El amplio aparato que José Manuel Villarejo puso a disposición del BBVA para defender a Francisco González en la presidencia del banco incluyó la utilización de topos, según los documentos elaborados por el comisario. El recurso a esta figura se suma a los pinchazos telefónicos y los seguimientos personales.
Los documentos a los que ha tenido acceso MONCLOA.COM, en una investigación conjunta con El Confidencial, descubren que Villarejo dio cuenta al BBVA de esta labor de infiltración en la sociedad de valores Intermoney y en el entorno de otras personas protagonistas del asalto al BBVA, incluido el director de la Oficina Económica de Moncloa, Miguel Sebastián.
Otros documentos de Villarejo señalan que consiguieron infiltrarse también en el departamento de seguridad de Sacyr Vallehermoso y en el servicio de escolta del financiero Juan Abelló. Además, el equipo dirigido por el comisario intentó conseguir penetrar, sin éxito, en los servicios de escoltas de Sebastián, Carlos Arenillas y Luis del Rivero, según los citados informes.
Al frente de Intermoney se encontraba José Pérez, considerado uno de los principales muñidores de la operación que pretendía arrebatar a Francisco González la presidencia del BBVA. El dispositivo desplegado por Villarejo consiguió introducir a uno de sus miembros como empleado de la firma de Pérez.
Entre los trabajos de los que da cuenta Villarejo, este relata que “se decide infiltrar a algún miembro de este GIA (Gabinete de Investigación y Análisis siglas con las que se autodenominó el equipo de Villarejo) en la firma INTER (que preside JOPER), consiguiéndose finalmente que sea empleado en el departamento de informática”. El comisario Villarejo se refiere con estos acrónimos a Intermoney (INTER) y a José Pérez (JOPER).
LOS INTERESES DEL BBVA
Un informe fechado el 15 de marzo de 2005 realiza un “resumen del proceso sufrido contra los intereses del CLIENTE (K)”, en referencia al BBVA. El resultado de esta maniobra de infiltración fue positivo, como consta en este informe elaborado al finalizar los trabajos de desestabilización del bando que pretendía hacerse con el control del BBVA.
Villarejo se jacta en su informe de que la infiltración se ha realizado en el “centro neuronal de las informaciones de dicha empresa” y que ésta se consigue “a pesar de las medidas de seguridad”. El trabajo de esta persona fue “de gran utilidad” para los espías, “además de evidenciar la vulnerabilidad de su grupo”.
De la misma manera que presume de esta labor de infiltración, el informe saca pecho de abortar la mismas tácticas que se usaron en sentido contrario. Este señala que “K, a pesar de los intentos no ha sido penetrada en ningún momento”.
Villarejo elaboró varias versiones de un escrito dirigido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en febrero de 2005. En este documento, el empleado de Intermoney habría informado de presuntas irregularidades en esta empresa. El escrito relata que el programador se dedica a gestionar bases de datos y que “hay programas que están para enseñar si alguien se presenta a preguntar y otras que aunque son parecidos, son con las que se trabaja de verdad”.
El relato del denunciante se aliña contando que es un compañero el que conoce bien el asunto, pero que no lo quiere denunciar porque ya se había visto salpicado en el escándalo Ibercorp, el asunto que acabó con la carrera del gobernador del Banco de España, Mariano Rubio.
En el mismo escrito, dirigido al “Director de la Comisión del Mercado de Valores”, el infiltrado señala que “también trabajé en cambiar la base de datos sobre comunicaciones, para que no se sepa los cambalaches que aquí se hacen”. Antes de comenzar a delatar el comportamiento de José Pérez, advierte al máximo responsable de la CNMV que el asunto es fácil de entender y, en cualquier caso, puede “pedir lo que yo le voy a decir para pillarlos”.
El informático denuncia las llamadas que José Pérez realiza a periodistas “que son los que se cuentan los bulos y chismes que hacen que la Bolsa vaya para un sitio o para otro”. El autor de la denuncia cuenta cómo habría montado un programa en la empresa de uno de sus interlocutores, Ángel Boixadó, por el que “varios números móviles que tenía una centralita de esta oficina se cambiaran siempre y no repitieran cuando llamaban al del Sr. Pérez”.
Todos los números que aportan en el escrito coinciden con los que Villarejo identificaba, en el control de llamadas que realizaba, como pertenecientes a la empresa GBA. Por eso, los números (omitidos en esta información) “se iban cambiando y así no había mosqueo”, señala el denunciante.
El escrito señalaba que las llamadas entre Intermoney y periodistas para comentar informaciones que considera que pueden alterar el mercado “no creo que sea muy legal”. El informático amenaza con llevar la información a la prensa y a los juzgados, ya que cree que la CNMV “va a tirar a la papelera” la denuncia “porque el Sr. Pérez y su banda son los que mandan en España”.
En una evaluación final de sus trabajos, el comisario informa que el trabajo de este infiltrado consiguió que, a pesar de que no se publicara la denuncia “por instrucción expresa de K” (K es el BBVA) “sí ha provocado una sensación de sentirse vigilados y controlados” por lo que José Pérez “y sus amigos periodistas” limitaron “al máximo su actividad contra FG en fechas tan señaladas”.
Los informes de Villarejo dan cuenta de que eran informados por “fuentes infiltradas” en el bando enemigo de Francisco González. Así, por ejemplo, uno de ellos relata un encuentro entre el vicepresidente de la CNMV, Carlos Arenillas, y varios periodistas.
El comisario informa en uno de sus documentos que “fuentes infiltradas en el GH” (el llamado grupo hostil, que intentaba llegar al poder en el BBVA) informaron que ese encuentro era “el inicio del ataque fuerte contra FG (Francisco González) que se estaba esperando”. Se trataba de la denuncia por irregularidades en la venta de la sociedad FG Valores (de Francisco González) a Merrill Lynch.
Más llamativa es aún la guerra de contraespionaje. Villarejo relata que el grupo que dirigía intensificó “las actividades de contrainformación” cuando el bando contrario a los intereses del presidente del BBVA puso en marcha los servicios de la agencia internacional de detectives Kroll. Villarejo contaba con infiltrados en dicha agencia, que trabajaban como subcontratados.
Los trabajos de penetración en los círculos personales o profesionales de las personas más relevantes del llamado Grupo Hostil consiguieron crear inquietud en ellos, según los informes que realiza el comisario Villarejo. La infiltración se habría conseguido igualmente en algunos medios de comunicación y en la asociación de accionistas minoritarios.
MONCLOA.COM puso hace unos días a disposición de los afectados un web para comprobar si su teléfono fue monitorizado. Puedes consultarlo introduciendo tu número de teléfono (fijo o móvil) aquí o desde la web del servicio