En la misma noche electoral y tras visualizar que la suma de PP, Ciudadanos y Vox era suficiente para tomar la alcaldía de Madrid, Martínez Almeida dejó clara su intención de derogar Madrid Central. “Sí, es lo que está escrito en el programa electoral”, comentó el ahora alcalde de la capital. Este mismo lunes ha llevado a cabo su planteamiento, al restringir las sanciones, y a pesar de las multitudinarias críticas de algunos sectores, no ha habido una excesiva influencia en el tráfico. Es más, respecto al pasado lunes, se ha reducido el número de retenciones en el interior de la M-30.
En comparación con los registros del lunes pasado, tomados por la Dirección de Gestión y Vigilancia de la Circulación del Ayuntamiento de Madrid, el tráfico en el interior de la M-30 (zona en la que está comprendido Madrid Central) ha disminuido un 0,7% este 1 de julio. El tráfico sí ha aumentado en los accesos, aunque tan sólo un 0,1% y en el círculo urbano exterior, un 0,3%. En total, y comparado con los últimos diez días, en este primer lunes sin multas en Madrid Central el tráfico sólo ha aumentado un 0,1%.
El tráfico sí habría aumentado en comparación con fechas de julio de 2018. En concreto, y según datos municipales del Centro de Gestión de la Movilidad, se ha producido un incremento del 6,5% en la M-30, un 5,2% en la zona central y un 8,1% en la exterior. Pero estos datos están comparados con un día promedio de julio, por lo cual resulta complejo establecer un baremo adecuado si se tiene en cuenta que julio es un mes de lo más atípico.
ALMEIDA LE LLEVA LA CONTRARIA A SU PARTIDO
Este lunes Almeida no sólo ha permitido circular por la zona de Gran Vía, cerrada desde el pasado 30 de noviembre. También ha dado marcha atrás en zonas de Área de Prioridad Residencial de Lavapiés, Huertas, Ópera y Embajadores, cuyas restricciones no fueron implementadas por Manuela Carmena sino por compañeros del Partido Popular en 2004 y 2006.
La decisión tomada por el gobierno de PP y Ciudadanos no ha estado exenta de polémica. A las críticas se han sumado ciertos activistas como los de Greenpeace. Los integrantes de esta ONG cortaron el acceso al área de bajas emisiones por la Calle Alcalá, cerca de Cibeles, donde su ubica el Ayuntamiento. Muchos de ellos se han encadenado en mitad de la calle hasta que, tras más de una hora, la policía ha acudido a identificarles y poner la poner la pertinente multa.
En los próximos meses habrá que vislumbrar hacia dónde avanzan los planes de Martínez Almeida con Madrid Central, pero los primeros resultados, que reflejan una disminución del tráfico en el interior de la M-30 respecto al pasado lunes, difícilmente le harán cambiar de opinión. Eso sí, él y su equipo tendrá que vigilar los niveles de contaminación si quieren esquivar una posible sanción de la Unión Europea.