El 9 de enero, un trabajo conjunto de investigación de MONCLOA.COM y El Confidencial desvelaban que, en noviembre de 2004, cuando la constructora Sacyr intentó hacerse con el control del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), la entidad financiera dirigida por Francisco González contrató al polémico comisario José Manuel Villarejo para que este realizara trabajos de espionaje.
Nació así el ‘Proyecto TRAMPA’ cuyo principal cometido fue encontrar “aspectos negativos” de una serie de personas, a las que el comisario colocó en el llamado “grupo hostil (GH)” y que formaban el núcleo de la operación de Sacyr para hacerse con el control del BBVA. O como dejó por escrito Villarejo: “Se trataba de conocer actividades de GH relacionadas con TRAMPA y de manera FUNDAMENTAL influir en sus decisiones para boicotear sus proyectos”.
Villarejo centró sus primeras investigaciones en Luis del Rivero, presidente de la constructora; Miguel Sebastián, por aquel entonces jefe de la Oficina Económica en el Palacio de la Moncloa a las órdenes de José Luis Rodríguez Zapatero y que antes había pasado por el BBVA; y Juan Abelló, vicepresidente de la empresa de infraestructuras y que también ocupaba un puesto de consejero en el BSCH -hoy Banco Santander-, un hecho de vital importancia para el BBVA porque se creía que detrás de la operación se encontraba Emilio Botín. Pero el espionaje masivo abarcó muchos otros aspectos.
VILLAREJO EXIGIÓ 750.000 EUROS AL BBVA
El comisario contrató con el banco de González, a través de una filial de su empresa de detectives Cenyt, y propuso cobrar parte de su trabajo a través de sociedades ficticias o en el exterior.
La primera cifra que planteó Villarejo, 2 de diciembre de 2004, fue de 750.000 euros. Pero ese mismo día redactó un nuevo borrador rebajando los emolumentos a 510.000 euros. Un mes después, el 3 de enero de 2005, disminuyó su caché a 360.000 euros y admitía que le pagaran mensualmente, a razón de 30.000 euros. El contrato era prorrogable anualmente, salvo denuncia expresa, lo que debía reportarle otros 360.000 euros al año siguiente.
Eso le situaría nuevamente cerca del reto ambicionado inicialmente -720.000 euros-, aunque MONCLOA.COM desconoce si finalmente se prorrogó dicho acuerdo. Al finalizar el encargo del BBVA, el comisario reclamó cobrar 120.000 euros adicionales, lo que significa que en el menor de los casos Villarejo planteó al BBVA cobrar 470.000 euros por un trabajo que debía durar como máximo un año.
MONCLOA.COM recopiló los documentos más interesantes de la operación Trampa y los puso a disposición de sus lectores.
VILLAREJO ESPIÓ 15.000 LLAMADAS PARA BBVA
El BBVA fue informado por el comisario José Manuel Villarejo del contenido de pinchazos telefónicos, el tráfico de casi 15.000 llamadas, seguimientos personales y espionaje de la vida íntima de miembros del Gobierno de Zapatero, empresarios, financieros y periodistas. El comisario realizó este trabajo de inteligencia con el objetivo de desestabilizar la operación de Sacyr de hacerse con las riendas de BBVA. Para ello no reparó en utilizar todos los medios para espiar a las personas pertenecientes al que denominaron como “grupo hostil”.
Los trabajos clandestinos de información consiguieron detalles precisos sobre las intenciones de las personas que pilotaban la operación, pero no solo eso. También buscaron “aspectos personales censurables” o proyectos políticos oscuros, como los califica uno de los informes elaborados.
Así, por ejemplo, escudriñaron la vida privada, relaciones sentimentales, costumbres sexuales, consumo de alcohol o drogas, problemas con Hacienda, sospechas sobre su patrimonio y cualquier incidente o irregularidad con los que conseguir que se retiraran de su empeño.
BBVA ACCEDIÓ A UNA LLAMADA DE LA MONCLOA
El comisario José Manuel Villarejo interceptó para el BBVA, el 18 de enero de 2005, una llamada telefónica realizada desde el Palacio de la Moncloa a un directivo del Banco Santander Central Hispano (BSCH), en la que fueron grabados de forma subrepticia la entonces vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, y el jefe de la Oficina Económica en Presidencia del Gobierno, Miguel Sebastián.
En las hojas de cálculo a las que tuvo acceso MONCLOA.COM había 65 llamadas en las que el origen o el destino estaba identificado como “Presidencia del Gobierno”, “Ministerio de la Presidencia” o “Moncloa”. Y en 60 de las 65 ocasiones aparecía el móvil corporativo que tenía Sebastián en aquel momento en Presidencia de Gobierno.
El documento con las transcripciones Villarejo se jactó de que “a pesar de las contramedidas” que había puesto el propio Sebastián para proteger sus comunicaciones telefónicas, el pinchazo de la llamada realizada desde un número fijo de La Moncloa había sido posible ya que ‘RUPER’ (Ignacio Rupérez Calvo, un alto directivo del BSCH que, en opinión de Villarejo, era el “enlace” entre el llamado ‘grupo hostil’ y la entidad financiera de Botín), tenía el “control afectado”.
