El acercamiento de Rivera al PSOE deja Navarra Suma al borde del KO

  • Navarra Suma está esquivando las preguntas relacionadas con el nuevo discurso de Ciudadanos.
  • Albert Rivera ha aparcado su veto a Pedro Sánchez y promete que negociará la investidura.
  • UPN y el PP navarro se ponen de perfil ante este cambio de estrategia de su socio.
  • El acuerdo en Navarra entre UPN, PP y Ciudadanos, cuyos buenos resultados han servido de probeta para buscar una fórmula parecida a nivel estatal, corre peligro. El paso dado por Albert Rivera en el último suspiro de la legislatura para acercarse a los socialistas socava el discurso que mantiene Navarra Suma, fuertemente crítico con la socialista Chivite por apoyarse en Bildu.

    En el seno de Ciudadanos se ha asumido que serán los grandes perjudicados de la repetición electoral. Las encuestas son desalentadoras para Albert Rivera, que tras trece años de vaivenes ideológicos se situó en el centro-derecha para intentar romper la hegemonía del Partido Popular.

    El líder catalán se quedó en abril a menos de un punto de superar a Pablo Casado, pero las municipales, autonómicas y europeas del mes siguiente dejaron claro que al bipartidismo le queda cuerda para rato.

    Rivera esta vez cumplió la palabra y no posibilitó la investidura de Pedro Sánchez, feliz ante el cisma interno que sufrió Ciudadanos con Luis Garicano maniobrando en las sombras y Toni Roldán sacrificándose en primera línea.

    RIVERA CAMBIA DE DISCURSO

    Todas las encuestas pronostican que Ciudadanos perderá votos, que el PP se disparará y que Vox se mantiene por sorpresa. Albert Rivera podría perder a la mayoría de sus 56 compañeros en el Congreso y es por ello que ha intentado achicar agua.

    El candidato naranja ofreció sobre la bocina una oferta a Sánchez relacionada con el 155 y Navarra, pero ahora ha suavizado su mensaje y ha mesurado su oferta mientras la portavoz gubernamental Isabel Celaá subraya «el bandazo».

    Pedro Sánchez también ironizó hace unos días en un mitin sobre que Rivera «le levanta el castigo» al PSOE. Ciudadanos, que ya no tilda de «banda» a los socialistas, apuesta por un acuerdo con el PP y los socialistas, que según Rivera son los «partidos moderados» de España.

    NAVARRA SUMA SE QUEDA EN FUERA DE JUEGO

    Javier Esparza ideó Navarra Suma ante las desalentadoras encuestas que sufría UPN. El candidato regionalista recuperó poder municipal, pero no ha cumplido la palabra dada a nivel interno: se ha quedado como líder de la oposición y pretende ganar el próximo Congreso del partido.

    Navarra Suma integra a UPN y Ciudadanos, con integrantes del minúsculo PP navarro reforzando las listas. En las generales de abril logró un gran resultado, dos escaños de cinco posibles y tres senadores de los cuatro en juego, y en las autonómicas de mayo elevó los números del centro-derecha pese a que no logró recuperar el poder foral.

    Esparza se encargó en la campaña primaveral de disipar las contradicciones que suponía un pacto entre una fuerza como UPN y un partido antifuerista como Ciudadanos, que en Navarra rebajó su perfil para posibilitar el pacto.

    RIVERA LE HACE LA JUGARRETA A ESPARZA

    La decisión de Albert Rivera de dejar abierta la puerta a pactar con el PSOE sin condiciones relacionadas con Cataluña y Navarra ha dejado en mal lugar a Javier Esparza, que tiene dificultades para mantener su tono sobre la socialista María Chivite.

    Esparza acusa a Chivite de haber tejido un pacto bajo la mesa con Euskal Herria Bildu, que ha recuperado el poder en Huarte y ha apoyado la elección de un independiente afín a la izquierda abertzale en la Mancomunidad de Pamplona con el apoyo implícito de los socialistas navarros.

    Rivera
    María Chivite, nueva presidenta de Navarra.

    Pero el líder regionalista es consciente de que tendrá dificultades discursivas durante los tres años y medio restantes de legislatura si sus socios de Ciudadanos firman un acuerdo estatal con el PSOE, partido al que UPN acusa de tener un pacto con los abertzales.

    «CON TODOS LOS GRUPOS»

    María Chivite ha anunciado que negociará «con todos los grupos» el presupuesto de Navarra para 2020. La presidenta de Navarra quiere evitar que se prorroguen los presupuestos, posibilidad que podría surgir si Navarra Suma y EH Bildu votan en contra.

    Izquierda-Ezkerra, que apoyó a Chivite pero declinó formar parte del Gobierno foral, ha pedido al PSN que priorice una negociación con la izquierda abertzale, pero los socialistas aseguran que también quieren verse con Navarra Suma.

    Javier Esparza ha dejado claro que no se cierra a un acuerdo presupuestario, pero es evidente que UPN no facilitará a María Chivite el balón de oxígeno que supondría que la principal fuerza del Parlamento foral vote favorablemente.

    ‘POLI BUENO’, ‘POLI MALO’

    El programa Skolae se ha llevado el premio UNESCO de educación de las niñas y mujeres, medalla que se ha colgado María Chivite a pesar de que la materia gris de este programa salió del cuatripartito que ella tanto criticó.

    Chivite ha articulado un ejecutivo cuyo portavoz es Javier Remírez, poli bueno ante los ojos de Navarra Suma. El papel de poli malo lo ejerce Ramón Alzórriz, que ocupa la secretaría de Organización del PSN desde que Santos Cerdán marchó a Madrid.

    CASADO MIRA A NAVARRA

    Pablo Casado ha visitado el Ayuntamiento de Pamplona y ha asegurado que solo podría plantearse facilitar la investidura de Pedro Sánchez si revierte el pacto entre el PSN y Geroa Bai, marca blanca en Navarra del PNV (partido con el que el PP ha cerrado acuerdos en numerosas ocasiones).

    Ciudadanos, por su parte, posibilitó la reedición de Navarra Suma y sin embargo mostró su enfado porque su número dos en Euskadi, Javier Gómez Calvo, negociase la creación de Vascos Suma junto al PP.

    Desde el partido de Albert Rivera aducen en privado que su federación vasca negoció un asunto tan delicado de espaldas a José Manuel Villegas, que se enteró por la prensa de un pacto que podría haber ejercido de efecto dominó de gran acuerdo con el PP del que Cs, por el momento, no quiere ni oír hablar.