Luis Garicano no abre todavía batalla pública contra Albert Rivera, pero en los últimos meses ha dejado claro que no está dispuesto a aceptar de buen grado con todas las decisiones de su compañero. Es por ello que apoyó a Francisco Igea en Castilla y León y forzó que se votase si Cs apoyaba la investidura de Pedro Sánchez.
Cierto es que este economista se ha quedado sin ciertos apoyos internos tras la ‘espantá’ de Toni Roldán, Paco de la Torre o Javier Nart. Al menos le queda Francisco Igea, vicepresidente primero de Castilla y León tras haber tumbado a la candidata oficial del tándem Rivera-Villegas, Silvia Clemente.
Garicano se hizo hace unos días una pregunta que sin duda molestó a algunos compañeros de partido: «Pregunta ingenua de un Chicago boy, 20 años dando clases en la Universidad de Chicago (aún lo hago, ahora de profesor visitante): ¿De dónde porras sale este modelo hispano del liberal anarco paleolítico que piensa que sin impuestos todo mejor, y que la elusión fiscal es derecho sagrado?».
El eurodiputado ha agudizado su perfil socialdemócrata, ideología sobre la que se aglutina una corriente interna de Ciudadanos que ha perdido a uno de sus miembros más emblemáticos, Toni Roldán, que dio un portazo hace algunas semanas.
IGNACIO AGUADO REPRESENTÓ LA SOCIALDEMOCRACIA EN EL PASADO
Ignacio Aguado, al igual que Inés Arrimadas, parece haber renunciado a su perfil propio para plegarse a los deseos de la cúpula de Ciudadanos. El vicepresidente de la Comunidad de Madrid anunciaba en 2015 que quería modificar el impuesto de donaciones y sucesiones: «Dejamos la puerta abierta a pequeños ajustes en los tramos autonómicos o determinados impuestos como donaciones o sucesiones.
El entonces aspirante de Cs a la Asamblea explicaba que se planteaba colocar «un umbral a partir del cual establecer un impuesto progresivo en las sucesiones» que podría ser «una cantidad como 700.000 euros».
Aguado aducía motivos de «justicia social y redistribución de la riqueza» y Federico Jiménez Losantos le repicaba en una entrevista en Es Radio: «¿Por qué lo que he ahorrado tras pagar impuestos no se lo puedo dejar a mi hijo sin que me robe la comunidad?».
El candidato se defendía: «Es una política liberal en el sentido continental, liberales de la liberté francesa y no neocon, mínima intervención del Estado al estilo americano» y Losantos comparaba su medida con la que «los socialistas y comunistas han hecho en Francia».
LOS VAIVENES DE TONI ROLDÁN
A Toni Roldán se le situaba en el área más socialdemócrata de Ciudadanos. Pero el economista que se autodefine como «liberal progresista» defendía una de las medidas liberales más controvertidas: el contrato único.
En 2015 aseguraba en Libre Mercado que «el contrato único no es ni de izquierdas ni de derechas, a ver si lo entendemos de una vez. Se utiliza y manipula políticamente de una manera preocupante. Lo que hace el contrato único es igualar los derechos de todos los trabajadores. Todos pasan a ser indefinidos y suben, de hecho, los derechos de los temporales».
Roldán aseguraba que «lo que te permite el contrato único es acabar con la valla de diferencia de derechos que en nuestro sistema provoca un abuso de la rotación. Para ahorrarse esa valla, los empresarios, que a lo mejor no quieren despedir, despiden porque hay un salto en un momento dado. Nosotros lo que pedimos es una progresión creciente, para que no exista esa valla».
LOS ARGUMENTOS LIBERALES DE ROLDÁN, AMIGO DE GARICANO
Hace cuatro años también Roldán defendía la llamada ‘mochila austriaca’, que según varios economistas abre las puertas a la privatización de las pensiones, y el complemento salarial, que según formaciones como Podemos otorga «una propina» a la ciudadanía para esquivar la consolidación de derechos.
Y aseguraba que la medida se había «implementado sobre todo en tres países: Suecia, Reino Unido y EEUU. En este último ha sacado a millones de personas de la pobreza. No conozco ningún otro partido que se esté presentando en España con políticas antipobreza laboral, contra la precariedad, que ofrezcan ninguna otra solución. Ésta es una promesa que va a sacar de la pobreza y va a cambiar la vida a millones de personas».
Paco de la Torre, también cercano a Garicano, sin embargo estaba situado en el ala liberal de Ciudadanos. Eso sí, el inspector de Hacienda arremetió en público contra su partido cuando dejó de dar batalla contra las SICAV, ya que según él había que aumentar los controles para evitar privilegios excesivos.
EL ORIGEN DEL CAMBIO
En febrero de 2017 la Asamblea de Ciudadanos respaldó la apuesta de Albert Rivera por borrar de su ideario cualquier referencia al socialismo democrático y sustituir este término por el liberalismo progresista.
Rivera aseguraba que el cambio «no es una refundación, es una evolución para hacer más fuerte todavía el partido. Defiendo que el partido se defina como progresista, para ganar a los conservadores, pero también que seamos un partido menos intervencionista que el PSOE».
El líder naranja aseguraba que «el debate no tiene que ser tanto semántico como de contenido. Hay que decirle a los españoles que nosotros no queremos subir los impuestos: lo que queremos es bajarlos».
Jordi Cañas, entonces defenestrado por un juicio del que finalmente salió absuelto, abanderó que Cs no abandonase la socialdemocracia y hoy ejerce de eurodiputado junto a Garicano en vez de liderar al partido en Cataluña, tal y como exigen las bases, suspicaces ante el pasado y la meteórica carrera de Lorena Roldán.