No corren buenos tiempos para Alberto Núñez Feijóo. Los resultados de las elecciones municipales no han sido los esperados para los populares gallegos: han disminuido su número de concejales a nivel provincial y no han conseguido hacerse con el mando de grandes ciudades. Y esto pone en una situación incierta el futuro del presidente.
Feijóo tuvo la oportunidad de cambiar de rumbo, pero no lo hizo. Hace un año, tras la moción de censura, Mariano Rajoy se reunió con el líder del PP gallego para que fuera él su sucesor. Según fuentes populares, ambos hablaron de este tema durante una cena junto a sus respectivas parejas poco antes de conocerse que Pablo Casado, Soraya Sáenz de Santamaría y María dolores de Cospedal se disputarían el puesto.
La sorpresa para Rajoy fue cuando Feijóo se negó a asumir el mandato. No se saben las causas que motivaron esta decisión, aunque las mismas fuentes sugieren que el líder gallego pensaba que iba a ser aclamado para el puesto por el resto de integrantes del PP y cuando vio que había otros candidatos decidió renunciar definitivamente a esa posibilidad.
LOS RESULTADOS GALLEGOS, CLAVES PARA FEIJÓO
En esa cena a cuatro, Feijóo dejó pasar su tren hacia la política nacional y ahora, tras los resultados de Galicia, es difícil que vuelva a tener esa oportunidad. El PP ha ganado las elecciones en algunos territorios claves como A Coruña, Ferrol o Lugo, pero en todas ellas la izquierda suma para gobernar.
El PP de Galicia ha revivido en estos comicios la amarga sensación que ya experimentó hace cuatro años. Su declive comenzó entonces, cuando perdió la mayoría absoluta que tenía en muchas ciudades y se vio indiscutiblemente golpeado por las “mareas” que le hicieron perder alcaldías tan importantes como la de A Coruña.
Feijóo se recuperó de esa dura noche electoral, pero la historia en lugar de mejorar ha vuelto a repetirse y ahora podrían incluso perder la única alcaldía y Diputación relevantes que les quedan, la de Ourense. En esa ocasión el gran beneficiado ha sido el Partido Socialista, que ha experimentado un incremento en todo el territorio nacional.
El presidente de Galicia achaca, precisamente, a la mala situación política del PP en España -con el renacer del PSOE, crecimiento de Cs e irrupción de Vox- la reducción de apoyos al partido en su comunidad. De esta manera quita hierro al asunto y desvía el foco de atención de su autonomía a la directiva nacional. Lo que no puede negar Feijóo es que estos datos son reveladores para la próxima cita electoral: las autonómicas de 2020.
FEIJÓO, PENDIENTE DE OURENSE
Con los datos encima de la mesa, la única esperanza para Núñez Feijóo reside en la capacidad que tenga su partido para pactar. Esta semana comienzan las primeras sesiones de investidura y se decidirá definitivamente quién asume el mandato de la mayoría de alcaldías de la comunidad.
De las grandes ciudades gallegas (A Coruña, Lugo, Ourense, Pontevedra, Vigo y Santiago de Compostela), Ourense es la única en la que el PP pudo finalmente gobernar en 2015. Una situación que ha cambiado radicalmente este año, pues los populares han perdido 3 concejales y el PSOE se ha alzado como ganador de los comicios.
No obstante, el futuro de la alcaldía aún está en el aire. El PP y PSOE ultiman sus negociaciones con Democracia Ourensana, que con sus siete concejales tiene la llave de la gobernabilidad. Si bien es cierto que en un principio el PSOE parecía el socio preferente, las últimas posturas parecen acercar a la formación local a los populares.
La clave de su apoyo podría ser la presidencia de la Diputación y que actualmente es la única que mantiene el PP. La familia Baltar quiere perpetuar su saga en la institución provincial y podrían llegar a un acuerdo con Democaria Ourensana para continuar a cambio de cederle la alcaldía de Ourense. El PP orensano ahora tendrá que valorar si le interesa más conservar la alcaldía o la Diputación. Eso sin perder de vista al PSOE, que seguirá intentando desestabilizar ese acuerdo.
LOS PACTOS SIN EL PP
Los populares se aferran a no perder Ourense porque no van a poder asegurarse ningún otro gran núcleo. En A Coruña, a pesar de haber ganado, los socialistas formarán gobierno después de que el actual partido que ostenta el poder, Marea Atlántica, decidiera ceder sus votos para la investidura.
Algo parecido ha ocurrido en Pontevedra y Lugo. En ambos lugares es previsible que el PSOE llegue a acuerdos con el Bloque Nacionalista Galego. Esta no es la primera vez que se da esta combinación. Los socialistas gobiernan en Lugo gracias a esta fórmula, mientras que en Pontevedra las negociaciones continúan abiertas entre ambos partidos y tendrá que decidirse si el BNG revalida el cargo.
El Ayuntamiento de Santiago de Compostela tampoco está cerrado de momento, pero previsiblemente el PSOE ocupará la alcaldía con el apoyo de Compostela Aberta y el BNG. Algo que también podría ocurrir en Ferrol, donde la combinación socialistas, BNG y Ferrol en Común necesita un acuerdo para hacerse con el poder. Por último, en Vigo, la victoria socialista es indiscutible, después de que Abel Caballero consiguiera mayoría absoluta.
Después del chaparrón ahora hay que tomar decisiones. El PP tendrá que decidir qué hace con Núñez Feijóo. En Madrid parece que ya no tiene sitio después de su caída electoral en Galicia, pero tampoco está claro su futuro en la comunidad. Con las autonómicas a la vuelta de la esquina, los populares tienen que sopesar si siguen apostando por él o arriesgan con sangre nueva. Si esto sucediera, al presidente gallego no le quedaría más remedio que dar un paso atrás y finalizar su carrera política.