José Antonio Urruticoetxea Bengoetxea, alias ‘Josu Ternera’, ha sido detenido tras 17 años fugado en una operación en la que han participado la Guardia Civil y el Servicio de Inteligencia interior galo, según ha confirmado el Ministerio del Interior.
La detención se ha producido en las primeras horas de la mañana en la localidad de Sallanches, en los Alpes franceses. Llevaba prófugo de la Justicia desde 2002, año en la que protagonizó su última aparición pública, en Ginebra, donde participó junto a Arnaldo Otegi en una reunión con periodistas de la Asociación de Corresponsales Acreditados ante la ONU en la sede de las Naciones Unidas en la capital suiza.
En mayo de 2018 prestó su último servicio a la banda terrorista al participar en el vídeo en el que ETA certificó su desaparición
Con Josu Ternera cae el último líder simbólico que le quedaba a ETA una vez derrotada. Su vida transcurrió entre los cargos de representación pública y la clandestinidad, pero siempre al servicio de una organización en la que ejerció prácticamente todas las funciones, incluido la de negociador en los fallidos procesos de diálogo con el Gobierno.
Hace ahora un año, el 3 de mayo de 2018, Urruticoetxea prestó su último servicio a la banda terrorista al participar junto a Soledad Iparragirre, ‘Anboto’, en el vídeo en el que ETA certificó su desaparición. En concreto, insertaron sendos audios de estos dos veteranos terroristas.
«EL ESTADO DE DERECHO FUNCIONA»
El delegado del Gobierno en el País Vasco, Jesús Loza, se ha referido a la detención en Francia del histórico dirigente de ETA para asegurar que «el Estado de Derecho funciona y a los delincuentes se les detiene».
Urrutikoetxea ha sido detenido hoy, a primera hora de la mañana, en los Alpes franceses en una operación conjunta de la Dirección General de Seguridad Interior francesa (DGSI) y de la Guardia Civil. ‘Josu Ternera’ estaba prófugo de la Justicia desde el 14 de noviembre de 2002, mes en el que tendría que haber declarado como imputado por el atentado del cuartel de la Guardia Civil en Zaragoza en 1987.
Tras conocer la detención, Loza ha señalado que «el Estado de Derecho sigue funcionando con absoluta normalidad y a los delincuentes se les detiene cuando se puede».