El poder de Francisco González como presidente del BBVA no ha estado basado sólo en la capacidad de contratar los servicios de espionaje de José Manuel Villarejo ni de sumar voluntades con su capacidad de conceder o no créditos. Manejó directamente un fondo millonario de ayudas a la prensa sin ninguna relación con su nivel de audiencia y sin vinculación con las campañas oficiales de publicidad. MONCLOA.COM posee un listado de tal reparto.
Personas que han conocido la operativa narran que los acuerdos se cerraban con la mera decisión del presidente del BBVA. No se usaban los filtros de los directivos de publicidad del BBVA, que anotabanr la cifra impuesta por FG para cada empresa periodística, ni se canalizaban a través de las agencias de publicidad, a diferencia de las campañas comerciales normales, donde se hacía un reparto ponderado a la audiencia de cada medio.
Por todo ello, no extraña que tales ayudas tuvieran como nombre «apoyo editorial», «presencia en radio», «presencia en televisión», «presencia en internet» o, más tardíamente, «publicidad institucional».
Pero este mecenazgo tenía algo insólito: si se hablaba de «presencia en TV» en 2008, FG sobre todo subvencionaba a las televisiones menos vistas de España y que hoy sobreviven a duras penas en canales de la TDT. FG no pagaba presencia en Antena 3 o en Telecinco. Cadenas minoritarias se llevaban 480.000 euros al año, y en otros casos 350.000 o 150.000 euros. Obviamente, detrás de esas minicadenas había tertulianos de las ondas a los que FG temía o aplaudía.
Si tocaba subvencionar la «presencia en radio» en ese mismo año podría entenderse la largueza de abonar casi 1,5 millones a la cadena de máxima audiencia, pero sorprende que una emisora en sus antípodas de oyentes sumara por sí sola 400.000 euros. Superaba en ayudas a la segunda (250.000 euros) y tercera cadena en audiencia (338.366 euros).
Cuando el talonario de FG costeaba la «presencia en internet» aparecía en 2008 en cabeza un novísimo diario con mínima difusión, pero cuyo valor es que había sido fundado por el exdirector de uno de los principales diarios de España. El precio de tal apellido le valió 290.000 euros. No estaba entre los 20 diarios más leídos de España. Pero FG no era imparcial.
El segundo beneficiario de las ayudas del BBVA tampoco aparecía entre los 20 diarios digitales más leídos, pero la amistad le hizo recibir 174.000 euros. Su entonces director aparece en los papeles de Villarejo como persona a quien el grupo de FG pidió apoyo frente a la opa hostil. Su respuesta fue que «hay de dar de comer todos los meses a la plantilla». El tercer beneficiario era un medio que ocupaba el 14 puesto en difusión en internet. Nada menos que 150.000 euros le otorgó FG. Paradójicamente, el entonces diario digital más leído sólo recibió 50.000 euros.
AYUDAS DE FG PARA EL «APOYO EDITORIAL»
En materia de ayuda a prensa escrita, «apoyo editorial», el ejercicio de 2008 es diáfano. El segundo diario en difusión barre: recibe 900.000 euros. El primer diario en lectores, por contra, sólo recoge 348.000 euros.
Al más leído no sólo le ganaba en ayudas de FG el segundo diario por OJD (Oficina de Justificación de la Difusión), también el tercero (756.000 euros) y el cuarto (417.000 euros). Y hasta algún diario regional. FG y OJD eran incompatibles.
FG no sólo no respetaba los criterios de OJD al conceder ayudas: puede decirse que por sí solo cambiaba los datos de difusión. Porque invertía cifras astronómicas en compra de ejemplares: más de un millón de euros al año.
Ese año un diario económico se felicitaba de vender 43.392 ejemplares al día, comparados con los 26.853 de 2007. Lo que nadie sabía es que BBVA le abonaba 45.000 euros por suscripción. Un día al año FG compraba la tirada entera.
Otro medio de las finanzas bajó un 15,7% sus ventas ese año. Su acumulado anual era de 34.315 ejemplares al día. No importaba ahí estaba FG con una compra de 260.000 euros. Una semana al año el pago de la tirada corría a cargo del BBVA.
Y un tercer diario económico rondaba los 42.323 ejemplares de venta diaria. Ahí estaba FG para subir las ventas con 210.000 euros. Un cuarto diario salmón, con 53.984 ejemplares de media, pese a superar su difusión, obtenía la mitad. Una aportación de 100.000 euros.
Entre los diarios generalistas sólo uno mereció ser suscrito por FG. Pero valió la pena: 135.000 euros para un diario que vendía 252.878 ejemplares al día. Un 10,81% más que el año anterior. Parte de esa subida fue culpa de FG.
EL ‘PREMIO GORDO DE LA LOTERÍA’ DE FG
Esta tendencia no se cambió con el paso del tiempo. En materia de diarios digitales, en 2011 por ejemplo, el cuarto diario en usuarios únicos recibió el ‘premio gordo de la lotería’ de FG: 634.887 euros. El doble que el diario que entonces estaba en séptima posición de audiencia en internet. Ni rastro de subvenciones directas a los otros ocho diarios digitales que encabezaban el ránking en 2011.
Por contra, había culturales digitales que se llevaban 264.000 euros en ayudas del presidente del BBVA, y diarios ya regados en 2008 por el valor de su histórico director con nula difusión y que sumaban 100.000 euros.
En 2011, en el terreno de las ayudas a grupos de prensa escrita, nuevamente el ganador no es el primero en difusión, sino el segundo: recibe 1.098.580 euros.
Por contra, el primer diario, que incluso había acrecentado su ventaja, recibió un tercio de tal cantidad: 354.000 euros, a los que habría añadir 128.000 euros de su filial económica y 171.000 de su pata deportiva. El tercer diario en difusión lograba para su grupo nada menos que 1.060.000 euros.
BBVA no entendía de liderazgos en ventas: todos los diarios eran iguales a los ojos de FG. Y algunos eran más iguales que otros.
La supremacía del primer diario la intentaba neutralizar FG con ayudas en 2011 cuando los perdedores en la carrera caían en picado. El cuarto diario en liza con sólo 105.000 ejemplares vendidos cosechaba 424.000 euros, cuando el diario más vendido (397.000 ejemplares) apenas obtenía directamente 354.000 euros.
En ayudas directas a cadenas de radio, la líder de las ondas entonces se llevó 1,8 millones. La cifra parecería justa si no fuera porque un grupo que se caía de la lista en audiencias obtenía 1,5 millones. Superaba a la segunda radio generalista, que sumaba 1,2 millones.
Pero FG no sólo dedicó el dinero del BBVA a paliar con ayudas directas el declive o crisis de los diarios. También enjugó partidas para gastos de viajes de periodistas (150.000 euros anuales), financió asociaciones de periodistas con 70.000 euros, cursos de periodistas por valor de 108.000 euros y hasta asociaciones de la judicatura mientras el banco pleiteaba en los tribunales.