Juan Vicente Herrera disfrutó durante lustros de un inmutable prestigio que él utilizó para hacerse de rogar ante un debilitado Mariano Rajoy, que en 2014 le tuvo que pedir que no se marchase a Europa para asegurar una de las escasas comunidades autónomas que podía salvar en 2015.
Hace cuatro años el PP perdió la mayoría absoluta en Castilla y León. Herrera, tras pensárselo dos veces, se mantuvo en el trono al que accedió en 2001 después de que Ciudadanos, por sorpresa, no exigiese su cabeza para prolongar la hegemonía de los populares (1987, con Aznar como candidato).
Herrera jugó al gato y al ratón con su sucesión y finalmente su dedo señaló a Alfonso Fernández Mañueco, que ganó la batalla con su perfil de gestor serio al frente de Salamanca.
A las puertas se quedó Silvia Clemente, que dejó la presidencia de las Cortes para liderar Ciudadanos hasta que el célebre pucherazo acabó con su carrera (antes de que lo hicieran las investigaciones periodísticas sobre las ayudas que le entregó a la empresa de su marido cuando fue consejera de Agricultura).
El olor a guerra sucia se instaló entonces en el PP castellano-leonés y a nadie le ha extrañado que en plenas negociaciones a Alfonso Fernández Mañueco le hayan acusado de utilizar medio millón de euros de ‘dinero b’ y de falsificar 5.000 firmas para ganar las primarias. La Justicia ha archivado el caso.
UNA HERENCIA NEFASTA
Juan Vicente Herrera tendrá dificultades para explicar por qué la Televisión de Castilla y León está gestionada desde hace una década por dos empresarios como José Luis Ulibarri y Míchel Méndez Pozo, encarcelados ambos por corruptos. La Junta de Castilla y León inyectó antes de las elecciones 46,6 millones de euros en esta televisión privada que vive del dinero público.
Pero no es el único caso indecente de los populares de la región: los casos Perla Negra y Eólicas y las ramificaciones de Enredadera, Gürtel y Púnica han dejado a los populares con el prestigio por los tobillos.
Dos de los últimos vicepresidentes de Herrera, Tomás Villanueva y Rosa Valdeón, tuvieron que dimitir. El primero, ya fallecido, por el caso Eólicas. Y la segunda por un doble positivo en alcoholemia. Ahora Valdeón, que sonó como delfín de Herrera en 2015, no se habla con su exjefe y el mes pasado pidió el voto para Ciudadanos.
ESTRELLAS DE LA IZQUIERDA Y ESCISIONES
El crecimiento estatal del PSOE contribuyó a la primera victoria de los socialistas en Castilla y León en 32 años. Pero a este hito también han ayudado las estrellas emergentes de la izquierda, que le han arrebatado al PP ciudades como Valladolid, Burgos, Soria o Zamora.
Óscar Puente, cercano a Pedro Sánchez, ha revalidado su puesto al frente de la capital con la ayuda de Toma la palabra. Carlos Martínez, que sonó como rival de Luis Tudanca al frente del PSOE castellano-leonés, ha logrado su tercera mayoría consecutiva en Soria. Y Francisco Guarido ha arrasado en Zamora, única capital de provincia en manos de Izquierda Unida.
Un encontronazo entre el PP y Ciudadanos ha posibilitado que el PSOE pueda alcanzar Burgos, al menos por el momento, y un encuentro entre populares y naranjas ha forzado a Fernández Mañueco a ceder poder: Cs consigue la ciudad de Palencia y las diputaciones de Segovia, cuya capital seguirá en manos del PSOE, y Burgos.
Esto ha provocado que el PP, a falta de resolverse León, solo mantenga Salamanca. Especialmente traumática ha sido la derrota en Ávila, donde el expopular Jesús Manuel Sánchez Cabrera se ha vengado de Génova 13 con el triunfo de su partido, Por Ávila.
Otra escisión del PP, el PPSO (Plataforma del Pueblo Soriano), también dificulta que los populares recuperen la capital y la Diputación de la provincia. La injerencia de la dirección de la dirección provincial del PP hacia el candidato designado por la militancia en Almazán, en 2011, provocó la ruptura.
FERNÁNDEZ MAÑUECO PIDE PACIENCIA
Alfonso Fernández Mañueco sigue tejiendo su acuerdo con Francisco Igea para conseguir la presidencia de Castilla y León. El candidato del PP pidió esta semana en Onda Cero un poco de paciencia: «Como dice Santa Teresa, la paciencia todo lo alcanza. De aquí a entonces hay que dar los pasos decisivos para crear un gobierno renovador y transformador que enganche e ilusione en los primeros cien días.
El exalcalde de Salamanca aprovechó la entrevista con Carlos Alsina para regalarle los oídos a su previsible socio: «Francisco Igea es un hábil y duro negociador. Estoy convencido de que nos vamos a entender porque compartimos los mismos fines: el bien de la gente de Castilla y León y dar un mejor futuro a sus jóvenes.
Mañueco también prometió que los populares se regenerarán: «Soy la renovación en el PP y quiero ser la renovación en Castilla y León si hablamos de personas. Juan Vicente Herrera se marcha dejando una marca importante y positiva tras una etapa productiva y provechosa».
El viernes se constituyen las Cortes de Castilla y León y el salmantino Luis Fuentes, de Ciudadanos, es el favorito para convertirse en el nuevo presidente del Parlamento. El PSOE, con Luis Tudanca al frente, Podemos, Por Ávila, Vox y Unión del Pueblo Leonés también contarán con representación.