Esquerra Republicana de Catalunya se he hecho con dos codiciadas varas de mando en sendos feudos socialistas, Lleida y Tarragona. La formación independentista se queda sin Barcelona después de la cabriola de Ada Colau, dispuesta a seguir como alcaldesa gracias a Manuel Valls.
El éxito de las municipales de ERC vino precedido por su gran éxito en las generales del mes anterior: ganaron por primera vez en Cataluña con un discurso abierto, sin el bloqueo pretendido por Carles Puigdemont desde Waterloo.
DOS PLAZAS IMPORTANTES
Miquel Pueyo, ERC, releva al socialista Fèlix Larrosa al frente de Lleida tras llegar a un acuerdo con Junts per Catalunya y Comú de Lleida. Pueyo ha explicado que «los compañeros y compañeras del Comú de Lleida y los republicanos tuvimos el sueño de que era posible hacer el cambio en Lleida».
Pau Ricomà se hace con Tarragona tras llegar a un acuerdo con Junts per Catalunya, En Comú Podem y la CUP. Recuerden que el PSC les superó el 26-M, pero los comunes han preferido investir a ERC que al candidato socialista.
Al borde se ha quedado en Barcelona Ernest Maragall, apellido emblemático que superó en casi 5.000 votos a En Comú. Ada Colau sin embargo ha hecho oídos sordos a su derrota y se ha dejado ‘comprar’ por dos formaciones que le apoyan por imponer un cordón sanitario al que se supone que es un aliado estratégico de los ‘comuns’, ERC.
Colau sin embargo se abraza a que ERC rechazó cerrar un acuerdo con el PSC, prescindible en un posible pacto entre republicanos y ‘comuns’, y a una votación interna de sus inscritos. Algunas voces internas de Podemos no comprenden la actitud de la alcaldesa, dispuesta a repetir de la mano de Manuel Valls.
RUFIÁN OFRECE EL «DIÁLOGO» DE ERC EN MADRID
Gabriel Rufián dejaba esta semana claro que están dispuestos a negociarlo todo: «No venimos con intención de bloquear absolutamente nada. Venimos a defender los derechos civiles, sociales y nacionales del pueblo de Cataluña».
Eso sí, aseguró que el «no bloqueo no es un cheque en blanco a Pedro Sánchez», señaló que no quiere saber nada de las versiones del PSOE que ofrecen «Borrell, Page o Lambán» y adelantó que quieren «resolver el conflicto» con «diálogo» en vez de con «togas y porras».
Rufián lo dejó claro: «Venimos aquí a hacer política, somos cruciales para la gobernabilidad de este país. La pregunta más bien es qué hará el PSOE con ERC». Esta vía flexible se añade a la política de fichajes emprendida por Oriol Junqueras, ‘martir’ que acepta su destino en contraposición de Carles Puigdemont.
La paradoja es que cada vez que los catalanes tienen que elegir entre Junqueras, encarcelado con un discurso jesuítico, y Puigdemont, retratado como un bon vivant por la prensa madrileña, escogen al segundo. Sucedió en las autonómicas de 2017 y ha vuelto a ocurrir en las europeas de 2019.
Aun así ERC no se resigna y para ello ha querido ensanchar su espacio con fichajes procedentes de los ‘comuns’, Esquerra Unida o el PSC para subrayar su deriva socialdemócrata que choca con las apostillas radicales que les achacan por sus políticas durante el punto álgido del procés. El plan de ERC está claro: conseguir el indulto para Junqueras y ganar en 2021. No lo tendrán fácil…
EL BLOQUEO CATALÁN
El Parlament de Catalunya no pasa por su mejor momento y ERC está que trina por la deriva de la consellera de Presidència y portavoz del Govern, Meritxell Budó. Los continuos ‘charcos’ en los que se zambulle la portavoz han despertado una honda preocupación en las filas republicanas porque Budó, de Junts per Catalunya, está logrando marcar la agenda para mal cada semana.
No está descartado que Cataluña ‘sufra’ un nuevo adelanto electoral, pero la hoja de ruta marca que en 2021 ERC intentará hacerse con el Govern. Para ello Oriol Junqueras se está apresurando a rebajar el suflé político con un discurso buenista que ha despertado algunos recelos entre algunos compañeros de bancada.
Una de las estrategias favoritas de los republicanos son las alianzas: en las generales lograron el triunfo en Lleida, Tarragona y Girona con la coalición ERC-Sobiranistes, formación liderada por el hasta ahora referente de Izquierda Unida en Cataluña, Joan Josep Nuet. Más de un millón de votos les otorgaron quince escaños.
En las europeas, pese a que los Lliures de Puigdemont les han ganado en Cataluña, ERC ha articulado una coalición, Ahora Repúblicas, que cuenta con tres eurodiputados por los dos que logró el expresident.
La clave fueron las múltiples alianzas tejidas por la formación de Junqueras, que ató acuerdos con Euskal Herria Bildu, el Bloque Nacionalista Galego, Ahora Canarias, Puyalón de Cuchas (Aragón) o Andecha Astur (Asturias).
Puigdemont no fue capaz de reeditar el pacto clásico de Convergència con el Partido Nacionalista Vasco, distanciado de sus homólogos catalanes por la batalla dialéctica entre el expresident y el lehendakari Íñigo Urkullu.