Antonio Sevilla, número uno de Vox en el Ayuntamiento de Torremolinos (Málaga), ha puesto su acta a disposición de la Ejecutiva Provincial del partido. El líder de la formación de Abascal en este municipio lo hace para asumir las consecuencias de su apuesta por Lucía Cuín, a la que el partido le obligó a renunciar tras apoyar el día del Orgullo Gay. Vox, por el momento, no acepta la renuncia de Antonio Sevilla.
En una carta a la que ha tenido acceso Europa Press, Sevilla asume su responsabilidad política por la posición de Cuín en la lista: «Se me encargó como a todos vosotros hacer una lista y tuve que elegir dentro de los afiliados que tenía. Ella cumplía todos los perfiles de Vox y después de haber sofocado una revuelta interna de mi lista en el último día de plazo fue la mejor opción que tenía».
Sevilla sostiene en la misiva que después de intentar que Cuín pidiera perdón y se reincorporara, ella mandó una carta el 3 de junio solicitando su baja «y automáticamente mando yo otra poniendo mi cargo de coordinador –en Torremolinos– y mi acta de concejal a disposición de la Ejecutiva».
MUESTRA SU APOYO A CUÍN
«Hemos sido traicionados y queremos recuperar ese acta –en referencia a la de Lucía Cuín– que es de los casi 200 afiliados que hemos trabajado», subraya, al tiempo que admite que todos han «cometido errores».
Con la carta, fechada el pasado 9 de junio, Antonio Sevilla quiere aclarar temas relacionados con el partido en el municipio y critica la situación interna de la formación en la localidad, mostrándose «cansado» de las «guerras internas y conspiraciones».
«Estamos aquí todos simplemente porque nos gusta, nos apasiona este partido y queremos lo mejor, nos gusta nuestro país y queremos defenderlo; pero este no es el camino; estáis cayendo en lo mismo que los demás partidos, en guerras internas inútiles por intereses personales y eso no es Vox», sostiene Sevilla.
También deja claro que pese a llevar únicamente siete u ocho meses en Vox, es en Torremolinos donde el partido «ha tenido el mejor resultados, el mayor número de votos de toda la provincia y ese mérito no es mío sino de los afiliados».
Tras incidir en los errores cometidos, indica que tienen «cuatro años para analizarlos, tomar medidas, depurar responsabilidades y crecer como políticos que aún ni lo somos. Los jefes ya nos dirán las medidas que tomarán pero mientras no nos matemos unos a otros».
Por último, pide que se dejen a un lado los «egos e intereses personales, las luchas internas y empezad a trabajar cada uno en su parcela por Vox, por nuestros pueblos o ciudades y por nuestra España».