La ministra de Justicia, Dolores Delgado, en una ofensiva en varios medios de comunicación, ha intentado evitar responder sobre las opiniones reflejadas en el almuerzo con su amigo el comisario José Manuel Villarejo recurriendo a dos clásicos: ensuciar al mensajero y acogerse a medias verdades. Sin embargo, sigue sin aclarar sus almuerzos privados con el abogado de los policías presuntamente responsables de la vergonzosa ‘Operación Kitchen’.
Delgado sostiene que “las cintas están manipuladas”, una afirmación insostenible, dado que el material fue verificado por un especialista para MONCLOA.COM y además lleva cinco meses depositado en la Audiencia Nacional y la Fiscalía, que no han manifestado duda alguna al respecto.
MONCLOA.COM ha evitado hasta ahora publicar la integridad del audio de aquel almuerzo entre Villarejo y sus amigos para respetar la vida íntima de algunos de sus protagonistas. Singularmente, la que afecta a la más íntima privacidad de la ministra Delgado y sus hijos, así como la de su amigo el abogado Baltasar Garzón, con la que este diario ha sido hasta ahora escrupulosamente respetuoso.
En realidad la ministra, que tras negar golpeando una mesa con los puños en primera instancia sus palabras en esa comida de amigos, tuvo que emitir un comunicado oficial reconociendo a los pocos minutos que sí llamó a Marlaska «maricón”.
La hoy ministra pedía permiso a Baltasar Garzón para contar algo que llevaba horas intentado decir a sus amigos policías. El diálogo fue textualmente este:
–Delgado: ¿Puedo contar lo de este?
–Garzón: Sí
–Delgado: Un maricón.
–Villarejo: ¿Quién es maricón?
–Delgado: Marlaska.
Ahora sobre la noticia de su amistad y sus comentarios impropios e indignos de un funcionario público, añade otro oprobio: a su juicio, “tuvo un tratamiento machista”. Conforme a su estructura de expresión verbal, basada en la repetición de tres en tres, declara que el tratamiento de la noticia fue «bastante machista, muy machista, exageradamente machista».
Esto llega tras lo de “derecha, extrema derecha y extrema-extrema derecha”, o su desliz de subconsciente al llamar a Casado, Rivera y Abascal, la “derecha trifálica”. Ahora reconoce que quiso decir “tricéfala”. Todo de tres en tres.
La idea del machismo ya la apuntó la hija de su amigo Baltasar Garzón, María Garzón, en los días de la ofensiva conjunta del Gobierno y la SER contra este diario por desvelar la verdadera naturaleza de la amistad entre tres elementos claves: Garzón, Delgado y Villarejo. María Garzón dijo en la SER, mientras su padre pedía que los policías se hicieran cargo de las informaciones de MONCLOA.COM, que “todo tiene un tufo machista”.
Delgado dijo en aquel almuerzo para celebrar la medalla de su amigo Villarejo –pagado por el comisario– que prefería “tribunales de hombres”, que una agencia de prostitutas para sacar “información vía vaginal” a políticos y empresarios sería “éxito seguro”, entre otros detalles sobre sus gustos sobre el género masculino y confidencias sobre la orientación sexual de su compañero de carrera judicial y gabinete, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.
TOLERANCIA CON LA EXPLOTACIÓN SEXUAL DE MENORES
La ministra acaba de enviar una severa misiva a la Conferencia Episcopal Española reclamando toda la información sobre posibles casos de abusos sexuales a menores. Sin embargo, en aquel almuerzo reveló mucha menos diligencia a la hora de actuar de oficio (como es su obligación como funcionaria pública y más aún, fiscal) cuando relató cómo vio a compañeros de la carrera judicial con menores de edad en actitudes sexuales en un viaje a Cartagena de Indias (Colombia).
Sin embargo, Dolores Delgado no aclara por qué se ve reiteradamente con el abogado Baltasar Garzón en encuentros en restaurantes, algunos menos privados y otros más íntimos. Garzón es el letrado de buena parte de lo que se ha identificado como la camarilla policial de Villarejo. En sus manos está la defensa del compañero de actividades del policía en prisión, el comisario Enrique García Castaño, ‘el Gordo’; el comisario que también fue detenido e implicado en la ‘Operación Tándem’, Carlos Salamanca, y del ex director Operativo de la policía con el PP, Eugenio Pino.
Tanto García Castaño como Pino están siendo implicados en el espionaje a Luis Bárcenas presuntamente financiado con fondos reservados. La ‘Operación Kitchen’. Ambos están pendientes de calificación por la fiscalía. Mientras, su abogado, mantiene encuentros con mesa, mantel y cuchillo, con la jefa de la Fiscalía, la ministra de Justicia Dolores Delgado.
UN HUECO EN LAS LISTAS
Fuentes del palacio de La Moncloa reconocen que la aún ministra de Justicia ha pedido a Pedro Sánchez hueco en las listas del PSOE. Aunque los márgenes de electos, a decir de las encuestas van a estar muy justos y los puestos de salida van a estar contados, parece que Sánchez está por la labor de acoger en el Grupo parlamentario socialista a todos los ministros que no eran profesionales de la política y están dispuestos a incorporarse el 28-A a las filas del PSOE.
Lo que fuentes jurídicas señalan MONCLOA.COM es el difícil viaje de vuelta de Dolores Delgado a su carrera de fiscal. No solo la ministra ha sido ofensiva a hiriente con todos los grupos de la oposición, sino que tampoco ha mostrado contención verbal hablando de muchos otros asuntos.
Su manifiesta amistad con Garzón, que tiene numerosos intereses mercantiles asociados a su despacho-empresa, tampoco ayudan a pensar en una fiscal imparcial. Además, su severa y autoritaria gestión de personal ha motivado huelgas de jueces y fiscales, poco satisfechos con su manera de abordar los problemas laborales de quienes fueron sus compañeros.
Dolores Delgado tiene 56 años, si logra ser elegida y estar una legislatura en el Congreso regresará a la Justicia con 60 años. Aún le quedarán largos periodos judiciales en los que tendrá que abstenerse de numerosas cuestiones.