Vox tumbará los presupuestos en Madrid y Murcia si no hay negociación previa

PP y Ciudadanos tendrán que negociar con Vox para sacar adelante los presupuestos de Madrid y Murcia, comunidades donde lograron la mayoría gracias a la formación de Santiago Abascal. Así lo ha afirmado Iván Espinosa de los monteros, portavoz de Vox en el Congreso de los Diputados, que ha descartado ofrecer su ayuda si antes no se sientan en una mesa para alcanzar un acuerdo.

«Si lo que pretenden es llevarnos al último día sin negociar nada, vamos por mal camino», ha avisado Espinosa de los Monteros en rueda de prensa en el Congreso, recordando que Vox apoyó la constitución de estos gobiernos pero no forma parte de ellos y, por tanto, no puede contarse con su voto a favor sin condiciones.

Según ha subrayado, el PP y Ciudadanos tendrán que abrir una fase de negociación con Vox en la elaboración de las cuentas públicas si quieren que estas salgan adelante. «Como no se llegue a acuerdos, no habrá presupuestos como es natural», ha resumido.

Espinosa de los Monteros ha destacado el caso «singular» de la Comunidad de Madrid, donde el Gobierno regional «ha decidido no presentar presupuestos» con una actitud «nunca vista. Mientras, en el Ayuntamiento de la capital Vox ya dijo que compartiría el 99% del texto pero le «preocupa» el 1 por ciento restante.

CONTRAEJEMPLO DE ANDALUCÍA

En el caso de Murcia cree que PP y Ciudadanos están «esperando al último minuto». El diputado murciano Luis Gestoso ha corroborado esta impresión al asegurar que únicamente hubo «un contacto puntual» la pasada semana. «No tienen ninguna prisa en presentar los presupuestos, deben estar esperando a ver si a última hora vamos a ceder en todo y aceptar lo presenten sin más historia», ha reprochado.

En este caso, ha insistido en que «están muy equivocados» porque Vox seguirá exigiendo el cumplimiento del pacto de investidura y demandas concretas como «la eliminación de chiringuitos».

Frente a esta actitud, Espinosa de los Monteros ha puesto el «contraejemplo» de Andalucía, donde «las cosas no son perfectas» pero hubo un proceso de negociación en el que «todos cedieron» y que facilitó «un acuerdo razonable entre todos los partidos que tienen que votar» esas cuentas públicas.