sábado, 23 noviembre 2024

De Jesús Gil al Pequeño Nicolás: la política freak en la España moderna

  • El 'Pequeño Nicolás' se presenta a las europeas con un partido generacional, Influencia Joven.
  • La deriva freak de este personaje ha contribuido a emborronar los escándalos que le persiguen.
  • Jesús Gil, José María Ruiz-Mateos o Mario Conde también participaron en política.
  • Francisco Nicolás Gómez Iglesias, el Pequeño Nicolás, no es ningún friki que se hacía fotos con los famosetes: era un personaje cercano al poder cuya deriva televisiva desdibujó su polémico pasado y lo convirtió en un famosete ‘inofensivo’.

    Su nuevo proyecto, tras participar en ‘Gran Hermano VIP’, donde llamó «tonto» a Mariano Rajoy y «sucia» a doña Letizia, se llama Influencia Joven, partido generacional que se presenta a las europeas con Amor Romeira, otra ex de ‘GH’, en el puesto 27 de las listas.

    «Me leí el manifiesto del partido y acepté porque es un partido sin ideología, que lucha contra la pobreza y que quiere educar en la diversidad sexual», afirmó el nuevo fichaje del Pequeño Nicolás, que encabezará esta curiosa plancha electoral.

    ASÍ ES INFLUENCIA JOVEN: LA NUEVA AVENTURA DEL PEQUEÑO NICOLÁS

    «La idea es mía, original, porque me di cuenta de que se hablaba mucho del Ministerio de Igualdad pero no había Ministerio de Juventud, cuando nosotros no somos el mañana, sino el presente». Con estas palabras Francisco Nicolás resume en Vanity Fair los objetivos de su partido.

    Influencia Joven también pretende que los jóvenes tengan un IRPF reducido, que se cree un Ministerio de Emprendimiento y que se impartan clases de nutrición en los colegios e institutos. No parecen objetivos demasiado ambiciosos, ni tampoco demasiado relacionados con el Parlamento europeo.

    EL MANIFIESTO

    Influencia Joven explica en su manifiesto fundacional que los jóvenes tienen «una desventaja. Contamos con ciertos handicaps que han hecho de la llamada generación millennial una de las más vulnerables de los últimos siglos. No obstante, no estamos aquí para autocompadecernos. Estamos aquí para presentar un proyecto ilusionante, del que todo el mundo quiera ser partícipe. Como la generación más formada, como la generación más preparada, tenemos ese deber. Tenemos la responsabilidad de hacer que la juventud despierte y reclame lo que le pertenece».

    El partido del Pequeño Nicolás quiere luchar contra una «juventud conformista y empobrecida que muy difícilmente podrá heredar y gestionar un país próspero. Pese a todo ello, hay una buena noticia. No es demasiado tarde y aún estamos a tiempo de revertir esta situación». Aseguran que no tienen «ideología, sino ideas, que son las que deben guiar la acción a tomar para que ese cambio sea una realidad y no meras palabras vacuas, a las que estamos tan acostumbrados».

    Aseguran que «crear una sociedad emprendedora es fundamental. Hacer que los jóvenes sean conscientes del enorme impacto que pueden causar es vital. Es así como se crea empleo y cómo podemos llegar a crear una de las regiones más prósperas de Europa y del mundo.

    Y sigue la colección de propuestas inconcretas: «Hay que situar el emprendimiento en primer plano y luchar por que todos los agentes que intervienen en el proceso se sienten a la mesa y aborden el problema como personas adultas y dejando a un lado egoísmos e intereses particulares. Los grandes acuerdos benefician a todos«.

    «Vamos a trabajar por reducir costes ineficientes en las Administraciones Públicas. Para ello, se debe avanzar hacia la progresiva digitalización del Estado y eso deben hacerlo los mejores profesionales. Deben eliminarse trabas burocráticas y caminar hacia una simplificación administrativa, que vuelve a pasar ineludiblemente por una digitalización accesible y sencilla al usuario», aseguran.

    Pequeño Nicolás
    El Pequeño Nicolás se presenta a las europeas.

    Y añaden: «En este afán regenerador, Influencia Joven no nace como partido tradicional, ni se encuadra dentro del manido eje ideológico, sino que puede calificarse como movimiento apolítico integrado por jóvenes de diversos ámbitos que quieren un país y un continente mejores. Gente de sentido común que establece la transparencia como una de sus máximas intrínsecas, tanto de la organización como de sus integrantes.

    «Somos la generación tecnológica, somos la generación consciente, somos la generación que se preocupa por el mundo, somos la generación que se preocupa por el desarrollo sostenible, somos la generación que lucha contra el cambio climático. Y seremos la generación que empodere a la juventud y los haga partícipes de primer nivel. Solo la unión determinará el éxito de este proyecto», rematan.

    OTRAS AVENTURAS POLÍTICAS DIGNAS DE NOVELA

    Felipe González realizó una exhibición de fuerza tras lograr 202 escaños en 1982 y expropió Rumasa, colmena empresarial tan nefasta como la subasta gubernamental que le acompañó. José María Ruiz-Mateos se disfrazó de Superman, le pegó una «leche» a Boyer, fue mimado por los medios de comunicación, se presentó como una víctima y en 1987 se presentó a las europeas, logrando 116.000 votos insuficientes para obtener escaño.

    Pero el empresario jerezano se levantó y en 1989 consiguió dos escaños en las europeas tras superar los 600.000 votos. En las generales del mismo año apenas logró 219.000, insuficientes para irrumpir en el Congreso, y en 1994 cerró el chiringuito tras quedarse sin representación.

    Mas poder tuvo el Grupo Independiente Liberal de Jesús Gil, que conquistó la alcaldía de Marbella en 1991 y extendió su poder por la Costa del Sol con un populismo similar al de Silvio Berlusconi en Italia. En 2003 este partido fue cerrado por derribo y en 2005 el Ministerio de Hacienda explicó que la mitad de la deuda de los ayuntamientos con el fisco estaba relacionada con consistorios relacionados con el GIL.

    Mario Conde nunca logró el éxito de Ruiz-Mateos y Gil. El banquero logró apenas 23.000 votos en las generales del 2000 con el CDS tras ser encarcelado y en 2012 lanzó la Sociedad Civil Democrática, que no logró escaño en el Parlamento gallego después de sumar 15.900 papeletas. Ahora le toca el turno al Pequeño Nicolás.