El Museo del Prado ha conseguido localizar desde 2017 ocho obras de su inventario que se encontraban perdidas por diferentes ministerios. Estas obras forman parte de los fondos de la pinacoteca que se encontraban en depósito en diferentes edificios oficiales desde hace décadas y a las que se les perdió la pista.
Una fiscalización del Tribunal de Cuentas sacó a la luz en 2009 que no se conocía dónde habían ido a parar 926 obras que constaban en su inventario. Algunas de ellas se perdieron por diferentes avatares históricos, pero otras han llegado a aflorar en subastas privadas.
Una parte importante de las obras que no se consigue localizar son las depositadas en otras instituciones, desde ministerios a diputaciones provinciales. Las obras del Museo que han sido depositadas fuera de este es lo que se denomina como «El Prado disperso». De ellas, se encontraban perdidas en el año 2009 un total de 495.
A lo largo de los últimos años se ha producido un lento goteo de localización de obras del inventario del Museo del Prado. Diez años después de que la Fiscalía del Tribunal de Cuentas destapara que en el inventario había 926 obras sin localizar, se han encontrado en total 27 obras.
Las más recientes, las localizadas desde 2017, son una serie de pinturas que se encontraban en diferentes ministerios y en la embajada de España en Argentina, según la información obtenida a través del Portal de Transparencia del Gobierno.
Es lo que pasó, por ejemplo, con la pintura «El balcón» de José Martí Garcés de Marcilla. La obra fue depositada en 1929 en el entonces Ministerio de Economía Nacional. En enero de 2017, el conservador del Ministerio de Agricultura revisaba el catálogo de pintura del siglo XIX y comunicó al Museo del Prado que lo había localizado.
EL INVENTARIO DEL MUSEO DEL PRADO
Aún hoy existe un trasiego de obras de arte, al menos en los ministerios, sin control del inventario al que pertenecen. Eso ocurrió con el lienzo «Los afligidos» del pintor Emilio Poy Dalmau. Según la información facilitada por el Museo del Prado, la pintura se encontraba en unos almacenes del edificio de Nuevos Ministerios, en Madrid, que se están revisando y catalogando.
En esos trabajos la obra se trasladó al Ministerio de Agricultura, ya que no tenían constancia de que perteneciera al Museo del Prado. Fue de nuevo el conservador de este departamento quien descubrió su origen y lo puso en conocimiento de la pinacoteca.
Otros dos lienzos, esta vez de retratos, fueron localizados en el Ministerio de Agricultura y se han quedado en este departamento (como los anteriores) una vez regularizada su situación. Se trata de «Manuel Orivio Echagüe, marqués de Orovio, ministro de Fomento» y «Cristóbal Martín de Herrera, ministro de Fomento» del pintor Ricardo Navarrete y Fos.
Un «Retrato de Alfonso XII» de Francisco Sans Cabot, se ha localizado en una revisión en el actual Ministerio de Fomento. El departamento de conservación de pintura del siglo XIX del Museo del Prado también ha encontrado el lienzo «Alfonso XII» del pintor Manuel Domínguez Sánchez, que ha quedado depositado en el Palacio Fernán Núñez del Consejo Superior de Ferrocarriles Españoles, del Ministerio de Fomento.
Por último, el lienzo «Deshielo» de Juan Espina y Capo ha aparecido en una revisión de sus inventarios realizada por el Ministerio de Asuntos Exteriores. En este trabajo, apareció una obra procedente de la embajada de España en Buenos Aires en 2011 que resultó ser una de las obras del Museo del Prado que se depositaron en diferentes edificios oficiales a lo largo de los años. La obra se ha quedado en este Ministerio.
Una de ellas tiene un final llamativo, ya que los expertos pudieron reconocer que 21 lienzos que se encontraban en el Museo de Cerralbo de Madrid eran en realidad parte de un solo cuadro, el “Desembarco de SS.MM. en el Puerto de Santa María en 1º de octubre de 1823” de José Aparicio e Inglada.
La obra había sido depositada en el Tribunal Supremo a finales del siglo XIX. Algunas de las obras que se encontraban en este edificio desaparecieron en el incendio que se produjo en 1915. Sin embargo, no todas se quemaron, ya que algunas se han podido recuperar.
La del desembarco del rey Fernando VII en el Puerto de Santa María fue troceada en 21 fragmentos que el marqués de Cerralbo compró en el Rastro de Madrid en 1927. Los principales personajes del cuadro fueron recortados y aparecen como retratos individuales. Tras un periplo por diferentes propiedades del marqués, los lienzos se encuentran ya localizados en el Museo Cerralbo de Madrid.
EN COLECCIONES PRIVADAS
Entre la fecha en que salta la alarma en el Tribunal de Cuentas y 2015 se recuperaron 18 obras de arte. Entre ellas se encontraba el retrato de la reina María Cristina de Borbón, realizado por el pintor de cámara de Fernando VII, Luis de la Cruz y Ríos. Esta obra apareció en una colección privada, tras haber sido comprada en 1967 a un ente público, la Delegación Nacional de Auxilio Social.
Los expertos también localizaron en el circuito comercial el cuadro del pintor Carlos de Haes titulado “Sendero (Puerto de Pajares)”. Algunas de las obras perdidas fueron cambiando de destino dentro de edificios oficiales hasta que se perdió su pista en sus inventarios.
Al igual que ha ocurrido ahora con el cuadro que se encontraba en la embajada de España en Argentina, hace unos años se pudo recuperar una pintura que había sido depositada en la embajada de Lisboa y que, en teoría, se habían perdido en un incendio ocurrido en 1975. Esta apareció finalmente en el Ministerio de Exteriores.
Muchas de las obras que están inscritas en los inventarios y que no se pueden localizar puede que nunca estuvieran en poder del Museo del Prado. Este se alimentó de los fondos de varios museos históricos, y los expertos creen que los inventarios de estos no eran fiables. A esto hay que sumar guerras y otros avatares. Aún así, los trabajos de revisión y el rastreo de la Policía hicieron posible que se localizaran otras 18 obras perdidas entre los años 2001 a 2006. Algunas de ellas iban a ser subastadas.