A lo largo de la historia hemos conocido la historia de diferentes jefes de Estado que hoy en día están enterrados en mausoleos, a pesar de que muchos no estén de acuerdo con la decisión. La polémica por la exhumación del general Francisco Franco por parte del PSOE ha reabierto la brecha que parecía estar enterrada.
¿Dónde se encuentran enterrados los jefes de Estado extranjeros? A continuación conocemos los mausoleos tanto nacionales como extranjeros que guardan los restos de los antiguos dictadores del mundo, o al menos de algunos de ellos.
FRANCO EN EL VALLE DE LOS CAÍDOS
El Valle de los Caídos está compuesto por una basílica católica, una abadía y un conjunto monumental que se construyó entre 1940 y 1958. El general Francisco Franco ordenó su construcción y está enterrado allí junto a José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange Española. Además, en el Valle de los Caídos también se encuentran 33.872 combatientes de la Guerra Civil española de ambos mandos.
Ahora, tras muchos años, desde el Gobierno han decidido que es hora de trasladar los restos del general Francisco Franco de monumento del Valle de los Caídos. El Supremo, por el momento, mantiene la operación suspendida.
La operación está presupuestada en más de 11.700 euros, un precio bastante más elevado del que se anunció en mayo, que fue de 3.700 euros.
De esta forma, ése será el coste de sacar los restos de la basílica del Valle de los Caídos y transportarlos hasta la ubicación definitiva que, según lo aprobado por el Ejecutivo, será un panteón en el cementerio de Mingorrubio, en la zona de El Pardo de Madrid.
EL PANTEÓN DE REYES EN EL ESCORIAL
Los soberanos Habsburgo y Borbón descansan desde hace tres siglos y medio en la Cripta Real del Monasterio de El Escorial. Con 24 de los 26 panteones ocupados, los reyes eméritos deberán buscar otro mausoleo mientras los padres de Don Juan Carlos siguen el proceso natural en el pudridero regio antes de ocupar los nichos restantes. Ambos espacios restringidos a la custodia de los monjes agustinos.
El complejo arquitectónico se construyó entre 1563 y 1584 con la intención de conmemorar la victoria española en la contienda de San Quintín frente a las tropas francesas, en el marco de las Guerras Italianas. Así lo ordenó Felipe II, que trasladó los restos de su padre, Carlos I, a un primitivo mausoleo que, un siglo y varios Habsburgo después, sustituyó el de 1654.
En sus sepulcros descansan todos los soberanos de España fallecidos tras esa fecha (1654), así como las reinas que fueron madres de reyes. Como excepciones, Felipe V, que optó por la Colegiata de la Granja de San Ildefonso, y su hijo Fernando VI, que eligió las Reales Salesas. El primero fue enterrado con su mujer, Isabel de Farnesio, y el segundo también con su esposa, Bárbara de Braganza. Faltan también Amadeo I de Saboya, inhumado en la Basílica de Superga de Turín, y José I Bonaparte, que reposa en el Palacio Nacional de los Inválidos de París.
EL MAUSOLEO PARA EL REY JUAN CARLOS I Y SOFÍA
De los 26 sarcófagos tan solo restan dos vacíos, a la espera de albergar los cuerpos de los condes de Barcelona, Don Juan y María de las Mercedes, ahora en el pudridero. Su hijo, Juan Carlos I, quiso honrarlos con exequias reales a pesar de que nunca ejercieron la soberanía, una decisión que obligará a buscar otro mausoleo por los reyes eméritos, que podrían decantarse por la Catedral de la Almudena.
Así que parece que el panteón de los Reyes de El Escorial dejará de albergar los restos mortales de los reyes de España. Ahora, con Juan Carlos I y Sofía, se comenzará un nuevo panteón al que irán a parar todos los reyes, incluida la futura reina Leonor, que conocemos actualmente.
JORGE RAFAEL VIDELA
El dictador argentino Jorge Videla (1976-1981), fue uno de los jefes de Estado que murió en prisión el 17 de mayo de 2013, a los 87 años. Sus restos, según publicó el diario Clarín, están enterrados en una tumba con nombre falso en un cementerio privado del Gran Buenos Aires.
Su familia quería enterrarlo en el panteón en el que están sus antepasados en su ciudad natal, Mercedes (100 kilómetros al oeste de Buenos Aires), pero desistieron por las protestas ciudadanas. Según el mencionado diario argentino, los restos de Videla se encuentran enterrados bajo una lápida que dice “Familia Olmos”.
IÓSIF STALIN, UNO DE LOS ENTERRAROS EN UN MAUSOLEO
El dictador de la Unión Soviética falleció en 1953. El 9 de marzo se celebró el funeral de Stalin, al que asistió tal muchedumbre que incluso hubo una cantidad considerable de víctimas por aplastamiento.
El cuerpo embalsamado de Stalin fue colocado en el Mausoleo de Lenin, que en 1953-1961 se llamaba Mausoleo de V.I.Lenin y Y.V.Stalin. En 1961, con la conocida como desestalinización, el XXII Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética decidió que el cuerpo de Stalin fuera retirado del Mausoleo y enterrado en una tumba cerca de la Muralla del Kremlin. Posteriormente, se ha levantado un monumento sobre la tumba, como ha ocurrido con otros jefes de Estado.
ADOLF HITLER
Adolf Hitler se suicidó cuando la Segunda Guerra Mundial llegaba a su fin. El general puso fin a su vida en un búnker y según la versión oficial, sus restos fueron quemados y enterrados. Se desconoce dónde fueron depositados e incluso el búnker fue eliminado. La legislación alemana prohíbe la apología del nazismo.
La tumba de los padres del dictador nazi Adolf Hitler en Leonding, suroeste de Austria, también fue retirada en 2013 tras las denuncias de que se había convertido en un lugar de peregrinación de ultraderechistas en el que se hallaron símbolos nazis.
RAFAEL LEÓNIDAS TRUJILLO
Trujillo, conocido como El Jefe o El Benefactor, gobernó como dictador de la República Dominicana desde 1930 hasta su asesinato en el año 1961. Tras su asesinato, decidieron enterrarlo cerca de Madrid.
Actualmente los restos de Trujillo se encuentran en un cementerio de la pequeña comunidad de El Pardo, a 25 minutos de Madrid, España, en una tumba que probablemente no se parezca en nada a aquella mandada construir por el dictador en la década de 1950 en su natal San Cristóbal, donde quería ser enterrado tras su muerte, como la mayoría de jefes de Estado.