domingo, 24 noviembre 2024

Mandos policiales: «Los marroquíes y franceses estuvieron detrás del 11-M»

  • Villarejo grabó en 2009 una comida con la cúpula policial de Rubalcaba en la que se habló de los atentados.
  • El comisario hoy en prisión atribuyó la autoría intelectual a los servicios secretos galos y marroquíes.
  • "Estaban detrás", le admitió Juan Antonio González, máximo responsable de los operativos de la Policía Judicial.
  • La posibilidad de que los servicios secretos de Francia y Marruecos estuvieran detrás de los atentados terroristas del 11-M, de los que hoy se cumplen 15 años, fue analizada en diciembre de 2009 por altos mandos policiales del Ministerio del Interior que dirigía Alfredo Pérez Rubalcaba en aquella época, según un audio al que ha tenido acceso MONCLOA.COM.

    La reunión se produjo en el restaurante madrileño Rianxo, el mismo sitio en el que comisarios de Policía se encontraron por casualidad con Luis Bárcenas en junio de ese año, o donde también quedaron a comer con Baltasar Garzón y Dolores Delgado, por aquel entonces fiscal de la Audiencia Nacional, en la famosa comida de octubre de ese 2009.

    En esta ocasión, los comensales fueron Juan Antonio González, comisario general de la Policía Judicial; José Luis Olivera, que dirigía la Unidad de Delincuencia Económica (UDEF); Eloy Quirós, máximo responsable de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) y que en la actualidad ocupa el puesto de González; y José Manuel Villarejo, adjunto a la Dirección Adjunta Operativa (DAO) de la Policía y que fue la persona que grabó la conversación sin que sus compañeros de mantel lo supieran.

    mandos policiales 11M
    De izquierda a derecha, los comisarios Juan Antonio González, José Luis Olivera, Eloy Quirós y José Manuel Villarejo.

    A finales de 2009 ya se conocían las sentencias sobre el 11-M de la Audiencia Nacional (de octubre de 2007) y la posterior del Tribunal Supremo (de julio de 2008). Tras recordar algunos pasajes de la captura de Laureano Oubiña en Grecia, un hecho acaecido en el año 2000 en el que participaron Olivera y Villarejo, y repasar varias operaciones en el mundo árabe, es González -conocido como JAG en la jerga policial- quien saca a colación las teorías de la conspiración sobre los atentados del 11-M que siguen presentes en una parte de la ciudadanía.

    Tanto González como Villarejo coinciden en que lo que van a hablar «no se puede decir fuera de aquí». Olivera lamenta que en «los tres primeros días se trabajó muy deprisa», mientras que Villarejo admite que «objetivamente, la historia no va a juzgar bien este servicio«. Quirós, por su parte, apenas tercia en el debate.

    González reconoce de inicio que sus compañeros policiales hicieron una «investigación de puta madre», pero critica que aquel 11-M eran «la tira» para descubrir quién estaba detrás del mayor atentado en la historia de Europa y, al final, hubo «errores» que han alimentado las sospechas. «Hay muchos flecos», subraya Villarejo, quien califica «de bulto» los  errores a los que se refería su entonces superior jerárquico. 

     

    Juan Antonio González: Hicieron una investigación de puta madre. Yo soy el primero que lo admiro, lo he defendido y me ha parecido que han hecho un trabajo de la hostia. Aquí no se trata como antes de pegarle una paliza a un ‘choro’ y coger al autor del secuestro o del atraco. Tienes que estar todo…

    Villarejo: Así es

    JAG: Mire usted, este es este porque llamó por teléfono. Macho, fíjate la que están liando con el 11-M. Si no hubieran aquel día… eran la tira, se hubieran salvado todas estas cosas.

    Villarejo: Hay muchos flecos, eh.

    JAG: Pues tú lo ves en lo de UDYCO (se dirige a Eloy Quirós, que entonces era comisario de esta unidad). Están intentando, bueno, dar despistes.

    Quirós: Podrás decir que somos la Policía de Rubalcaba, que hemos hecho, pero la esencia…

    Villarejo: La esencia del tema es impecable. Es impecable.

    JAG: Es que ahí había errores…

    Villarejo: ¡De bulto!

    JAG: …de que las personas que han estado ahí, porque yo no sé quién es el culpable, pero aquí hay que controlar las cosas, yo no quiero vivir con la (xxx), yo creo eh.

    Olivera: Totalmente

    Villarejo: Totalmente.

    Olivera: Yo también.

    Villarejo: Absolutamente de acuerdo.

    Olivera: Yo también estoy de acuerdo. Yo te estoy hablando desde el principio. Desde el principio que está localizado quiénes son los malos.

    A continuación, tanto Olivera como Villarejo se centran en la mochila de Vallecas que no explotó y que, en opinión del segundo, es una pista que dejaron «ad hoc» para atrapar «a los malos» ya que tenía los cables «alterados» y la mochila no podía explotar.

    Es decir, el hecho de que la bomba no explotase en la fatídica mañana del 11-M no se debió a un fallo logístico de los terroristas, en opinión de ambos comisarios, sino que alguien la anuló a propósito para dejar esa pista.

