sábado, 23 noviembre 2024

El nuevo «no» del PP a la investidura de Sánchez da alas al independentismo

  • Ciudadanos y el Partido Popular no quieren abstenerse en la investidura porque darían la opción de gobernar a Podemos.
  • Esta decisión ha impulsado a Sánchez a llamar a Quim Torra tras meses de desencuentro, lo que ha rebajado la tensión.
  • Aún así, Sánchez no incluirá en las negociaciones por la investidura a Torra por considerarle más radical que ERC.
  • Tanto el Partido Popular (PP) como Ciudadanos se han vuelto a negar a apoyar la investidura de Pedro Sánchez. No quieren a Unidas Podemos en el Gobierno y, aunque el líder socialista ya es el candidato formal para formar Gobierno, Pablo Casado e Inés Arrimadas se han reafirmado en el «no». Esto ha disipado las pocas esperanzas que tenía el PSOE de no depender de los independentistas catalanes para formar el Ejecutivo. Por eso, Sánchez ha accedido a reunirse con el president de la Generalitat, Quim Torra, en los próximos días. Y aunque lo hará solo para tratar la «crisis política» de Cataluña, los socialistas confirman que todo pasará por dar concesiones a los separatistas.

    No hay fecha. Sánchez quiere reunirse con Torra «cuanto antes». Los meses anteriores, el presidente del Gobierno ha ninguneado al líder de Junts per Catalunya. No le cogía el teléfono y se negaba a reunirse con él. Ni siquiera para pedirle su apoyo para la investidura. Para eso, el PSOE ha preferido a ERC por considerarlo más moderado que el partido de Torra. Pero tras la negativa que dieron en la ronda de contactos PP y Ciudadanos a Sánchez, los planes han cambiado ligeramente.

    Lo que antes era un no casi tan firme como el de Casado, ahora es un quizás. Alrededor de 15 minutos de conversación telefónica han bastado para que tanto Sánchez como Torra acuerden pronto una reunión para tratar los problemas políticos de la comunidad autónoma. Tan solo 15 minutos para romper la estrategia que el líder socialista ha mantenido durante meses. Ahora, desde Ferraz reconocen que todo pasa irremediablemente por Cataluña. Incluido el próximo Gobierno de España.

    Esta decisión de Sánchez viene justo después de que tanto Casado como Arrimadas se reafirmaran en el no a la investidura. El presidente del PP ha declarado que, si apoyara un Gobierno en el que estuviera Unidas Podemos, sería un suicidio para su partido. Arrimadas, por su parte, se ha mostrado más dispuesta a cooperar, pero los diez diputados de la previsible futura líder de la formación naranja no son suficientes.

    La portavoz socialista Adriana Lastra no ha tardado en salir ante los medios para criticar la actitud del partido de Casado. Según las palabras de la diputada del PSOE, “si Ciudadanos y el PP no quieren que ERC sea determinante», deberían dar un paso adelante. Y ese paso no es otro que el de abstenerse». «Si a Casado le preocupa la influencia de ERC, puede evitarla con la abstención, que es compatible con hacer oposición», ha añadido Lastra.

    Pero las negociaciones con los separatistas seguirán centradas y canalizadas en ERC. Las reuniones solo se harán con el partido de Gabriel Rufián y Oriol Junqueras. La llamada a Torra es una declaración de intenciones. Una forma de demostrar a los republicanos catalanes que el Gobierno tiene toda la intención de desenquistar el conflicto de Cataluña. Sánchez se reunirá con el president, pero desde el PSOE dan por hecho que lo único que hará el líder de Junts per Catalunya es elevar el tono.

    Los independentistas quieren que se ponga en marcha una mesa de negociación donde tratar todos los temas que han causado el problema político de Cataluña. En esa mesa, los independentistas quieren hablar de referéndum por la independencia, de autodeterminación y de todo lo que se considere oportuno. Pero lo curioso es que, de momento, solo ERC parece estar en dicha mesa. Solo los de Rufián tienen voz y voto para organizarla y, previsiblemente, determinar qué temas se tratarán.

    Torra lleva meses pidiendo hablar con el Gobierno de España. Pero también lleva meses anunciando que sus intenciones no son otras que convertir a la comunidad autónoma en un país independiente. Tras los disturbios que arrasaron las calles de las principales ciudades de Cataluña, el presidente Sánchez pidió a Torra que condenara la violencia. Y éste lo hizo de forma muy velada.

    Ahora, a pesar de que Sánchez no ha visto cumplirse su exigencia, sí que ha dado el paso de reunirse con Torra para tratar la «crisis política». Lo hará tras convocar una Conferencia de Presidentes para hablar con todos, no solo el catalán. Pero con este paso, Sánchez ha conseguido rebajar la tensión entre la Generalitat y La Moncloa. Un hecho que ayuda a engrasar las negociaciones con los republicanos.

    El único escollo que queda por solventar es casi una cuestión de imagen. Los independentistas quieren que las negociaciones sean entre iguales, mientras que el Gobierno no quiere conceder a la Generalitat la categoría de Estado. Y luego queda por ver si se hablará sobre una consulta o un referéndum vinculante, uno de los puntos que más desencuentro ha causado entre ERC y el PSOE pero que Torra tiene claro: la vía unilateral.