La Guardia Civil continúa con la búsqueda de la Marta Calvo, una joven de 25 años que desapareció hace 21 días en el pequeño pueblo de Manuel (Valencia). Tampoco se sabe nada nada del principal sospechoso, un colombiano llamado Jorge, de 35 años de edad.
Al parecer, Marta quedó con él entre el 6 y el 7 de noviembre tras concertar una cita con él a través de una página web de contactos. Al igual que hizo en otras ocasiones cuando tenía este tipo de citas, la desaparecida envió a su madre la ubicación del lugar en el que había quedado a través de la aplicación de mensajería instantánea WhatsApp. Sin embargo, tras la última conexión registrada en el móvil de las 5:55 de la madrugada no se volvió a saber de ella desde entonces.
El presunto autor de la desaparición de la joven, se encuentra en busca y captura. Los forenses analizan el domicilio de este, que tiene antecedentes por tráfico de drogas, y que se encuentra localizado en la mencionada localidad valenciana. Esta casa, en la que vivía de alquiler desde hace tres meses, se encuentra en una zona poco transitada y junto a un almacén deshabitado.
Este jueves se ha reanudado la búsqueda, continuando con los mismos frentes abiertos en la jornada del miércoles. El primero de ellos, en la vivienda del principal sospechoso; y el segundo consiste en la búsqueda por el amplio término municipal de Manuel. Se está haciendo especial énfasis en simas y pozos cercanos a donde se le perdió la pista, tratando así de hallar el posible cuerpo de la joven.
La búsqueda se está llevando a cabo por tierra, mar y aire, haciendo uso de un helicóptero y lanchas para tratar de hallar alguna pista sobre el paradero de Marta.
LA MADRE DE MARTA CALVO INTERROGÓ AL SOSPECHOSO
Dos días después de que se produjese el último contacto con su hija, la madre de Marta Calvo se desplazó hasta la mencionada localidad de Manuel (Valencia). Allí interrogó al sospechoso, que le aseguró que no conocía a la chica.
Tras hablar con el hombre de nacionalidad colombiana, la mujer se dirigió a las dependencias de la Policía Nacional. Allí denunció la desaparición de su hija y dio comienzo el dispositivo de búsqueda.
Horas más tardes del contacto con el sospechoso, este limpió la casa en la que residía y se marchó del pueblo. Antes de hacerlo, entregó las llaves de su coche a un amigo para que lo desguazara. Este vehículo ha sido hallado por los agentes en un municipio costero cercano.
Dadas las circunstancias, las autoridades ya barajan el peor de los escenarios posible, siendo su principal hipótesis la de que la chica ha sido asesinada.
La Unidad Central Operativa (UCO) se desplazó hace unos días desde la capital de España hasta el municipio, localizado a 50 kilómetros de Valencia, para así encargarse de la dirección de la investigación. Los agentes, junto a perros adiestrados, rastrean la zona por medio terrestre. Al mismo tiempo se lleva a cabo la búsqueda por aire y mar.
De forma paralela, los agentes del Servicio Central de Inspecciones Oculares del Instituto Armado, se encargan de analizar el coche del principal sospechoso. Buscan cualquier indicio o prueba que pueda ayudar a la reconstrucción de los hechos y la localización de Marta Calvo.
BÚSQUEDA A NIVEL NACIONAL
Los investigadores trabajan con el contenido de una página web en la que aparecen fotografías eróticas de la joven. Estas fueron subidas a la red en el mismo día de la desaparición. Los agentes de la Guardia Civil tratan de averiguar si el encuentro con Jorge tuvo lugar de forma voluntaria o si era algún tipo de servicio que ofrecía la joven a través de Internet.
Al llegar a la vivienda del principal sospechoso, los agentes pudieron comprobar cómo la casa había sido limpiada con productos industriales. Así lo hizo Jorge antes de huir del pueblo con un rumbo desconocido.
Ahora la Benemérita le busca por toda España, principalmente en Mallorca, donde vive su familia, y en Badajoz, donde tiene antecedentes por resistencia a la autoridad y conducción temeraria. Por el momento, no se ha emitido una orden de búsqueda internacional, aunque también tiene antecedentes policiales en Italia, por lo que podría haber abandonado el territorio español.
PODRÍA HABER HUIDO DE ESPAÑA
La Guardia Civil busca a Jorge, de unos 35 años, de nacionalidad colombiana, piel morena, gafas y barba incipiente. Con antecedentes policiales tanto en España como en Italia, donde estuvo en prisión, el buscado residía desde hace unos meses en Manuel (Valencia), pero apenas pasaba horas en el hogar.
Tras optar por abandonar el hogar, el propietario de la vivienda acudió a la misma. Nada más entrar le llamó la atención el fuerte olor a lejía que desprendía la casa.
Todos los indicios recabados hasta el momento apuntan a que la desaparición de de Marta Calvo no fue voluntaria.
De hecho, se cree que el principal sospechoso podría encontrarse ya fuera de España. Una de las opciones que se baraja es que haya podido regresar a Italia, donde hace años atrás cumplió una condena por tráfico de drogas.
REGISTRO DE UN SEGUNDO PISO DEL SOSPECHOSO
La Guardia Civil ha registrado este jueves un piso situado en el centro de l’Olleria, a 30 kilómetros de Manuel. Esta era la segunda residencia del principal sospechoso.
Los agentes tienen constancia de que el fugitivo llegó a estar en este piso tras el encuentro con Marta. Por ello, la inspección de esta vivienda puede resultar clave en la investigación.
Los investigadores finalizaron el registro por el momento, si bien no han trascendido los resultados obtenidos fruto del mismo.
EL COCHE ESTUVO A PUNTO DE SER DESGUAZADO
Antes de huir, Jorge le pidió a un amigo que llevase su coche a un desguace, tratando así de poder eliminar cualquier prueba incriminatoria. A punto estuvo el vehículo de quedar totalmente destruido, pero los agentes pudieron actuar con rapidez y lo salvaron de ello para, desde el miércoles, examinar su interior de forma minuciosa.
Los especialistas tratan de encontrar cualquier rastro biológico que pueda haber de Marta en el interior del mismo, de manera que se pueda tener alguna pista sobre su paradero.
No obstante, los familiares de la desaparecida no son tampoco demasiado optimistas. Su sensación es totalmente desesperanzadora dado que ya han transcurrido tres semanas desde su desaparición.