     

    Villarejo: Pero perdona, ¿por qué se localizan a los malos? Por el tema de Vallecas.

    Olivera: ¿Por qué salen los malos? Porque son la primera tarjeta de la mochila que no explota.

    Villarejo: Es la mochila que de pronto aparece.

    Olivera: Llaman al Gordo (el comisario Enrique García Castaño), ‘El Gordo’ llama al ‘Río’ (xxx). El ‘Río’ le dice (xxx) porque es la mina.

    Villarejo: Perdóname, perdona. Mochila que nunca podía haber explosionado porque estaban los cables alterados.

    Oli: Verdad.

    Villarejo: Un momento, un momento. Es que… es que esos temas son…no se puede obviar.

    Quirós: También es que (xxx) igual es que no sabíamos…

    Villarejo: Nada, no sabíamos nada. Entonces eso es una pista que te la dejan ad hoc. Preparada. ¡Qué casualidad, que todas explotan menos una, que cogen y la anulan! 

    González les da la razón, lo que permite a Villarejo exponer su «criterio» de que fueron los servicios secretos marroquíes, «con apoyo de los franceses», los que estuvieron detrás del acto terrorista. Lejos de desmentirle en ese momento, González apoya a píes juntillas el argumentario de su subordinado: «Estaban detrás», afirma JAG de forma tajante.

     

    JAG: Claro, si tú coges a dos chorizos que andan por ahí, pero es que esto lo van a mirar todo el mundo que hay ahí.

    Villarejo: Juan Antonio, yo, mi criterio…

    JAG: Quedas ahí un poco..

    Villarejo: Yo, mi criterio y yo he estado en Siria, he estado en el Líbano, y he estado  recogiendo de una cabina de teléfonos llamadas que se hicieron durante el 11-M, que luego después las han tenido aquí y que antes, precisamente antes, fueron los servicios secretos franceses a cortar parte de esas llamadas. Ojo, entonces, yo, mi criterio, después de todo eso, es que fueron los marroquíes, con apoyo de los franceses, sin lugar a dudas.

    Olivera: Vamos…

    Villarejo: No tengo, ninguna, vamos.

    JAG: Estaban detrás.

    Es en ese momento cuando Villarejo relata a sus conmilitones el viaje que hizo a territorio libanés bajo control de Hizbolá en busca de un listado de llamadas que se hizo el día de los atentados desde una cabina telefónica.

    La sorpresa del agente encubierto fue enterarse que los franceses se le habían adelantado y habían obligado a mutilar la lista de llamadas, un hecho que trasladó al comisario Telesforo Rubio, el primer jefe de la Comisaría General de Información en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, aunque con poco éxito, a tenor del comentario despectivo que Villarejo lanza contra él.

     

    Villarejo: Pero sin ninguna duda. O sea, yo no tengo ni una puta duda de que los servicios secretos marroquíes estuvieron hasta el culo y que los franceses le dieron el apoyo logístico. ¿Por qué? Porque estábamos ya en una línea de puta madre, al margen de que la izquierda o la derecha íbamos. Los franceses, hasta el culo, hasta el culo. Ya te digo, los sirios, o sea yo voy al Líbano, a mí me pide el ‘Gordo’, me pide entonces el ‘tontopollas’ del Teleférico (Telesforo Rubio) le pide un teléfono, que yo había , había estado en la zona de Hizbolá, de una zona de Hizbolá del Líbano. Una cabina de teléfono. Les digo, ¿qué queréis? El listado de las llamadas. Yo cojo, y le consigo el listado de las llamadas, pero hablo con el general, que es amiguete y me dice: ‘Han venido los franceses y han cogido con las tijeras y han dicho, esto no se los des, esto se lo das, esto se lo das’. ¡Los franceses! Y yo se lo dije al tonto de Teleférico, que es tonto, y que, por tanto, no entendió la importancia del tema.

    La última parte de la conversación gira en torno al trabajo que hizo Telesforo Rubio, quien sale malparado incluso en los comentarios de González. Tras ello, los mandos policiales cambiaron de tercio y la grabación concluye unos minutos más tarde.

     

    Olivera: Le vino el Mohammed ¿me lo das o no?

    JAG: Eso también, eso también, ¡qué pena me da!

    Villarejo: Por eso yo estoy contigo, absolutamente en el 99 por ciento de las cosas.

    JAG: Primero, porque aquí, para dirigir, mandar, hacer las cosas, primero hay que tener un poquito de calma.

    Villarejo: Un poquito de capacidad, que no creas que hay muchos genios.

    JAG: Y el Telesforo ese, yo creo que no es una persona

    Villarejo: No, en absoluto

    JAG: …que conozca el funcionamiento, cómo hay que hacer esto, cómo hay que dar (xxxx) para separar el trigo de la paja, para que no se haga nada mal.

    Villarejo: De todo esto, lo que queda, es que el único que ha pisado calle y el único que es madero has sido tú, coño (dirigiéndose a JAG). Y objetivamente, no es una cuestión de ser amigo o no ser amigo, es que eso te lo tienen que reconocer hasta tus mayores enemigos, objetivamente.