Las renuncias de Podemos para 2020: Cataluña, marxismo y República

  • Podemos ya no aboga por un proceso constitucional y ha renunciado a sus ideas estrella de 2014.
  • Pablo Iglesias prioriza su entrada en el Gobierno para llevar el Ejecutivo hacia la izquierda.
  • Los morados han perdido colmillos y sus renuncias se pueden evidenciar en el asunto catalán.
  • Podemos tenía un horizonte claro en 2014: hace apenas un lustro Pablo Iglesias abogaba por un proceso constituyente, exigía transparencia en la vida política y abogaba por la regeneración de nuestra clase dirigente.

    Y muere 2019 y los morados han renunciado a modificar cualquier elemento que implique a las estructuras del Estado: Iglesias solo se acuerda de la República para lanzar un guiño populista en Twitter cada 14 de abril y acepta los límites que imponen la Constitución y la Unión Europea.

    La Carta Magna, anteayer «candado del 78», y la UE, culpable del ‘sentido común neoliberal’ que impera en nuestras instituciones, han sido aceptados por los morados. Es comprensible que Iglesias quiera acabar con la anomalía política que supone que no haya habido ningún ministro comunista en ocho décadas, pero algunos de sus silencios están levantando ampollas.

    SUSTITUIR AL PSOE O CONVERTIRSE EN ÉL

    Podemos irrumpió en el damero político con un discurso marxista con el que impugnaba al PSOE, al que pretendía mejorar, y cinco años después solo quedan las cenizas de esa intentona: ahora Iglesias ha virado hacia la socialdemocracia y se conforma con ser un complemento digno de la Izquierda Unida más dócil, esa de la que el líder morado abominaba.

    Este volantazo ideológico, en realidad estratégico, contrasta con los aspavientos que están lanzando desde las cercanías de la derecha política por su entrada en el Ejecutivo: Aznar asegura que el pacto progresista nos condena a una «crisis constitucional de consecuencias devastadoras».

    En algunos sectores aliados a Iglesias, Izquierda Unida o los comunes, también se mira con cierta desconfianza al líder morado por sus risas con Iván Espinosa de los Monteros o por su estruendoso silencio sobre la sentencia de los ERE, escándalo zafio que implicaba el aprovechamiento de la clase trabajadora.

    CONTRADICCIONES

    Alberto Garzón también tiene claro que a Unidas Podemos le toca recular para tocar moqueta: «En un gobierno de coalición, donde la minoría somos nosotros, se van a asumir contradicciones importantes ante las que hay que advertir. Lo importante es no engañar a nadie y decir: este es el terreno de juego, estos son los números que tenemos y vamos a hacer lo imposible por cumplir nuestros objetivos políticos».

    Podemos
    Alberto Garzón y Noelia Vera. Foto: Europapress.

    El coordinador federal de IU dice que se debe evitar «la ingenuidad, pretendiendo que nosotros gobernaremos el país como si fuera con mayoría absoluta. Los obstáculos, los riesgos, las contradicciones van a ser constantes y esto es importante que la gente lo sepa. Tendremos que ver cómo las gestionamos de forma propositiva».

    LOS PUNTOS CALIENTES ACEPTADOS POR PODEMOS

    En el pacto PSOE-Podemos queda en evidencia que Iglesias renuncia a defender el derecho de autodeterminación de los pueblos. En uno de los puntos se asegura que «el Gobierno de España tendrá como prioridad garantizar la convivencia en Cataluña y la normalización de la vida política. Con ese fin, se fomentará el diálogo en Cataluña, buscando fórmulas de entendimiento y encuentro, siempre dentro de la Constitución».

    Otro punto ha enfadado más a nivel interno: «El Gobierno impulsará políticas sociales y nuevos derechos con arreglo a los acuerdos de responsabilidad fiscal de España con Europa». Iglesias estropeaba con el rabo algunos acuerdos sociales de los que alardeaba.

    Y es que el PSOE y Podemos abría acuerdo prometiendo «proteger los servicios públicos, especialmente la educación -incluyendo el impulso a las escuelas infantiles de cero a tres años-, la sanidad pública y la atención a la dependencia. Blindaje de las pensiones de nuestros mayores: asegurar la sostenibilidad del sistema público de pensiones».

    DECEPCIÓN

    Daniel Innerarity, filósofo de cabecera de Íñigo Urkullu, que no del PNV, es un intelectual muy bien valorado en las cercanías de Podemos tal y como se evidenció cuando Pablo Iglesias lo propuso como ‘relator’ entre el Gobierno central y la Generalitat.

    Hace unos días Iglesias entrevistó a Innerarity y el filósofo le recordó que Podemos hace unos años le llamaba para debatir sobre un proceso constituyente y que ahora los morados han renunciado a «los cielos». Iglesias calló…

    VOCES VARIADAS

    Jaime Pastor, fundador de Anticapitalistas, se lamenta porque cree que el pacto no implicará que «vayamos a encontrarnos con un giro significativo en lo que debería ser la respuesta a los dos principales desafíos del régimen: la resolución democrática del conflicto catalán-español y la desobediencia a los dictados del neoliberalismo autoritario».

    El profesor cercano a Iglesias se lamenta de que Podemos tenga «una estructura partidaria enormemente debilitada para contrarrestar un proceso de transformismo ya iniciado y que, mucho me temo, pueda llegar a ser difícilmente reversible».

    Julio Anguita, por contra, aplaude el pacto y se lamenta de que «antiguos dirigentes del PSOE han rivalizado con Aznar en la demonización del pacto, alegando que, desde el bloque constitucional, no pueden verse con tranquilidad unos acuerdos por los cuales pueden haber ministros comunistas, es decir, enemigos de la Constitución de 1978».

    El excoordinador federal de IU asetura que que Felipe González y compañía no quieren perder «sus boyantes negocios, sus canonjías de puertas giratorias, sus oligopolios energéticos, sus pingües beneficios empresariales potenciados por las reformas del mercado laboral o el botín obtenido con la privatización de un saneado sector público».