sábado, 23 noviembre 2024

El PSOE confía en debilitar a Ciudadanos y obligarle a pactar tras el 10-N

  • Sánchez espera que, tras las elecciones, sus posibles socios de Gobierno estarán más debilitados.
  • El PSOE confía en gobernar tras el 10 de noviembre con el apoyo de Ciudadanos y dejar a Unidas Podemos a un lado.
  • Desde Unidas Podemos dan por hecho que se celebrarán elecciones, aunque aún tienen esperanza de poder convencer al líder socialista.
  • Son muchos, incluso dentro del PSOE, los que se cuestionan la obsesión de Pedro Sánchez en citar a los españoles con las urnas el próximo 10 de noviembre. La versión oficial desde Ferraz dicta que los socialistas no confían en Unidas Podemos y que solo están abiertos a firmar un pacto programático. Y que, por tanto, la culpa de que se celebren nuevas elecciones es de Pablo Iglesias. Pero los rumores del Congreso de los Diputados son otros. Apuntan a que la intención de Sánchez es debilitar a Ciudadanos (y a Podemos) el 10-N y obligar a Rivera a pactar con los socialistas un Gobierno más moderado.

    El pasado miércoles, Sánchez no mantuvo en el Congreso ni siquiera contacto visual con Pablo Iglesias. Desde la formación morada señalan que incluso la expresión corporal de los socialistas indica que el PSOE no tiene intención de pactar. Sin embargo, el presidente del Gobierno en funciones sí que dedicó tiempo al líder de Ciudadanos, Albert Rivera. «Usted es un político ausente, al que nadie entiende ya, ni dentro ni fuera de su partido», le ha espetado Sánchez a Rivera. «Hay una diferencia tal entre lo que dice y hace que es usted un hipócrita». Esta «especial» atención hacia el líder de la formación naranja llamó la atención a muchos de los diputados de Unidas Podemos, quienes entienden que el líder socialista se acercará a su homólogo de Ciudadanos tan pronto como se sepan los resultados del 10-N.

    Desde Unidas Podemos no tiran la toalla. Pese a que son pesimistas con la actitud del PSOE en las negociaciones, aún dejan la puerta abierta a llegar a un acuerdo. Pero los días pasan y las posturas no hacen más que alejarse por momentos. Fuentes del PSOE ya avisaron a principios de septiembre que las reuniones que se celebrarían serían pocas. Y daban por hecho que no llegarían a buen puerto, ya que, desde que fracasara la primera investidura del todavía presidente del Gobierno en funciones, no están abiertos a ceder sillones del Consejo de Ministros al núcleo duro de Pablo Iglesias. 

    Los ánimos entre las filas de la formación morada están decaídos. Desde Unidas Podemos entienden que Sánchez se ha dejado seducir por los poderes económicos que tanto han advertido al presidente que la entrada de Podemos en el Gobierno sería mala para el mercado. Por esta razón, los de Iglesias creen que ya no hay apenas margen. El líder socialista va cuesta abajo y sin frenos hacia la repetición electoral. Y su objetivo es nada menos que debilitar a las dos formaciones con las que aspira a pactar

    Los socialistas esperan que un Gobierno con Ciudadanos sea más fácil de formar. Rivera se vendió desde su entrada en el panorama político como un elemento de estabilidad. Pero la idea de sorpasso llevó a la cúpula de la formación naranja a plantearse un objetivo más ambicioso: superar al PP y ocupar su espacio como fuerza hegemónica del centro-derecha. Un plan que los sondeos prevén que no logrará su objetivo, ya que el partido más perjudicado si se celebran elecciones será Ciudadanos, según todos los sondeos y la opinión de un experto sociólogo. 

    No es la primera vez que Sánchez sondea a los de Rivera. Ante los numerosos fracasos en las negociaciones para la primera sesión de investidura, el líder socialista lanzó guiños al de Ciudadanos. Pero el presidente de la formación naranja seguía empeñado en ejercer el cordón sanitario que había impuesto la cúpula del partido a Sánchez. 

    Ahora el presidente confía en que Rivera cambie de criterio. Se ha demostrado que la línea seguida por Ciudadanos no le ha beneficiado. O al menos es la tendencia que pronostican las encuestas. Por esta razón, Sánchez cree que podrá formar Gobierno con la ayuda de un Rivera considerablemente debilitado. Además de minar las posibles buenas relaciones que puedan tener el Partido Popular y el presidente de Ciudadanos. 

    Desde Unidas Podemos están convencidos de que Sánchez quiere un nuevo socio preferente. Pero no consideran que eso necesariamente vaya a ir en su contra. Los de Iglesias consideran que si dejan esa puerta abierta, la formación morada puede intentar recuperar y consolidarse en un espacio que ahora parece ocupado por el PSOE. Si los socialistas se escoran a la derecha, Unidas Podemos puede recuperar parte del electorado de izquierdas y recuperar más presencia en el Congreso.

    Los últimos coletazos de Podemos los dará en persona Pablo Iglesias. El líder de la formación morada quiere un cara a cara con Pedro Sánchez para intentar convencerle de llevar a cabo un Gobierno de coalición. Pero la percepción desde Unidas Podemos es que son ellos los que más interés tienen en que Sánchez se asiente de nuevo en el palacio de La Moncloa. Son pesimistas, pero el último cartucho de Iglesias está en el trato personal, en convencer a un presidente obsesionado con las elecciones; Tanto, que incluso dentro de su propio partido ven con vértigo la decisión de un presidente seducido por aumentar más su presencia en el Parlamento.