La exhumación de los restos de Francisco Franco está pendiente de una polémica sobre la grúa que se necesitará para levantar la lápida, la incógnita sobre si hay tuberías que pasan por la tumba y si la obra dañaría el Valle de los Caídos.
La Fundación Nacional Francisco Franco ha presentado un escrito al Ayuntamiento de El Escorial, donde se ubica el Valle de los Caídos, contra la solicitud de licencia de obras que ha realizado el Gobierno para sacar los restos del dictador de la tumba que se encuentra dentro de la basílica. En este documento se alegan todo tipo de problemas, desde la maquinaria, a las medidas de seguridad, o posibles daños en los elementos arquitectónicos, pasando sobre el impacto en la fauna.
En las alegaciones presentadas ante el consistorio, esta entidad sostiene que la exhumación requerirá “introducir una grúa u otra maquinaria pesada” en la basílica para levantar la losa que cubre la tumba. Esta lápida pesa 1.500 kilos, una carga que pueden levantar otro tipo de grúas más livianas que las que califica la Fundación como maquinaria pesada.
La fundación utiliza el argumento de la necesidad de maquinaria pesada para sostener sus alegaciones. Así, por ejemplo, sostiene que la entrada en la basílica de la maquinaria puede verse dificultada por la puerta de la misma. También añade que haría falta un estudio de seguridad e higiene sobre la introducción de la grúa y, por lo tanto, la bajada de las escalinatas que conducen al templo.
Los argumentos que alega llegan hasta el punto de considerar que levantar la lápida y sacar el féretro podría tener un impacto “sobre la abundante y protegida fauna” de la zona e incluso considera que habría que realizar un estudio económico “sobre las consecuencias negativas” que supondría esta exhumación. La fundación también cree que debería realizarse un informe sobre el hipotético impacto sobre las esculturas y ornamentos de la entrada de la basílica.
En estas alegaciones, la fundación señala lo que cree que son argucias del Gobierno para agilizar los trámites y poder realizar la exhumación cuanto antes. El Ejecutivo de Pedro Sánchez ha solicitado una licencia de obra menor ante el Ayuntamiento y la fundación franquista considera que no puede ser considerada como tal, sino que por la complejidad y cuidado de los trabajos necesarios la licencia debería ser de obra mayor, que requiere más trámites.
«En las alegaciones presentadas ante el consistorio, la fundación sostiene que la exhumación requerirá introducir una grúa u otra maquinaria pesada en la basílica»
En un escrito presentado ante el Ayuntamiento de El Escorial, Juan Chicharro, presidente de la Fundación Nacional Francisco Franco, pide que se cambie la calificación de la obra y se le traslade toda la documentación sobre el proyecto de exhumación de los restos del dictador. En concreto, solicita “todo proyecto, informe, estudio, boceto, diseño, apunte, bosquejo, croquis” y toda la documentación oficial sobre este asunto.
La fundación sostiene que la obra que hay que realizar podría causar daños en el Valle de los Caídos y en la basílica donde se encuentra la tumba. En ese sentido, Chicharro sostiene que la obra que habría que realizar para dejarlo todo en perfecto estado tendría que incluir la “reposición de canalizaciones y conducciones subterráneas ahí existentes antes de hacer el hueco para la inhumación” de Franco en 1975. El escrito no explica por qué habría que reponerlas en el estado anterior a ese entierro.
LA LÁPIDA DE FRANCO
Este punto de vista es diferente del que tiene el Gobierno, que lo limita al levantamiento y reposición del solado del lugar donde se encuentra la tumba. Por el contrario, la fundación habla en su escrito ante el Ayuntamiento de El Escorial de “un proyecto que requiere de singular atención” con múltiples elementos técnicos que analizar concienzudamente.
La Fundación Nacional Francisco Franco aprovecha las alegaciones para señalar que la basílica, como lugar de culto, es inviolable, según los acuerdos de España con la Santa Sede. Esto hace que la entrada de operarios en este lugar tenga que contar con la autorización del prior de la abadía benedictina a la que pertenece.
De hecho, el prior podría darse un tiempo para estudiar la petición para realizar estos trabajos, según fuentes eclesiales. Por lo pronto, la Fundación Francisco Franco considera que se trata de una profanación. El prior había mantenido en un principio que actuaría en sintonía con los deseos de la familia, aunque finalmente podría autorizar la entrada para no desobedecer lo que estipula la ley de Memoria Histórica. Esta norma es la que ha sido reformada por el Gobierno para introducir una referencia expresa al traslado de los restos de Franco del Valle de los Caídos.
El Gobierno tiene pendiente de concluir tres pasos antes de una exhumación que preveía en principio que estuviera realizada antes de terminar el año. Estos son los trámites ante el Ayuntamiento de El Escorial, recibir un informe no vinculante de la Comunidad de Madrid, (que es la que tiene competencia en los asuntos de sanidad mortuoria) y conseguir el permiso del prior de la abadía.
Además, el Ejecutivo debe estar atento a lo que decida el Tribunal Supremo sobre el recurso presentado por los nietos de Franco contra la exhumación. La familia ha solicitado la suspensión cautelar del acuerdo del consejo de ministros para afrontar estos últimos trámites previos a la exhumación.