La Comunidad de Madrid todavía sigue sin presidente. Las desavenencias entre el Partido Popular, Ciudadanos y Vox parece que siguen sin solucionarse, aunque podrían estar muy cerca de alcanzar un acuerdo. La reciente investidura en la Región de Murcia da algo de esperanzas a los madrileños.
El Gobierno murciano se había convertido desde hace semanas en la antesala de lo que ocurría en Madrid. El reiterado “no” del partido liderado por Santiago Abascal hacía difícil alcanzar consenso. De nada sirvieron los esfuerzos populares para sacar adelante la investidura en la primera votación del 4 de julio. Un resultado que marcó la gobernabilidad del Ejecutivo madrileño.
CIUDADANOS Y VOX, DESENCUENTROS EN MADRID
El fracaso de la investidura en Murcia anticipó el futuro de Madrid. Los desacuerdos entre Ciudadanos y Vox imposibilitaron una votación favorable a Isabel Díaz Ayuso. El día 10 de julio se efectuó un Pleno sin candidato y en ese momento comenzaba la cuenta atrás para seguir negociando antes del 10 de septiembre. Fecha límite para investir a la popular o la comunidad iría de nuevo a unos comicios.
Sin embargo, el desbloqueo de Murcia parece dar aliento al PP, que ve cada vez más cerca el nombramiento de Díaz Ayuso. Las conversaciones de ambas comunidades han ido en paralelo al tratarse de un caso similar y según fuentes populares ya han propuesto un documento idéntico al murciano para sacar adelante las negociaciones en Madrid.
En ese acuerdo que ha triunfado en Murcia, y que PP pretende replicar en Madrid, se tratan algunas de las premisas que más han complicado las negociaciones. Por ejemplo, Vox en Murcia finalmente ha renunciado a revisar la ley LGTBI, una de las líneas rojas impuestas por Ciudadanos en la comunidad madrileña.
A cambio PP y Cs han tenido que ceder a las pretensiones que mantienen los ultraconservadores. Una de ellas es garantizar la libre elección educativa «para evitar el adoctrinamiento en las aulas» o el uso del concepto «violencia intrafamiliar» para sustituir a la «violencia de género».
Fuentes populares aseguran que el problema está ahora en Ciudadanos. La formación naranja no ha asistido a la última reunión a tres, el pasado viernes, en la que sí estuvieron tanto Díaz Ayuso como Rocío Monasterio. El objetivo del encuentro era avanzar ese documento programático para desbloquear la investidura. Pero Ignacio Aguado decidió no acudir a la cita, mostrando una vez más sus reticencias a pactar con Vox.
Los populares aseguran que seguirán intentándolo y que esperan seguir trabajando en dicho documento, para que sea del agrado de ambas partes. De momento no hay previstas más reuniones a tres, pero las negociaciones continúan adelante. Tampoco está decidido una fecha para la nueva sesión de investidura. Desde el PP insisten en que “si de ellos dependiense lo harían lo antes posible”, aunque todo depende de “la voluntad de Vox y Cs”.
EL “SÍ” DE VOX EN MURCIA
El caso de Murcia ha pasado por las mismas fases que ahora se viven en Madrid. Para la primera sesión de investidura, los ultraconservadores querían un documento de propuestas en común que llevara el sello de las tres formaciones o votarían que “no”. Pero Ciudadanos no quiso acceder a esa pretensión. Vox, finalmente, consolidó su amenaza y se negó a apoyar el Gobierno de coalición de naranjas y azules.
El futuro del Ejecutivo regional entraba en el tiempo de descuento. Desde el primer intento fallido, tenían dos meses para seguir negociando o se convocarían elecciones, pero no ha hecho falta llegar a esta alternativa. Los tres partidos solo han necesitado dos semanas para solucionar sus diferencias programáticas.
El 19 de julio cerraron ese acuerdo y el 26 de julio lo materializaron con el “sí” de los 16 votos del PP, los 6 de Ciudadanos y los 4 de Vox. El partido ultraconservador, sin embargo, no tendrá representación dentro del Ejecutivo de coalición, aunque su apoyo no será solamente simbólico. Tanto PP como Cs han tenido que asumir una veintena de exigencias, como el objetivo de impulsar políticas de prevención de la “violencia intrafamiliar”.
El presidente será el popular Fernando López Miras, mientras que la vicepresidencia será para la líder de Cs, Isabel Franco, quien también ocupará la Consejería de Política Social. Según lo firmado, los populares controlarán las áreas de Hacienda, Sanidad, Educación, Agricultura, Presidencia. Por su parte, Ciudadanos se encargará de la portavocía del Gobierno, y las competencias de Fomento, de Transparencia y Administración Pública y de Empleo.