supuesto la reducción de la polución y de los gases contaminantes en un 20%.
El objetivo era (y es) evitar gases contaminantes. Reducir la polución. Pero, a su vez, el alcalde quería (y quiere) tener en cuenta a los que se sentían coartados por las medidas de restricción de tráfico que llevaron a cabo desde el partido de Manuela Carmena. Por el momento, no hay ninguna medida que se haya puesto en marcha, pero sí un plan relativamente ambicioso desde la derecha que pretende reducir la polución de Madrid a golpe de restricción de tráfico. Madrid 360 está en letargo, pero pronto se aplicarán medidas efectivas. Entre tanto, se trata, tal y como aseguran desde el Área de Gobierno de Medio Ambiente y Movilidad, de poner «cordura.
El otro asunto que ha lanzado a Almeida al pozo de las críticas ha sido su postura en la COP25. El alcalde de Madrid advirtió durante la campaña electoral que derogaría las restricciones al tráfico impuestas por Carmena y atacó todo lo que significaba el proyecto estrella de la exalcaldesa. Sin embargo, durante la celebración de la Cumbre del Clima, Almeida sacó pecho, y mucho, por haber reducido la contaminación en la capital. Unas palabras que la oposición no dejó escapar. Incluso se apropió de un título que la capital española no ha recibido: el de Green Capital, algo que tampoco gustó en el entorno de la oposición.
Ahora, estas pinceladas que maquillan Madrid Central son momentáneas. El equipo de Almeida prepara un nuevo proyecto que prevé poner cordura y equilibrar las necesidades de los ciudadanos con las exigencias medioambientales, o al menos es lo que aseguran desde el Ayuntamiento. Por el momento, solo hay que poner esa repetida «cordura».