El Grupo Municipal de Vox no ha encontrado apoyos a su petición de prohibir la exhibición de «trapos» arcoiris, refiriéndose a las banderas LGTBI, en las fachadas de edificios municipales como la del Ayuntamiento de Madrid por «una cuestión de imagen». Los grupos de PP, Cs, Más Madrid y PSOE no han secundado su propuesta.
El partido de Santiago Abascal no quiere que se ondeen banderas arcoíris o pancartas contra la violencia machista en los edificios municipales porque no son «escaparates ideológicos». Vox ha reclamado que en el exterior de las dependencias municipales «luzcan con carácter exclusivo y único la bandera nacional en un lugar destacado, visible y de honor, así como la de la Comunidad, la del Ayuntamiento y la de la Unión Europea». Las únicas excepciones serían las de los motivos ornamentales de Navidad, Semana Santa o fiestas patronales.
El edil de Vox Pedro Fernández ha reclamado «el cumplimiento de la ley que regula el uso de las banderas, que no incluye pancartas de reivindicación, aunque los fines puedan ser justos». Ha puesto el foco «en el cuidado de la imagen» y para eso ha utilizado una anécdota con una persona con la que se entrevistó en su despacho del edificio de grupos, que dudó si era el inmueble correcto al ver la bandera LGTBI y trans en los balcones de Más Madrid porque «no sabía si era un edificio oficial o una casa okupa.
La delegada de Obras, Paloma García Romero, ha abogado por un término medio, ni rechazar todo, como pide Vox, ni aceptar todo, como hacía Ahora Madrid, con la bandera wipala el 12 de octubre «que estará bien en los Andes pero no aquí» o la pancarta de ‘Welcome Refugees’, que ha promovido «el efecto llamada». A Más Madrid le ha afeado que rechazaran la pancarta solicitada por el PP a colgar en Cibeles por el veinte aniversario del asesinato de Miguel Ángel Blanco por la banda terrorista ETA.
«FRIKIS DE LA GUERRA DE LAS GALAXIAS QUE VAN DE DARTH VADER A TODOS LADOS»
Mar Espinar sobre Vox.
Comparten el fondo de la reivindicación de Vox porque defienden «la neutralidad de los edificios», lejos de «sectarismos en los espacios públicos de convivencia», pero «sin restringir una preocupación social», como puede ser la base para colgar la bandera arcoíris en el Orgullo o iluminar Cibeles en días como los dedicados a la lucha contra el cáncer, por ejemplo. Aquí ha enmarcado los lazos azules en dependencias municipales en su momento contra la violencia etarra o los apoyos tras el 11-M.
LA «MALA LECHE» DE VOX
Mar Espinar, concejala socialista, ha explicado de forma irónica que Vox parece un grupo de «frikis de la Guerra de las Galaxias que van de Darth Vader a todos lados». Les ha pedido que «no den lecciones de patriotismo, que barran para dentro y dejen de hacer bulling patriótico». «España somos todos», ha espetado.
Cree Espinar que si Vox sigue «jugando a ser Harry el Sucio acabarán con una contractura ideológica«, lo que le ha llevado a aventurar que puede que sea «su mala leche» la que les lleve a parecer «que siempre están enfadados, al borde del colapso democrático, siempre con España en la boca pero no en sus corazones».
El concejal de Más Madrid Miguel Montejo ha dudado que «el trapo» arcoíris en los balcones de Más Madrid, junto con la bandera trans, sea un problema vecinal cuando ellos sí tienen licencia. «No vendemos casa sin licencia», ha lanzado a Vox. Sobre el rechazo a pancartas como las dirigidas a la lucha contra la violencia machista, Montejo cree que esconde un cuestionamiento a los derechos humanos, que hasta ahora se pensaba que existía un razonable consenso.