Rupérez le confesó a Sebastián que “el Jefe -presuntamente Emilio Botín– tiene la cabeza en la Audiencia y además lo ve todo muy parado”, lo que confirmó que el Santander era renuente a entrar en la operación de Sacyr para echar de la presidencia del BBVA a Francisco González.
Sebastián lamentó que el Santander no se lanzara en apoyo de Sacyr –“No os veo muy activos”, subrayó el entonces gurú económico de Zapatero- y le pide a Rupérez un “esfuerzo” porque había que “tener un recambio si al final el financiero Juan Abelló no sigue en la operación para desbancar a González del BBVA”.
De la Vega se sumó a la conversación y transmitió a Rupérez tranquilidad respecto a la situación de Emilio Botín. Rupérez confirmó a la vicepresidenta del Gobierno que podían seguir contando con el BSCH en la operación de Sacyr para asaltar el BBVA. “No quiero más comunicados contra SV (Sacyr Vallehermoso) ni contra nadie… ahora hay que dar aspecto de unidad frente al PP”, subrayó la número dos del Gobierno.
“MI PRESI ME LLAMA CADA 10 o 15 DÍAS”
Una conversación entre Julio Corrochano y José Manuel Villarejo, grabada por este último de forma subrepticia, fue la prueba definitiva del espionaje realizado por ambos a manos de BBVA.
El jefe de seguridad de BBVA dijo que trabaja directamente para el presidente (FG), que su director era Ángel (Ángel Cano, consejero responsable de la Seguridad en el BBVA), que él preparaba la factura para Villarejo, y que compartía sus informes de espionaje con dichos cargos del BBVA.
Así se confirmaba que todos los informes que realiza Villarejo para el BBVA estaban ejecutados según las órdenes emitidas por ‘Tommy’, el alias de Corrochano en círculos policiales.
En esta grabación, Julio Corrochano desmintió el desconocimiento del presidente de honor del BBVA. FG no sólo estaba al corriente de los informes que realizaba Villarejo en contra sus enemigos, sino que le pedía menos información pública y más munición propia del espionaje que le estaba pagando tan generosamente. FG quería secretos de sus enemigos a cualquier precio, a tenor de su jefe de seguridad.
La prueba de que FG era el destinatario final del trabajo llegó cuando Corrochano urge a Villarejo para que le avanzara “bombas” contra los rivales del presidente y así él poder comunicárselas: “Sobre todo para cuando me llamen, porque me llama cada diez o quince días el presi. Para tener yo tres o cuatro historias preparadas, que vean que estamos…”, le dijo.
LA ‘MALETA’ DE 500.000 EUROS DE VILLAREJO
Villarejo adquirió un sofisticado equipo de intercepción de llamadas de teléfono para sus operaciones. En la documentación recogida, aparecen las gestiones para la compra de una herramienta, llamada ITC y que en la jerga se conoce como “la maleta”. Estos dispositivos son ilegales en España. Fuentes de los servicios secretos informaron a este diario que el precio en el mercado clandestino de este tipo de dispositivos ronda los 500.000 euros.
Esta información aparecía en una carpeta llamada “Gestiones”. Los documentos fechados sobre todo en enero de 2005, llevan la denominación común de “Big”. “Big” es como Villarejo llamaba al comisario Enrique García Castaño, alias ‘El Gordo’, jefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO) de la Policía, es decir, el jefe de la unidad que se encarga de dispositivos electrónicos de espionaje tales como balizas de seguimiento o interceptadores de llamadas.
La “maleta” o ITC es un dispositivo que se suele utilizar embarcado en un vehículo, que en realidad actúa como una antena de telefonía. Los móviles del área bajo su influencia se conectan a esta antena como si fuera de una compañía de teléfonos convencional. Es cuando se consigue interceptar la llamada. También es utilizado para descubrir el móvil que usa la persona investigada, que puede no estar a su nombre.
LOS PINCHAZOS DE TELÉFONO, A ‘EL GORDO’
García Castaño era el jefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO), los servicios técnicos de la Policía especializados en dispositivos electrónicos de seguimiento, micrófonos e intervención de teléfonos. El análisis lDE os archivos permitió comprobar que existen seis archivos llamados “Big” en los que aparece el comisario García Castaño, alias ‘El Gordo’.
Pero, además, existe un documento que no tiene por nombre “Big” pero si incluye “Comisario G. Castaño”, en este documento se dice: “Mirar posibilidad de teléfonos. Sociedades Andorra”. Debajo aparecía un listado que encabeza Luis del Rivero y en el que están los principales antagonistas de Francisco González en aquellos momentos, como Juan Abelló, su esposa o Miguel Sebastián.
Lo llamativo es que en este listado ya aparecían los números de teléfono de todos ellos, de manera que “mirar posibilidad de teléfonos” no se refería a un trabajo más sencillo como es el de localizar sus números. También se solicitaba información sobre personas como las secretarias particulares o los teléfonos corporativos.
