El PSOE ha dejado claro que no quiere entregarle a Unidas Podemos ni un solo Ministerio. Pedro Sánchez tan solo parece dispuesto a ofrecerle algunos cargos intermedios y algunas prebendas. Por los pasillos de Prado del Rey se ha intensificado el rumor del principal deseo de Pablo Iglesias: el control de RTVE.
Es evidente que Rosa María Mateo apura sus últimas semanas al frente de la Corporación Pública. Y el concurso convocado el pasado año está estancado y sin visos de mejora. Pablo Iglesias, experto en la materia mediática, podría conseguir ahora su joya más deseada.
A punto estuvo de conseguirla el pasado año, cuando Ana Pardo de Vera, directora de Público, desveló que Iglesias le había ofrecido la presidencia de RTVE porque el PSOE le había entregado la Corporación Pública.
El acuerdo finalmente falló, el candidato socialista Tomás Fernando Flores fue tumbado por el Congreso y un decreto ley situó a Rosa María Mateo al frente de RTVE. Algunos periodistas escogidos por Podemos entonces, Cristina Fallarás, Juan Tortosa o Rosa María Artal, podrían ocupar un cargo de consejero en la nueva etapa de la radiotelevisión pública estatal.
PABLO IGLESIAS Y SU OBSESIÓN POR LOS MEDIOS
Pablo Iglesias dejó claro en 2013 que él hubiese pedido el control de Canal Sur si de él hubiesen dependido los apoyos de IU al PSOE andaluz: «Si nuestros votos son necesarios para que se haga ese Gobierno, debemos controlar por lo menos uno de los informativos, queremos por lo menos un programa al día y queremos otro tipo de películas, porque eso es gestionar el poder.
En el libro ‘Conversación con Pablo Iglesias’, publicado por Jacobo Rivero, el secretario general de Podemos dice que «los medios de comunicación, por lo menos una parte, tienen que tener mecanismos de control público.
Y añadía: «Si el derecho a la información es un derecho democrático, la concentración de la propiedad es incompatible con ese derecho. No puede ser que algo tan importante, y de interés público, imprescindible para la democracia, como son los medios de comunicación, esté solo en manos de multimillonarios».
LA MILITANCIA DE LA CIUDADANÍA
Iglesias en ciertas ocasiones ha explicado que estaría dispuesto a regular la libertad de los medios «¿Por qué no va a existir una regulación que garantice la libertad de prensa en el mejor sentido del término, sin condicionantes de empresas privadas o de la voluntad de partidos políticos? La sociedad civil tiene que verse reflejada con independencia y veracidad en los medios de comunicación«.
El líder morado asegura que la ciudadanía «no milita en partidos políticos, la gente milita en los medios de comunicación. Una persona es de La Razón, de El País, de la COPE o de la Cadena SER. Son mucho más importantes las tertulias en televisión que los debates en el Parlamento. Los debates en el Parlamento ya no los sigue nadie; además, son debates que son mentira, no debaten realmente, está todo pactado».
OTRAS DECLARACIONES DE IGLESIAS
En la revista Galiza Ano Cero, allá por 2013, Iglesias aseguraba que «si la información es un derecho en la medida en que un derecho se convierte en mercantilización se convierte en un privilegio. Lo que ataca la libertad de expresión es que la mayoría de los medios sean privados, incluso que existan medios privados ataca la libertad de expresión».
Y se preguntaba: «¿Por qué esto de tener medios va a ser un privilegio de los ricos? Si alguien los tiene que tener tiene que estar controlado por el Estado que con todas sus contradicciones es representativo en última instancia de la voluntad popular».
Iglesias también protagoniza un párrafo del libro de David Jiménez, ‘El director’. El exnúmero uno de El Mundo acusó al secretario general de Podemos de haber presionado a su reportero, Álvaro Carvajal.
El secretario general morado se dedicó a la ficción con Carvajal: «La historia no tiene por qué ser verdad, pero como tantas cosas que se publican, que no tienen por qué ser verdad, pero se publican. Nos cuenta la historia de un periodista que te dice: Fíjate, yo, si quiero prosperar en el mundo del periodismo, y en particular en mi periódico, tengo que conseguir que haya muchas noticias que vayan a la portada«.
Y remató: «Pero claro, si yo trabajo en el diario El Mundo es imposible que yo consiga colocar en la portada Podemos lo hace todo muy bien. Tengo que colocar noticias que digan Podemos lo hace todo fatal. Buena parte de los periodistas que nos siguen y que están obligados profesionalmente a hablar mal de nosotros, porque así son las reglas del juego…».