Pedro Sánchez, presidente del Gobierno en funciones, ha esquivado enfrentarse públicamente a los datos del paro publicados este martes. El único debate de los cinco candidatos a la presidencia se celebró justo un día antes de que se conocieran estas cifras. Sin embargo, el Partido Socialista no se va a librar de afrontar los ataques de la oposición sobre este temido tema antes del 10-N.
Será la actual ministra de Hacienda, María Jesús Montero, la que tendrá que sacar del apuro a Sánchez y responder a los previsibles reproches del resto de representantes políticos. Los datos del paro reflejan una subida del desempleo de casi 100.000 personas durante el pasado mes de octubre.
MONTERO, SOLA ANTE EL PELIGRO
A tan solo cuatro días de la convocatoria electoral, la cifra del paro ha puesto en apuros al gobierno socialista. La fecha elegida para el debate, un día antes de la publicación del desempleo, ha beneficiado al presidente en funciones. El resto de candidatos intentaron posponer el día del enfrentamiento, pero no tuvieron éxito. Y esta era la única oportunidad de abordar a Sánchez sobre esta elección antes de los comicios del domingo, ya que no hay más encuentros entre los líderes principales.
La responsabilidad de responder sobre ellos recae ahora en la ministra de Hacienda en funciones. Montero se enfrenta esta noche al último debate electoral antes del 10-N, donde se verá las caras con otras cuatro representantes de los principales partidos. Ana Pastor es la elegida por los populares, Irene Montero por Unidas Podemos, Inés Arrimadas por Ciudadanos y Rocío Monasterio por Vox.
En ese espacio, emitido por La Sexta, se prevé que el PSOE sea la formación que más ataques reciba. Algo que ya ha ocurrido en el debate a cinco de este lunes. Sánchez ha sido el candidato más interpelado, sobre todo, por Pablo Casado, líder del PP, y Albert Rivera, el de Ciudadanos. Pablo Iglesias, de Unidas Podemos, también le ha reprochado, entre otras cosas, la fallida formación del gobierno de coalición.
María Jesús Montero tendrá que responder a las críticas de la oposición, donde el desempleo ocupará previsiblemente un lugar determinante en el discurso. PP y Ciudadanos han sido los que más han mostrado su indignación por estos datos. Los populares han lamentado que “haya menos empleo y más precario”, algo que achacan a la política de los socialistas. Ciudadanos también ha culpado al PSOE de que haya “el peor dato de paro desde 2012”.
Por su parte, desde el Partido Socialista han querido restar alarmismo al incremento de parados destacando otros elementos, como el aumento de la afiliación de la Seguridad Social. El secretario de Organización del PSOE y ministro de Fomento en funciones, José Luis Ábalos, ha insistido en que el paro presenta mejores cifras que el año pasado y ha pedido que se haga un análisis global para apreciar “la tendencia positiva”.
MÁS PARO Y MÁS AFILIACIÓN
Los datos publicados este martes por el Ministerio de Trabajo presentan un escenario peculiar. El paro registrado ha sumado 97.948 desempleados a sus filas. El peor registro desde el año 2012. Sin embargo, el empleo ha anotado un repunte. Según el número de afiliaciones de a la Seguridad Social, ha habido una media de 106.541 cotizantes nuevos.
Estos nuevos datos que arroja el mes de octubre sitúa el total de parados inscritos en las oficinas públicas en 3,17 millones. Por su parte, Seguridad Social eleva a 19,4 millones el número de afiliados. El inicio del curso escolar ha vuelto a abultar las cifras de empleados, mientras que la finalización del verano ha concluido con más personas desempleadas que, por ejemplo, provienen del sector de la hostelería.
Tras conocerse los datos, la respuesta del Gobierno ha sido de tranquilidad. Insisten en que la publicación no es tan “alarmista” y, por el contrario, son “más positivas” de lo que algunos esperaban. De hecho, organizaciones como Funcas han señalado que este resultado es “especialmente reseñable en un contexto de desaceleración económica como el actual”.
UNA NUEVA CRISIS QUE NO VEN LOS SOCIALISTAS
La economía vive actualmente un proceso de desaceleración, que algunos economistas ya relacionan con la llegada de una nueva crisis. Los recién conocidos datos del paro vienen a refrendar esta posibilidad que partidos tan opuestos como el PP o Podemos llevan tiempo anunciado. Los populares hablan abiertamente de que viene otra recesión, que podría ser peor incluso que la anterior.
Los de Pablo Casado están fomentando a lo largo de esta campaña esta idea aprovechando la creencia popular de que la derecha es mejor gestora económica que la izquierda. El líder del PP, de hecho, ya ha anunciado algunas de sus medidas ante una nueva crisis, entre las que se encuentran la recuperación de la política de recortes que puso en marcha el anterior presidente Mariano Rajoy.
Por su parte, Podemos también ha mostrado su preocupación por una posible recesión y ha urgido a asegurar que en esta ocasión no sean las familias más modestas quiénes tengan que sufrir las consecuencias. Esta opinión es compartida por otros representantes de izquierdas, como Alberto Garzón, coordinador federal de IU, o Íñigo Errejón, líder de Más País. Una posición que contrasta con el otro gran partido de izquierdas, el PSOE, quien todavía se resiste a pronunciar la palabra crisis y sigue hablando del buen estado de la economía española.