Inés Arrimadas se enfrenta ante su gran reto al frente de Ciudadanos en Catalunya. La portavoz naranja es consciente de que su poderío a nivel autonómico, primera fuerza en el Parlament, contrasta con su debilidad municipal, donde fue séptima fuerza en 2015.
La secretaria de Formación y portavoz de Ciudadanos pretende aprovechar el calendario político que se avecina para aprobar con nota el 26-M. El próximo domingo su partido, el PP y Vox han llamado a movilizarse en Madrid contra la decisión de Pedro Sánchez de aceptar a un mediador en su negociación con la Generalitat.
El juicio del procés también podría insuflar fuerzas a sus filas, aunque la presencia de Javier Ortega Smith como abogado de la acusación popular contra los líderes del independentismo encarcelados podría complicar ciertas previsiones.
CIUDADANOS, SÉPTIMA FUERZA MUNICIPAL EN 2015
Es paradójico que Ciudadanos fuese la primera fuerza en las elecciones autonómicas del 26-D en 2017 y en las municipales del 24-M de 2015 tuviese a seis partidos por delante. CiU logró 3.324 concejales; ERC, 2.381; PSC, 1.278; CUP, 372; Podemos e ICV, 358; PP, 215 y Ciudadanos, 176.
El partido liderado por Arrimadas no gobierna ni uno solo de los 947 ayuntamientos catalanes. CiU lo hace en 429, ERC en 259, el PSC en 122, Podemos e ICV 24, las CUP 16 y el Partido Popular logró 2.
Ciudadanos en sus catorce años de vida solo ha logrado una mayoría durante una sola legislatura. Fue en la localidad ilerdense de Gimenells i el Pla de la Font, de poco más de un millar de habitantes. El edil naranja José Manuel Pardos logró la vara de mando en 2007 tras haber abandonado el PP, formación con la que anteriormente había sido alcalde desde 1995.
EL RETO DE ARRIMADAS
Ciudadanos ha escogido a Manuel Valls para levantar sus números en Barcelona a través de una plataforma supuestamente transversal. El partido naranja fue tercera fuerza en la capital con apenas el 11% de los votos en 2015 y en las autonómicas, a finales de 2017, ganaron en la Ciudad Condal con casi el 24% del voto.
Esta subida no solo se le puede atribuir al evidente crecimiento del partido de Arrimadas. Porque los catalanes, como en otras muchas comunidades autónomas, votan en cada urna de manera diversa. Podemos es un ejemplo.
Ada Colau fue primera fuerza con el apoyo de los morados con más del 25% del voto y Catalunya en Comú no llegó al 10% en Barcelona a finales de 2017. Es evidente que Barcelona en Comú aspira a superar con facilidad las dos cifras del voto.
Esta disparidad también la han vivido durante años los socialistas, que ganaban con Pascual Maragall en Barcelona y con Felipe González en las generales mientras que en las autonómicas la hegemonía de CiU se prolongaba durante veintitrés años.
UN DISCURSO DESIGUAL
Rivera y Arrimadas defienden con vehemencia el unionismo. Los concejales de Ciudadanos también lo hacen. Pero el ascenso de Vox ha mostrado las grietas en la formación naranja.
Juan Marín ha firmado un pacto en Andalucía que es apoyado desde fuera por el partido de Abascal mientras Valls afirma que son «ultraderecha y nacionalpopulismo». Y el grupo municipal de Cs en Barcelona votó a favor de hacer un cordón sanitario contra Vox.
Valls dice que «las leyes en España no criminalizan a los hombres». Rivera opina lo mismo… ahora. Porque hace tres años pedía una Ley contra la violencia familiar. Si están en comunión a la hora de cargar contra las 21 puntos que exige Torra para negociar con el Gobierno central.
Inés Arrimadas denuncia que no haya una sola exigencia en materias sociales, cuando en realidad Ciudadanos tampoco ha destacado a nivel estatal por enarbolar demasiado la defensa de los que más sufren la crisis.
La portavoz de Ciudadanos en el Parlament se ha mostrado contraria a las pretensiones de Torra: «Es una vergüenza para usted y para el señor Sánchez. Es indignante que le presente un documento que humilla a más de la mitad de los catalanes y en el que no se habla de sanidad, financiación, corredor mediterráneo, dependencia ni sobre ninguno de los problemas que afectan a los catalanes».
La jefa de la oposición afirma que los puntos «son un recopilatorio de su odio hacia los españoles. En esos 21 puntos, dónde estamos los catalanes no independentistas. Cada día que usted pasa en la presidencia es un día perdido. Haga política y no espectáculo».
EL RESTO DE FORMACIONES ANTE EL 26-M
El PDeCAT, heredero de CiU, y la Crida de Puigdemont están pendientes de un acuerdo de cara al 26-M. En el PP el empresario Josep Bou sustituye a Alberto Fernández Díaz como cabeza de lista para las elecciones municipales de Barcelona.
Miquel Iceta (PSC) intentará mantener L’Hospitalet de Llobregat, Tarragona y Lleida, mientras que Jaume Collboni repetirá en Barcelona. Ada Colau es la gran esperanza de Podemos y sus confluencias y Ernest Maragall intentará robarle la silla para ERC. Por último, Vox, deberá deshojar la margarita e Ignacio Garriga es el favorito para liderar al partido en la Ciudad Condal.