Evocando la aclamada obra de Juan Marsé, todo apunta a que las tardes, no de Teresa, sino de Francisco Franco en el Valle de los Caídos -más de 16.000 desde que se le dio sepultura el 23 de noviembre de 1975- están llegando a su fin. Las resoluciones de este jueves del Tribunal Supremo van despejando el camino abierto por el presidente en funciones Pedro Sánchez hace más de un año, aunque la familia del dictador no ceja en su empeño de evitar una polémica y mediática exhumación que, a su juicio, vulnera sus derechos fundamentales.
La sala de lo Contencioso-Administrativo del alto tribunal resolvió ayer los últimos obstáculos para que el Gobierno pueda ejecutar la decisión adoptada por el Consejo de Ministros de trasladar los restos de Franco al cementerio de El Pardo-Mingorubio, donde está enterrada su mujer, Carmen Polo. En forma de dos providencias y tres autos los magistrados del TS reafirmaron la luz verde que ya dieron al Ejecutivo en su sentencia del pasado 30 de septiembre, aclarada a la familia Franco en otro auto esta semana después de que ésta lo solicitara.
¿Y CUÁLES ERAN ESOS OBSTÁCULOS?
Por un lado, los tres recursos presentados por la comunidad benedictina del Valle de los Caídos, la Fundación Francisco Franco y la Asociación para la Defensa del Valle.
A falta de resolverlos definitivamente en forma de sentencia, el Tribunal Supremo acordó este jueves en tres respectivos autos levantar las medidas cautelares que habían dejado en suspensión la ejecución de la exhumación.
Además, dictó una providencia en la que dejó sin efecto la negativa del Prior de la Abadía del Valle de los Caídos, Santiago Cantera, a permitir la entrada en el templo para proceder a desenterrar al dictador. El TS recordó al religioso, respondiendo a la petición de autorización de la Abogacía del Estado, que, en virtud del artículo 118 de la Constitución española “todos deben cumplir las sentencias firmes”.
Cantera envió una carta esta semana a la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo, en la que adelantaba que no autorizaría el acceso a la Abadía “con la finalidad de acceder a una sepultura”.
Según Cantera esa actuación, sin la preceptiva autorización eclesiástica, vulnera la libertad religiosa, un derecho fundamental sobre el cual, recordó, la última palabra la tiene el Tribunal Constitucional -no el Supremo- y, en todo caso, el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo (TEDH).
Precisamente, es al Tribunal Constitucional al que han decidido acudir los siete nietos de Franco, María del Carmen, María de la O, María del Mar, José Cristóbal, María Aránzazu, Jaime Felipe Martínez-Bordiu Franco y Francisco Franco Martínez-Bordiu, que han presentado un recurso de amparo contra la sentencia que permite el traslado de los restos mortales de su abuelo. Asimismo, han pedido al TC que adopte la medida cautelarísima de paralizar cualquier actuación sobre ese extremo hasta que no se pronuncien sobre el fondo de la cuestión. El TC dará a conocer su decisión sobre la solicitud de esa medida, previsiblemente, la próxima semana.
Por último, el TS dictó ayer una segunda providencia en la que denegó la petición del particular Leonardo Falcó como “parte interesada” en el recurso de la Asociación de Defensa del Valle de los Caídos. Falcó fue quien presentó el recurso ante el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo de Madrid nº3 por la “manifiesta ilegalidad del informe emitido por el Ayuntamiento de San Lorenzo del Escorial” que avalaba las obras para sacar al difunto de la sepultura.
Los magistrados rechazan esa petición y además recuerdan al juez José Yusty Bastarreche, que suspendió cautelarmente esa licencia de obras, que el Tribunal Supremo es el único órgano jurisdiccional competente para enjuiciar la “legalidad de los actos y disposiciones del Consejo de Ministros, así como las incidencias acaecidas en su ejecución”.
MIENTRAS SE CONSUMA LA EXHUMACIÓN
El traslado de los restos mortales del dictador se acerca, a la espera de que el TC resuelva sobre esas medidas cautelarísimas solicitadas por su familia, pero, mientras tanto, muchas personas se acercarán al Valle de los Caídos hasta que eso suceda, en principio, más pronto que tarde.
Tal y como confirmaron a MONCLOA.COM fuentes de Patrimonio Nacional, las visitas al lugar, ubicado el valle de Cuelgamuros, al suroeste de la sierra de Guadarrama -a unos 50 kilómetros de Madrid capital-, y que fue inaugurado en 1959, han subido “un poco” ante la expectación que genera la salida de Franco.
Este sábado 12 de octubre puede ser el último Día de la Hispanidad con el dictador en el Valle de los Caídos, circunstancia por la que no serán pocos los visitantes que decidan aprovechar el día feriado para acercarse al lugar.
Entre ellos, Miguel G.M, que manifestaba a este periódico su intención de acudir a la Basílica para “curiosear” antes de la partida de Franco, más de cuatro décadas después de darle sepultura.