MONCLOA.COM ENTREGA LA ‘OPERACIÓN TRAMPA’
El magistrado del juzgado de instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, envió un requerimiento a MONCLOA.COM para que le entregara “en el acto” todo el material relacionado “con la denominada ‘operación TRAMPA’ sobre la contratación de BBVA a GRUPO CENYT en relación con SACYR y otros”.
García Castellón incluyó esta diligencia dentro de una nueva pieza de investigación del caso Tándem, que estaba bajo secreto de sumario. Concretamente, la número 9.
El juez solicitó todo lo publicado en las noticias dadas por este medio desde el 9 de enero, así como aquello “que aún no se haya publicado y que ya obre en su poder”, todo ello sin perjuicio del derecho constitucional que asiste a los medios “en orden a la protección de la fuente de obtención del material tanto del ya publicado como el que se encuentre pendiente de publicación”.
MONCLOA.COM ya había puesto a disposición de la Audiencia Nacional la documentación original del ‘Proyecto Trampa’. Al igual que hizo en anteriores ocasiones, este diario ofreció a la Justicia las informaciones y materiales que ha conseguido en torno a la llamada ‘operación Tándem’, que investiga las presuntas maniobras legales del comisario José Manuel Villarejo y su trama.
LA CONDICIÓN SEXUAL DE SEBASTIÁN COMO ARMA
La vida íntima del que era jefe de la Oficina Económica de la Moncloa, Miguel Sebastián, aparece en varios momentos de la conversación entre Julio Corrochano, jefe de Seguridad del BBVA, y el comisario Villarejo. El comisario desveló al jefe de Seguridad del BBVA que Sebastián había tenido “varios meses de pelea” con el que, en palabras suyas, era su pareja sentimental: Maurici Lucena, por aquel entonces director del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial y que en la actualidad es presidente de AENA.
Tras ello, Villarejo y el directivo del BBVA entraron de lleno en otra supuesta relación sentimental de Sebastián con David Vegara, que en el primer Gobierno de Zapatero ejerció el cargo de secretario de Estado de Economía.
En esta misma conversación Corrochano y Villarejo planearon una estrategia de extorsión contra Miguel Sebastián. En este sentido, se subraya que “aparte de estos bulos transmitidos a través de su entorno se le está intentando desestabilizar a través de su relación sentimental”. Y para ello, “se ha encontrado un posible ligue, un cubano llamado IVAN que trabaja en un pub de la Plaza de Chueca”. Se trata de intentar sobornar al supuesto amante del exministro y pasearlo por los platós de televisión.
JUAN CARLOS I, OBJETIVO DEL ESPIONAJE
Villarejo también postró su atención en el rey Juan Carlos, la mayoría de las referencias se producen debido a que el financiero Juan Abelló alude a que el rey apoyaría la operación para cambiar al presidente del BBVA, según Villarejo.
El primer informe citado relata que, a pesar de la buena relación de Abelló con el rey, el financiero supuestamente habría utilizado los servicios de la prestigiosa agencia internacional de detectives Kroll para que le informaran de “los negocios de un árabe llamado Abdul Rahman el Asir (ex cuñado del conocido Kashogi)” con el Rey.
Los trabajos de Kroll sobre el rey Juan Carlos se habrían extendido luego a ofrecer a Juan Abelló “datos de negocios en Marruecos del falso Príncipe Tchokotua, con Mohamed VI y el propio SM (Su Majestad). Zourab Tchokotoua es conocido por su amistad con el rey y por haber mediado para la cesión del palacio de Marivent, la residencia de verano de la familia real en Mallorca.
La información manejada por el comisario indica que Abelló habría errado al dar por hecho un apoyo del rey y, a pesar de no tenerlo, presentarse ante los demás protagonistas de la operación (entre otros, Emilio Botín o Miguel Sebastián) “como un enviado” de Felipe González y el monarca.
BBVA CONTROLÓ REUNIONES DE LOS EXPRESIDENTES
También se monitorizaron desde BBVA varias reuniones privadas de los expresidentes Felipe González y José María Aznar, así como del jefe del Ejecutivo por aquel entonces, José Luis Rodríguez Zapatero.
González era visto por Villarejo como el padrino de Miguel Sebastián gracias a la intermediación del exministro Carlos Solchaga, al expresidente socialista le atribuye la iniciativa de pedir a los miembros del ‘grupo hostil’ que Solchaga fuese el sustituto de Francisco González.
De Aznar se subrayó que personas de su entorno han sido “detectados” con directivos de Société Generale, el banco francés que se interesó por la operación de Sacyr, y la inmobiliaria Metrovacesa.
Sobre Zapatero, destacó los rumores difundidos por Miguel Sebastián sobre una “intervención personal del Presidente (P) en graves irregularidades económicas sobre abono o condonaciones de deudas referidas a Aerolíneas Argentinas. Datos que dice haber conseguido el pasado mes de octubre, en unos contactos mantenidos en el entorno del actual Presidente de Argentina (Nestor Kichner)”.