Julio Anguita sabe que la estructura territorial de las fuerzas a la izquierda del PSOE hay que diseñarla de forma minuciosa. Al excoordinador federal de Izquierda Unida le tocó torear con varios ‘astados’ de provincias, que le pusieron en serios aprietos.
‘El Califa’ todavía recordará la ruptura de Esquerda Unida con IU. La federación gallega se hartó de ser extraparlamentaria, el BNG le cerraba el flanco izquierdo, y pactó una lista con el PSOE de Abel Caballero que provocó la ruptura con Madrid.
A Anguita tampoco le tembló el pulso en Cataluña y abogó por romper con Iniciativa per Catalunya, que volvió a acordar con Izquierda Unida bajo el liderazgo de Gaspar Llamazares, que tejió puentes con los herederos del PSUC.
El tercer melón autonómico procedió de Euskadi, donde varios concejales de IU se negaron a posibilitar mociones de censura contra alcaldes de HB en plena conmoción estatal tras el asesinato de Miguel Ángel Blanco. Anguita se negó a darles de baja por ello.
ANGUITA PIDE REPENSAR LA ESTRUCTURA TERRITORIAL DE UP
Julio Anguita admite que «la izquierda ha sufrido en las dos últimas consultas electorales una derrota sin paliativos. Este hecho, con ser grave, no lo es tanto como lo que está empezando a desatarse en el seno de las dos principales fuerzas coaligadas: la impolítica sed de venganza, ligada a una suicida e incipiente diáspora».
El excoordinador federal asegura que se debe imponer «una reflexión organizada y lo más amplia posible para fijar la respuesta colectiva a tres preguntas: ¿Qué queremos? El proyecto concreto que nos une. ¿Con quién y cómo? ¿Con qué tipo de organización para todo el territorio nacional?«.
Anguita asegura sobre los posibles relevos en la cúpula de Podemos e Izquierda Unida que «después de haber llegado a una conclusión común, o al menos muy mayoritaria, habrá llegado la hora de relevar o mantener parcial o totalmente a los equipos de dirección. Pero no antes».
El veterano dirigente asegura que «la izquierda que se autodenomina transformadora no tiene derecho a permitirse juegos mediáticos, escisiones precipitadas, infantilismos de terruño y campanario o nuevos diseños para un espectro electoral de supermercado».
«La izquierda que quiera ejercer de ello tiene ante sí una travesía del desierto, que será fructífera si asume que para ella los procesos electorales no son otra cosa que el examen al que se somete para ser evaluada sobre su trabajo de hormiguita en la sociedad y en las instituciones», añade.
ANGUITA APOYA LA ESTRATEGIA DE IGLESIAS
Julio Anguita tira de ironía y asegura en El Economista que «el PSOE no puede admitir un Gobierno de Coalición con Unidas Podemos. Va contra su auténtica identidad de cariátide izquierda del templo de la Transición, con todos los apaños, pactos tácitos entre poderes económicos y políticos, que presididos por la Monarquía restaurada, allí se encuentran custodiados. Y que, por otra parte, aparecen de vez en cuando sobre la mesa del Consejo de Ministros».
El exalcalde de Córdoba señala que «los recados de los poderes económicos para que, tanto PP como Ciudadanos, se abstengan y faciliten que Sánchez sea investido o las insinuaciones del candidato demandando dicha abstención, no dejan ninguna duda: es una «cuestión de Estado», o sea del que ellos encarnan y han ido modelando desde 1977″.
Anguita supone que «Pablo Iglesias ha sido y es consciente del órdago que ha puesto en marcha. Su insistencia en estar presente en el Gobierno marca una estrategia que ya no admite marcha atrás. Salvo la claudicación, y con ella su dilución en un futuro inmediato. Ha apostado por una lógica impecable pero perturbadora para el estatus, el cual, conjuntamente con las cloacas del Estado, lleva poniendo toda la carne en el asador en destruir a Unidas Podemos y a su cabeza más visible».
Y añade: «¿Qué «disparate» demanda Iglesias? Pues nada menos que aplicar en España lo que en la UE es moneda corriente y moliente: la formación de Gobiernos de coalición cuando nadie tiene la mayoría absoluta y existe un programa pactado».
EL PSOE, SEGÚN ANGUITA, INCUMPLE LOS ACUERDOS
Anguita recuerda que «tanto IU en la Junta de Andalucía como Unidas Podemos en Madrid saben que el PSOE pacta, acuerda y se compromete, pero a la hora de ejercer como Gobierno, el pacto queda postergado.
‘El Califa’ recuerda «la doble faz del PSOE a lo largo de décadas: decir una cosa en la oposición y hacer la contraria en el Gobierno: OTAN, denuncia de los acuerdos con el Vaticano, prioridad de la Enseñanza y la Sanidad públicas, Reforma laboral, Ley Mordaza, etc. etc. etc. Olvidar las enseñanzas y entregarse al «buenismo» de una comprensión basada en siglas y no en valores, hechos y proyectos es suicida para la izquierda real».